Autora: Diana González Torres
“Saberes de pupuña, el chontaduro en la Amazonía”, “Cantaoras, el alma de un pueblo”, “Presencia negra en Bogotá: décadas 1940-1950-1960” y “Paisajes ausentes” son las exposiciones que alberga temporalmente el Claustro de San Agustín, sede de la Dirección de Museos y Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional (UN).
Producto de diversas investigaciones y del trabajo organizado de distintos actores, las anteriores muestras expositivas revelan, así mismo, el gusto y la preocupación por la preservación y difusión del patrimonio cultural, no sólo de la institución educativa y del país, sino también de naciones hermanas.
Este es el caso de la exposición “Paisajes ausentes: memorias del pasado reciente del Perú 1980-2000”, una muestra de más de 40 fotografías provenientes de este vecino país, resultado del trabajo de investigación del fotógrafo estadounidense Jonathan Moller y el Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF); un trabajo de recolección de testimonios de sobrevivientes y sus familias que se encuentran en Colombia, en el Claustro de San Agustín, gracias a la gestión conjunta entre la Dirección de Museos, la Maestría en Museología y Gestión del Patrimonio de la UN y el apoyo de Camila Betancourt (estudiante de la Maestría), quienes hicieron posible la instalación de estas imágenes que son fiel reflejo de las consecuencias del episodio de violencia más extenso y prolongado en la historia de la hermana nación.
Y de Perú también, pero esta vez de la cuenca amazónica comprendida entre este país, Brasil y Colombia, especialmente de Mitú y las zonas aledañas al casco urbano, llega una investigación sobre los saberes que comunidades indígenas habitantes de estos territorios han desarrollado alrededor de la pupuña o chontaduro, dos de los cientos de nombres dados a este fruto por los amazónicos.
Este trabajo, materializado en una exposición denominada “Saberes de pupuña, el chontaduro en la Amazonía” -cuyo diseño museográfico estuvo a cargo del diseñador Carlos Rojas-, fue organizado entre la Corporación Tapioca y la Dirección de Museos, con el apoyo de entidades como Tropenbos Internacional y la Maestría en Museología de la UN.
El objetivo principal de esta exhibición -compuesta por más de 150 objetos, fotografías, videos y dibujos- es rescatar, preservar y difundir las historias, costumbres y prácticas rituales alrededor del fruto de la palma de chontaduro Bactris Gasipaes Kunth, su nombre científico.
Y continuando con la difusión de saberes tradicionales, llegamos a diversos territorios colombianos en los que el canto es fuente de riqueza inmaterial para mujeres indígenas y afrodescendientes que aprendieron a cantar de forma empírica, pues la mayoría no tuvo oportunidad de formarse en una escuela musical, debido a su situación socioeconómica.
En el transcurrir de su carrera como cantadoras, estas mujeres han hecho eco de sus experiencias y hoy han encontrado una nueva forma de darse a conocer y de socializar sus experiencias. Se trata de la exposición “Cantaoras, el alma de un pueblo”, una iniciativa de la Fundación Río al Sur a la que se unió la Dirección de Museos con el firme propósito de reivindicar y exaltar el papel que han tenido las mujeres cantadoras colombianas en el desarrollo de la historia de nuestro país y de la preservación del patrimonio oral colombiano.
La muestra, cuyo diseño museográfico estuvo a cargo del diseñador vallecaucano Felipe Flórez, se acompaña de una serie de actividades académicas y culturales en las que participan abiertamente algunas de las más grandes exponentes de esta manifestación, como por ejemplo, Martina Camargo, Nelly Mina, María Clemencia Ñeñetote y Elcy Valencia.
La idea con esta agenda, paralela a la exposición, es abrir espacios de reflexión en torno al papel que ejercen estas mujeres en la preservación de las tradiciones, su transmisión a las nuevas generaciones y el fortalecimiento de las expresiones culturales colombianas de grupos poblacionales que se niegan a perder su memoria.
Y para cerrar esta lista de exposiciones temporales presentes en el Claustro, pasamos a otros territorios como Cauca, Valle y Chocó, de donde provienen los testimonios de gente negra que llegó a la capital de la República entre las décadas de los 40 y 60 en busca de mejores oportunidades.
La recopilación de estos testimonios y más de cincuenta fotografías, hace parte de una investigación desarrollada por docentes de la Universidad Nacional, quienes, conjuntamente con la Dirección de Museos y algunos estudiantes de la Maestría en Museología como Carlos Diazgranados, dieron forma a la exposición “Presencia negra en Bogotá: décadas 1940-1950-1960”
La muestra, apoyada por la Facultad de Artes y la Facultad de Derecho de la Universidad, busca visibilizar la presencia de la gente negra en Bogotá durante la época referida, así como entender la dinámica dentro de la cual se puso en marcha la migración de estas personas desde el Pacífico, el Caribe, el Cauca y el Valle del Cauca hacia la capital colombiana.
Las anteriores son sólo una muestra de la gestión de la Dirección de Museos en materia expositiva, instancia que en el desarrollo de sus acciones ha involucrado investigadores, entidades y estudiantes que le son afines en su misión.
Al respecto, el profesor Edmon Castell, jefe de la Dirección de Museos, manifestó:
“El Sistema de Museos es un laboratorio de museografía en el sentido en que los estudiantes de la Maestría en Museología pueden desarrollar sus competencias de forma real en un espacio real como lo es el Claustro de San Agustín, en proyectos expositivos reales”.
Mayor información en: www.museos.unal.edu.co y/o en el teléfono 3 421803 - Ext. 29991-29992-29982.