Carmen Rosa Pinilla Díaz
Pensionada, Historiadora - Bucaramanga, Colombia
Leyenda Chilena
Fray Luis de Lapo era un fraile bondadoso; el 7 de mayo de 1641, en las horas de la madrugada llegó hasta su puerta el hidalgo capitán don Lorenzo de Moragua, y le confesó al monástico:
- “Acabo de cometer un horrible asesinato; los celos y el despecho me convirtieron en un matón.
- ¿Qué ha pasado?- dijo el cura.
- “Yo no era malo hasta que me enamoré de María, una de mis esclavas; como ella no correspondía a mi amor, urdí un plan para doblegarla, pero fui sorprendió por su novio, un africano, otro de mis esclavos. Ciego de la ira mandé que lo azotaran hasta la muerte; el pobre sufrió su castigo sin chistar, y antes de expirar, exclamó:
— “¡Maldito, cuenta bien las horas, porque al cumplirse tres días, darás cuenta de mi sangre ante Dios!”.
El sacerdote lo absolvió, haciéndole comprender que el nacer y morir sólo era Voluntad de Dios y no de los hombres, de modo que nada había qué temer; ya tranquilo, con el perdón de Dios en su conciencia, don Lorenzo abandonó el monasterio.
Tres días después, al dar las 10:30 de la noche, hora en que se cumplía el plazo, súbitamente un ruido subterráneo estremeció la tierra; el capitán se sobrecogió, quiso correr, pero sus pies vacilaron; pocos segundos después, se abrieron a su alrededor profundas grietas, las murallas se desplomaron y pereció aplastado bajo sus ruinas.
Era el terremoto de mayo de 1641. ¿Justicia divina?.., tal vez, nadie lo sabe.
(Tomado de Almanaque Mundial, 1989)