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MATEMÁTICAS, POPPER Y CIENCIAS SOCIALES

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Autora: Blanca Inés Prada Márquez

En días pasados el profesor Bernardo envió un correo que tituló “Plomo y Crimendonde sugeríala necesidad de matematizar las ciencias sociales para ser más precisos y rigurosos en las afirmaciones.

Aunque el mensaje del profesor Bernardo se refería a un descubrimiento importante, la profesora Mónica le respondió que eso de matematizar las ciencias sociales era un verdadero HORROR y se centró como siempre en esbozar gruesos epítetos sin ningún contenido, sacados de su acomodado diccionario. Después el profesor Bernardo intentó responderle, pero se desanimó, y fue una lástima porque él como matemático podría haberlo hecho muy bien.

Por mi parte, yo me voy a permitir con todo respeto por la profesora Mónica, hablar sobre el rigor que se exige en la investigación en ciencias sociales, sobre Popper y sus debates en torno a dichas ciencias, y sobre la importancia de las matemáticas en todo, absolutamente en todo, ya que el universo es pura matemática, nuestro cuerpo mismo es pura matemática, en la sociedad todo puede matematizarse y por tal motivo las matemáticas no pueden ser ajenas a las ciencias sociales.

Todo hoy puede ser matematizado, hasta las reacciones de nuestro cerebro cuando por ejemplo estamos furiosos, tristes o enamorados. Ninguna disciplina que quiera llamarse ciencia escapa a las matemáticas, a no ser por ejemplo la literatura, pero ella no es ciencia y nunca ha pretendido serlo, ya que ella no trabaja con objetos sino con palabras, y como alguien ha dicho en estos días refiriéndose a G. G. M.: “La literatura es el arte de crear mundos gracias al maravilloso embrujo de las palabras”.

Otra disciplina que escapa también a la matematización es la filosofía, pero resulta que la filosofía ni es ciencia, ni es literatura ¿Entonces qué es la filosofía? se preguntarán algunos. Les responderé en mi próximo escrito. La música, que se considera la máxima manifestación del arte, es toda matemática, en otras palabras la música es ciencia y es arte, como lo es también la medicina.

  1. Las matemáticas y las ciencia sociales

Popper

Desde Pitágoras (siglo VI a.C.) se empezó a hablar de la belleza y la armonía de las matemáticas y los griegos nos dejaron obras inmortales de grandes matemáticos como las de Pitágoras, Euclides y Arquímedes, entre otros.

El interés por la matemática caló hondo en la filosofía griega, Platón por ejemplo muestra en sus Diálogos un grande aprecio por la matemática y por los matemáticos, y en el Timeopropugna por un mundo geométrico.

Los árabes tuvieron un grandísimo aprecio por las matemáticas y nos dejaron valiosos avances en este campo. En el siglo XV hay un renacer enorme de las matemáticas y Galileo decía en el siglo XVII:

El mundo está escrito en lenguaje matemático y sus caracteres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin tales medios el hombre no puede entender ni una sola palabra sobre el mundo, sin ella se inquieta vanamente en un oscuro laberinto” (Diálogo sobre los dos Máximos sistemas del mundo, 1633).

Más tarde Kepler cuando logró por fin, después de muchísimo trabajo, descubrir las leyes del movimiento elíptico de los planetas saltó de gozo gritando: “Gracias Dios mío por haberme descubierto la matemática con la cual tu construiste el universo”.

En general todos los sabios de los siglos XV, XVI y XVII estaban convencidos de que el universo estaba escrito en lenguaje matemático y que gracias a esto podía ser interpretado, comprendido y explicado.

La idea de la matematización del universo caló profundamente desde entonces no sólo en los científicos, sino también en filósofos e investigadores sociales que trataban no de entender el mundo físico, sino el mundo social, y de buscar explicaciones rigurosas sobre todos los problemas, los acontecimientos, al igual que esbozar posibles mecanismos de solución en la búsqueda de un mundo social más racional, más humano. Incluso antes de Galileo, tal vez por la importancia que el Renacimiento le dio a las matemáticas y al estudio de Arquímedes y Euclides, podemos ver ya este interés por la matemática en los seis libros de La República de Jean Bodin, 1567, en El Príncipede Maquiavelo, 1532, y en Traité de l’economie politique de Montchrétien (1615), obras en las cuales el análisis de la problemática social se empieza a hacer con cierta rigurosidad.

Filósofos como Hobbes, Descartes y Spinoza se interesaron mucho por la matemática, tanto que Spinoza escribió una obra titulada: Ética demostrada según el orden geométrico (1677).

Esta bonita historia de la relación de las matemáticas con las ciencias sociales desde el siglo XV hasta nuestra época, nos la cuentan Ivone Sánchez Guevara y José Guerrero Grajeda en su libro Matemáticas y ciencias sociales, un diálogo milenario (México, 1992), libro cuya lectura le haría mucho bien a la profesora Mónica.

En este libro se hace un análisis histórico de la relación que han tenido las matemáticas con la investigación social en general, no sólo en la economía y la estadística, y se enfatiza además en la importancia que la matemática sigue teniendo hoy en el campo de las ciencias sociales si se quiere trabajar con RIGOR y tratar de entender el universo social, donde al igual que en el universo físico, todo es número, incluso el cuerpo humano, y todo es hoy susceptible de medida.

Por supuesto que esta matematización del universo social es bien compleja puesto que una medición, un dato, un número, una estadística, dice mucho, pero no lo dice todo cuando se trata de explicar o resolver un problema social.

Consientes de esto los autores citados señalan también, que la gran dificultad que tenemos para poder hablar de “ciencias”sociales, es justamente que la matematización de los fenómenos sociales no puede expresar toda la realidad social, mientras que en el mundo físico una ley puede decirlo todo, puede explicarlo todo. O mejor, cuando se puede establecer la ley es porque ya se ha comprendido todo.

  1. Karl Popper y las ciencias sociales

Dado que la profesora Mónica en su corta respuesta supone que matematizar el mundo social sería un HORROR porque caeríamos, entre otras cosas, en el “falsicaSionismo socio –darwinista” y en el “neomalthusianismo”, dos de sus enredados epítetos sin contenido que ella adjetiva como “popperianos”, y que pienso deben referirse impropiamente a Karl Popper, me permito, con mucho respeto por nuestra estimada filósofa, analizar algunos puntos fundamentales del debate de Popper con las ciencias sociales y mostrar que aunque Popper hace énfasis en el RIGOR con que deben trabajar los investigadores sociales si quieren llamarse “científicos”, y es un gran crítico de quienes pretenden hablar de todo fundamentados sólo en IDEOLOGÍAS, su reflexión es respetuosa, analítica y crítica, y jamás engendraría ningún monstruo HORRIBLE de esos que la profesora Mónica imagina.

Veamos:

Fue en 1961, durante el Congreso de Filosofía en Tübingen, que se presentó una clara oposición entre la teoría crítica de la escuela de Francfort y el racionalismo crítico de Karl Popper, quien se presentó al evento con una conferencia titulada “La Lógica de las ciencias sociales", ofreciendo en 27 tesis lo esencial de su metodología para las ciencias sociales.

Allí insiste por supuesto en la objetividad científica pero desarrolla la idea de que la objetividad no consiste en eliminar los intereses humanos de los hombres de ciencia, sino que esta se logra gracias a la crítica intersubjetiva, es decir, al debate y la contrastación entre varios sujetos.

Es bueno aclarar, porque para Mónica y para otros críticos de Popper, la objetividad está en el objeto y no es así: la objetividad de que habla Popper está en el “acuerdo intersubjetivo”, no es una objetividad factual sino consensual.

En el debate participaron Theodoro Adorno, a quien le corresponde rebatir la tesis de Popper y representa la interpretación del marxismo postulado por la escuela de Francfort, grupo que trató de elaborar una teoría crítica de la sociedad basada en la consideración de que la relatividad de todo conocimiento se debe a que está mediado por la praxis social, olvidando que el conocimiento es relativo no sólo por la mediación señalada por Adorno, sino por muchos otros factores, entre otros porque el sujeto de conocimiento es el hombre y éste es un ser limitado, mientras que el conocimiento es algo ilimitado: siempre tendremos algo nuevo para descubrir, interpretar o reinterpretar.

Por otra parte el valor de una teoría científica no depende de las circunstancias en las cuales vive el investigador, sino de lo que propone y logra demostrar y del rigor de sus planteamientos.

Interviene también Habermas con su “Teoría analítica de la ciencia y dialéctica”, texto en el cual hace una fuerte crítica a Popper a quien siempre llamó positivista, tremendo error, pues si algo fue Popper desde sus comienzos fue un fuerte crítico del positivismo. Habermas crítica la interpretación hipotético-deductiva de Popper, para sustituirla por la interpretación hermenéutica, interpretación que se ha convertido en el paradigma para casi todos los investigadores en ciencias sociales, con el peligro de que todo es y sólo es “interpretación”, así las cosas el investigador puede decir cualquier cosa.

____ Digamos de paso, para quienes no tienen por qué estar metidos en los enredados debates de los desocupados filósofos, por qué tanto problema con el POSITIVISMO. Pues bien, tanto el positivismo de corte Comtiano (derivado de Augusto Comte - siglo XIX), como el desarrollado a principios del siglo XX por el “Círculo de Viena”, llamado neopositivismo, o empirismo lógico, postulan, entre otras cosas, que sólo existen las verdades científicas fundamentadas en el método experimental, las demás serían “pseudo verdades”. Popper estuvo desde el comienzo de su carrera en contra de este llamado “dogma positivista”, por considerarlo demasiado estrecho y limitante, pensando que otros campos de la cultura también tenían derecho a tener sus verdades, pero él exigía que al hablar de cada verdad se especificara en que campo se estaba hablando, para poder determinar el método seguido para llegar a tal afirmación considerada como verdadera. Una cosa, pensaba, es hablar de las verdades en física o en química, y otra de las verdades religiosas, políticas, sociales, astrológicas, etc. Lo importante decía, “Es no pretender tener pruebas cuando sólo se cuenta con suposiciones”. En fin, este debate es largo y complejo___.

Pero volvamos al congreso de Tübingen. Interviene también Hans Albert, quien toma la defensa de Popper en su conferencia titulada “El mito de la razón total”, atacando sobre todo a Habermas, al que le crítica en particular el haber deformado totalmente la posición popperiana en relación con el papel metodológico de la experiencia, con su planteamiento sobre los enunciados básicos, como también en la relación que establece entre enunciados empíricos y enunciados metodológicos, y en la distinción entre hechos y normas.

Pero en particular lo que reprocha, con razón Albert a Habermas, es el haber presentado a Popper como un positivista lógico ingenuo, mientras que Popper es, no hay duda, uno de los más fuertes críticos del dogmatismo neopositivista. Estas críticas sirvieron para que Habermas más tarde, en un texto titulado “Contra un racionalismo mezclado de positivismo”, respondiera a las críticas de Albert atacando directamente el racionalismo crítico de Popper, con un mejor conocimiento de éste, pero conservando siempre un agudo distanciamiento crítico frente a la filosofía social popperiana.

En su conferencia Popper designa su posición como "racionalismo crítico", expresión con la cual busca marcar la diferencia, o mejor, su oposición a todo racionalismo dogmático. Sostiene que es imposible elaborar una ciencia de la totalidad social, puesto que sólo se pueden conocer aspectos concretos de ella, lo cual conlleva el rechazo de todos los meta relatos y teorías autoabarcantes con pretensiones de explicarlo todo, caso por ejemplo la filosofía social hegeliana y el marxismo; niega la idea de que haya leyes inexorables en la historia que se puedan descubrir, como pretendían los marxistas de aquellos tiempos, los de doy ya no se comen semejante cuento.

Postula también Popper su rechazo a las revoluciones violentas, sosteniendo que las transformaciones en la sociedad sólo se logran con reformas progresivas y racionalmente elaboradas. “Los revolucionarios violentos”, ___, dice___, “lo único que logran es matar a sus propios compañeros, exterminar sus idas y destruir lo poco bueno que la sociedad haya logrado construir hasta la fecha”. E insiste en el rigor metodológico con el cual deben trabajar los investigadores sociales evitando el dejarse llevar más por las IDEOLOGÍAS, que por los HECHOS.

Anotaremos algunas de sus tesis:

a) Nos encontramos siempre frente a la gran contradicción entre lo mucho que sabemos en cuanto a humanidad y al mismo tiempo lo mucho que ignoramos como seres humanos individuales.

b) Cada paso que damos en la investigación abre nuevos caminos y nuevas inseguridades, de ahí la contradicción aparente entre nuestro saber y nuestra ignorancia, por ello toda teoría del conocimiento debe hundir sus raíces en la tensión entre conocimiento e ignorancia.

c) El conocimiento tanto social como natural empieza con problemas que se presentan cuando se descubre que algo no está en orden, que algo funciona mal, o funciona de una manera diferente a como lo esperábamos de acuerdo con nuestro presunto saber.

d) Las ciencias sociales, mucho más que las ciencias naturales, se ven con frecuencia abocadas a grandes problemas, no sólo teóricos sino prácticos, a saber: pobreza, analfabetismo, opresión política, inseguridad, injusticia, etc., problemas que exigen con frecuencia soluciones inmediatas, en donde es difícil la aplicación de un método racionalmente pensado y críticamente bien evaluado.

e) De ahí que la tesis principal de su ponencia pueda resumirse así: El método de las ciencias sociales radica en ensayos posibles de soluciones para sus problemas, proponer y criticar soluciones, que deben someterse a la crítica intersubjetiva para estar permanentemente retroalimentándolas, porque la solución a un problema social hoy puede ser válida, pero mañana puede no serlo.

f) Los valores no pueden desterrarse de la investigación científica, ya que el hombre es un ser de valores, de principios, de convicciones. En efecto, el hombre de ciencia, trátese de un investigador de las ciencias sociales o de las ciencias naturales, debe ser ante toda una persona, un ciudadano, y como tal está inmerso en una sociedad, tiene unos valores, unas inclinaciones políticas, unas creencias religiosas, en fin, es un ser humano como cualquier otro, y necesita por lo tanto una gran RESPONSABILIDAD para saber separar los valores propios de la actividad científica, de los problemas extra científicos.

Propone Popper distinguir entre la verdad de una afirmación y su relevancia, interés y significado respecto de los problemas que nos ocupan, sobre todo cuando se trata de problemas extra científicos como bienestar humano, defensa nacional, política social, desarrollo industrial. Popper estuvo toda su vida atormentado por los problemas sociales.

Mientras otros filósofos de la ciencia del siglo pasado como Carnap, Kuhn, Lakatos, Duhem, Bachelard, le han dado poca importancia a la discusión sobre las ciencias sociales, Popper, en cambio, consagró una buena parte de su trabajo al examen crítico del fin y de los métodos de las ciencias sociales, temática a la cual dedicó tres obras importantes: La Sociedad abierta y sus enemigos, La miseria del historicismo y En busca de un mundo mejor.

Popper es consciente de las grandes dificultades que tienen las ciencias sociales para desarrollar una investigación más o menos confiable, que pueda ser útil para entender los fenómenos sociales y para prever problemas futuros que podrían solucionarse gracias a una investigación RIGUROSA.

Dificultades que hacen referencia, entre otras cosas, a la metodología posible de aplicar en el campo de la problemática social, pero sobre todo al objeto de estudio que es nada menos que el SER HUMANO, racional, complejo, indeterminado, audaz, y problemático como el investigador mismo.

Para saber más:

SANCHEZ GUEVARA, Irene, y GUERRERO GRAJEDA, José. Matemáticas y ciencias Sociales, un diálogo milenario, UAEM, México, 1992.

PRIGOGINE, Ilya y GREGOIRE, Nicolis. La estructura de lo complejo, Madrid, Alianza, 1997.

POPPER, Karl, “La Lógica de las ciencias sociales”, en: La disputa del positivismo en la sociología alemana, Grijalbo, Barcelona, 1973.

POPPER, Karl, En busca de un mundo mejor. Paidós, 1995.

PRADA M. Blanca Inés. “Karl Popper y las ciencias sociales”. En: Ciencia y política en Karl Popper, capítulo VI. UIS, 2006.

 

 

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