Muchos de los medios y artefactos de defensa usados en las guerras modernas tienen semejantes naturales sorprendentes con el reino animal.
Artillería.-El escopetero, una variedad de escarabajo, tiene un cañón –una glándula anal por medio de la cual dispara, con una detonación semejante a la de una tirabala, un vapor picante que desconcierta y aterroriza a sus enemigos, que por lo común son escarabajos de otras clases y a algunos pájaros.
Metralla de enredar.- Los periódicos informan que los ingleses han ideado un proyectil que, al estallar, arroja hilos metálicos que enredan y paralizan la hélice de un aeroplano. Lo mismo hace el paramecio, protozoario que se encuentra en las charcas y lagunas, para protegerse arroja una masa de hilos que se separan y enredan al enemigo, dando al animal tiempo para huir.
Cortina de humo.- El calamar, para ocultarse de su enemigos en el fondo del mar, arroja un fluido oscuro, detrás del cual, sin que ellos lo vean, huye a lugar seguro, donde permanece hasta que pasa el peligro.
Disfraces (camuflaje).- Entre el sinnúmero de disfraces de protección que se hallan en el reino animal, el más maravilloso es el de la araña de mar, especie de cangrejo marino: este animal toma tallos de algas y los enreda en las púas en forma de ganchos que cubren su caparazón. Allí se arraigan, retoñan y producen plantas que forman un nido y ocultan completamente al astuto cangrejo o araña.
Paracaídas.-La araña común sube a un árbol y arroja de sí un hilo largo; cuando el viento sopla con fuerza y tiende a llevarse el hilo, la araña se deja caer del árbol quedando suspendida del hilo, el cual, arrastrado por el viento, la lleva consigo; cuando ha ido hacia donde quiere, cobra parte del hilo, metiéndoselo hacia adentro, y desciende suavemente al suelo.
Combates aéreos.- Así como la mayor velocidad del avión de caza y la mayor facilidad con que se maneja le permiten vencer al avión de bombardeo, asimismo el colibrí ahuyenta de su nido a los gavilanes y otros depredadores lanzándose sobre ellos casi como un relámpago, hiriéndoles los ojos con su pico largo y agudo, huyendo velozmente y volviendo al ataque, hasta triunfar.
(Revista Selecciones)