Autora: Diana Patricia González Torres
Con la presencia de importantes académicos y especialistas en temas asociados a los orígenes y múltiples causas del conflicto bélico colombiano, se desarrolló el pasado sábado 29 de agosto la tercera sesión de la Cátedra Manuel Ancízar o “Cátedra de la paz: política, salud, arte y cultura para el Acuerdo Social” en el auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional (UN).
María Emma Wills, del Centro Nacional de Memoria Histórica; Jorge Giraldo, de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, y Francisco Gutiérrez, del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la UN, fueron los invitados especiales al primer panel de este evento académico para realizar un análisis histórico del conflicto armado del país.
Desde sus diferentes posiciones y bajo la moderación de Marco Romero -del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz-, Wills, Giraldo y Gutiérrez, compartieron con el público diferentes visiones acerca de temáticas relacionadas con el conflicto como el clientelismo, la reforma agraria, la representación política campesina, la construcción histórica del Estado, la previsión de la seguridad nacional, el narcotráfico y todo lo que de este se deriva, y la paz territorial, entre otras problemáticas que han aquejado al país históricamente.
Durante su intervención, Wills, que hizo una condensada exposición sobre el clientelismo, la representación política campesina y su relación con la desarticulación entre nación y territorios, y la reforma agraria en Colombia, indicó que “los poderes locales están muy vinculados a la propiedad de la tierra” y que, en parte, la violencia que se desató en los años 40 tuvo que ver con las enormes tensiones que existían y que aún hoy existen alrededor de la tierra, por lo que además dijo que “el campesinado requiere realmente que le den un campo político en la toma de decisiones sobre el campo en este momento en Colombia”
Y agregó: “ahí vemos de nuevo esa refractaciòn de una política nacional a nivel local totalmente distorsionada que tiene también que ver con el hecho de que la titulación de la tierra, el registro de la titulación de la tierra ha sido muy caótico”.
Por su parte, Giraldo habló acerca de la caracterización del conflicto colombiano, del narcotráfico y sus consecuencias, de la construcción y “debilidad” del Estado, de los problemas agrarios como secuelas de la guerra, de las víctimas, y de las crisis políticas desatadas en el país a raíz de la operación de los narcotraficantes.
Respecto a este último punto explicó que dicha actividad ilegal no solo dio lugar a la primera crisis política originada por las oleadas de violencia de autoría, inicialmente, del Cartel de Medellín en los años 80 y 90, sino que también permeó las estructuras durante la administración de Ernesto Samper causando la segunda crisis política. “Una segunda crisis política derivada de la capacidad de corrupción del narcotráfico que originó la crisis, esta gran crisis de la impunidad que hubo durante el gobierno de Samper”, aseveró.
A su turno, Gutiérrez se refirió a las causas de los orígenes y persistencia del conflicto -desde temas como las luchas agrarias de colonización, el robo de tierras, el narcotráfico y la subversión-, la reestructuración del ordenamiento territorial, la provisión local de la seguridad, la paz territorial, y el proceso de elección de los comisionados en la Mesa de Negociaciones de La Habana.
“Los comisionados fuimos escogidos de la peor forma posible, un error tremendo de la mesa de La Habana, una parte ponían unos y otra parte, ponían otros”, explicó el académico que hizo parte de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas.
El segundo panel de esta sesión, dedicado al lenguaje del arte, contempló el análisis de la obra “Violencia”, del pintor Alejandro Obregón, un conversatorio que contó con la moderación del profesor William López, del Centro de Pensamiento de las Artes y el Patrimonio Cultural para el Acuerdo Social, y con las reflexiones de Carmen María Jaramillo, curadora independiente; Ivonne Pini, docente del Instituto de Investigaciones Estéticas, y de Álvaro Medina, historiador del arte pensionado de la UN.
Tras hablar del manejo simbólico de la violencia, la sensibilidad en las obras de Alejandro Obregón y su fuerte crítica política y social, Jaramillo, Pini y Medina respondieron a la pregunta formulada por el auditorio ¿qué perspectiva en ustedes tiene la producción de las artes contemporáneas jóvenes para interpretar un tema como el conflicto y el posconflicto?
Al respecto, Medina aseguró: “Llevamos casi 70 años de violencia, 69 para ser exactos, y todavía los artistas están trabajando el tema, entonces vamos a tener para rato, y como se está trabajando mucho con base en la información yo simplemente les diría a los artistas: ojo con la información, porque es muy manipulada, no es confiada”.
La Cátedra de la Paz, enmarcada en la tradicional Cátedra de Sede Manuel Ancízar, inició el pasado 15 de agosto en la Sede Bogotá de la Universidad Nacional y su organización, desarrollo y liderazgo se encuentra a cargo de las facultades de Artes, Medicina, y Derecho, Ciencias políticas y Sociales, así como de los centros de pensamiento de las Artes y el Patrimonio Cultural para el Acuerdo Social y el de Seguimiento al Dialogo de Paz, instancias que, por primera vez en la historia de la UN, unieron sus esfuerzos para crear una iniciativa al servicio de la paz colombiana.