Autor: Moisés Pineda Salazar
Pensemos en esto de los DOBLE RASEROS que utilizamos para opinar según la conveniencia; un relativismo que lleva a la gente a no saber ni en qué, ni en quién creer.
Pensemos en la posibilidad de promover un saludable CINISMO, en el sentido filosófico de Diógenes, el de "vivere ut canicus", que significa vivir según lo que se cree. Una forma austera y elemental de vida que permite decirle al poderoso: "quítate que me estas tapando el sol" y no tener que estar cambiando de bando.
La tal “Ética” no es sino un argumento del que se echa mano cuando no hay posibilidades de razonar o cuando resulta evidente que "la judicialización de la discusión" carece de sustento.
Un amigo, experto en Derecho Penal y Administrativo, conversando sobre este tema de la intervención del Alcalde de Soledad en la formación del poder administrativo de la Cámara de Comercio de Barranquilla, me decía: "Sí, yo entiendo. No hay problemas legales, ni disciplinarios, en el comportamiento del Alcalde. Lo que hay es un problema ético".
"Es cuestión de haber vivido los años suficientes para ver y oir lo inimaginable", concluimos cuando constatábamos que eso que mi amigo, “El Experto”, llama "Ética", no es tal sino un argumento especioso cuya rigurosidad es inversamente proporcional al poder económico y a la prestancia "social y económica" del ciudadano que es evaluado con un rasero hecho a la medida de los intereses, prejuicios, odios, amores y desamores del que afora su conducta. Hasta el Vaticano aplica el doble rasero. Eso, por ejemplo, le permite elevar a dignidades canónicas honorarias al entonces Presidente Francés Sarkosy, divorciado dos veces y, al mismo tiempo, negar el “beneplácito” al embajador argentino Alberto Iribarne “por haberse divorciado”.
Que la tal “Ética” no es sino un argumento del que se echa mano cuando no hay posibilidades de razonar o cuando resulta evidente que "la judicialización de la discusión" carece de sustento.
Mientras más encumbrado está el sujeto a juzgar, más laxo es el Juicio Ético a pronunciar.
Así, por ejemplo, para este “Experto”, promover a una sobrina política es lícito en Barranquilla y censurable en Soledad.
En Soledad “es un mensaje de nepotismo que cae mal en la actual desconfianza de los soledeños”, en tanto que en Barranquilla “permite garantizar, a través de la saga familiar, un continuo de eficiencia, honestidad, probidad” y de todos los atributos que nuestro amigo le adjudica a los que, a su juicio, están llamados a salvar a la Ciudad y al País de caer en las manos de los herederos de “los tiempos de bárbaras naciones”.
Igual, con su silencio valida que un Padre Directivo “encumbre” a su propio hijo en la Junta de la CCB en tanto que califica como un “hecho disciplinable y criminal” que pueda ocurrir que en Soledad se apoye a un pariente con el que se tiene un tercer grado de afinidad.
La diferencia está en que en el primer caso el Padre Directivo es del Grupo de aquellos que, por ser de sus amigos, “El Experto” califica de probos, éticos, impolutos, insobornables e inmaculados en tanto que al otro le censura, no tanto por la existencia de un distante parentesco con una sobrina política, tan lejano como el que en Barranquilla guardan entre sí muchos servidores públicos, sino por aliarse con alguien del “bando contrario”.
Muy seguramente si los acuerdos se hubieran suscrito con sus amigos, estaría “batiendo turíbulo”, calificando como un acierto del Alcalde Franco Castellanos“la decisión de acompañar a una Lista encabezada por el hijo de un Directivo de la CCB. Eso es una prueba fehaciente de que, cuando hay confianza entre el sector público y el privado, se pueden fortalecer unas alianzas público/ privadas que son fundamentales para el desarrollo de Barranquilla y de Soledad”
Sabiendo de este relativismo en el pensamiento y de la moral que guía el debate público en la Ciudad, tuve la intención de recomendar que la alianza en Soledad se hiciera con aquel delfín para que mi amigo, “El Experto”, estuviera exultante declarando que “se está dando la renovación en la CCB que pide la Ciudadanía y, por el otro, se promueven las nuevas y jóvenes generaciones de unas estirpes de hombres éticos que son garantía de que estos jóvenes contarán con la ayuda y la orientación de quienes han acumulado años de experiencia al servicio de la Ciudad y de la Sociedad”
Como aquello no ocurrió, frente la alianza que no le gusta, y que por eso censura, igual que la mamá de Pablo Escobar, quien reconviene a su hijo diciéndole: “pendejo, cuando haga algo malo, hágalo bien hecho”, no sorprende que, de la misma manera, este amigo “El Experto” en juicios éticos, concluya que, “por eso, el consejo de que no den más papaya, es correcto para cualquier funcionario de Soledad”.
Es lo que va del castigo aplicado al culpable del robo de una caja de cubos de caldo de gallina en un supermercado a la sanción aplicada a quienes defraudaron al Estado por varios billones de pesos. Del roba-gallinas de Suán a Soto Prieto y de ambos a Monseñor Gaitán Mahecha, y de él a García Herreros para llegar, nuevamente, a la mamá de Pablo Escobar en esta suerte de atroquiñamiento moral.
NOTA DEL EDITOR
SIGNIFICADO DE LAS PALABRAS ATROQUIÑAMIENTO / ATROÑICAMIENTO:
De ATROÑICAR: barbarismo de uso común en la Provincia de Padilla en el Siglo XIX en el sentido de "estrangular, apercollar a uno contra la pared" y QUIÑAR: en la misma Provincia de Padilla, vale por "batirse a puñetazos".
(SUDHEIM Adolfo. Lexicografía de la Región Septentrional de la República de Colombia. Ediciones de la Gobernación del Atlántico. Literatura. Impreandes. Bogotá. 1994.)
"Atroquiñamiento moral" es utilizado por el autor para expresar la idea de un debate público, polarizado y cargado de mucha subjetividad en el que la "argumentación se sustenta en juicios morales que se expresan usando violencia verbal, con el fin de descalificar y desestabilizar al interlocutor".