Autor: Desconocido
Cuando escuchamos la palabra "Paraíso" suponemos que se hace referencia de la historia religiosa, como lugar de comienzo del hombre y la mujer. Cuando vemos las pinturas de siglos y siglos en que los pintores se habían imaginado El Paraíso, no consideramos que eso sea hermoso. Es el problema de hoy.
Y cuando la tecnología moderna hace su aparición mostrando la naturaleza, gritamos: ¡Eso sí es el paraíso! Pero no es el paraíso, tampoco. Son las fotografías de diversas especies animales en medio de un hábitat o zoológico, o hallado por allí en cualquier monte o quebrada.
Dicen los que saben que la palabra paraíso procede del griego παράδεισος, paradeisos (en latín paradisus), usado en la Septuaginta para aludir al Jardín del Edén. El término griego procede a su vez del persa پرديس paerdís, ‘cercado’, que es un compuesto de paer-, ‘alrededor’ (un cognado del griego peri-) y -dis, ‘crear’, ‘hacer’.
Otros aseguran que existen fuentes tan antiguas como Jenofonte en su Anábasis (siglo IV a. C.) aluden al famoso jardín «paraíso» persa. Así, su significado original hace referencia a un jardín extenso y bien arreglado, que se presenta como un lugar bello y agradable, donde además de árboles y flores se ven animales enjaulados o en libertad.
Así que mejor veamos ese tal paraíso que nos trae la modernidad, cuando ya no tenemos paisajes o ya no vivimos en las orillas de quebradas o territorios de bosques naturales: