Autor: José Antonio Nieto Ibáñez
El pasado sábado 19 de junio luego de despedirme de mi amigo Jorge Vergara y familia, quien había estado por Sevilla descubriendo maratónicamente parte de la ciudad dentro de su gira europea; descubrí en la sección de libros rebajados en precio, del conocido almacén: “El Corte Inglés”; una obra cuyo título encabeza este artículo, escrito por la periodista cubana Lissette Bustamante.
De 477 páginas el libro en cuestión tiene un contenido sorprendente, al menos para mí, pues te abre las puertas para conocer qué es lo que está pasando en Cuba luego del retiro de Fidel Castro, por motivos de salud, de la dirección del gobierno de esa hermana isla. Es un texto que todos los periodistas y analistas deberían conocer.
No sé si estaré haciendo el ridículo con esta recomendación, pues a lo mejor ya es conocida en esos círculos; pero de todas maneras debo confesar que he sido impactado positivamente por ella y, en definitiva, me atrevo a recomendarla para el público en general. Y lo digo con énfasis, pues allí el lector se encontrará descubriendo una serie de situaciones que lo tomarán por sorpresa.
En primer lugar, cambiará su opinión sobre la personalidad del comandante Fidel Castro quien, es uno para el público y otro en la vida privada. Terco, como buen hijo de gallego, quiere tener a todos y cada uno bajo un férreo control; no le gusta que le contradigan y es, desde hace casi 50 años, un gobernante acostumbrado a imponer su opinión personal en todas las decisiones que se han de tomar. Muchas son ya las víctimas de su carácter exaltado, sin excluir a su hermano, Raúl a quien llaman (Él mismo lo reconoce), “El Bellaco”.
Sin embargo, el bordón de los Castro ha sabido sortear esta situación y en estos momentos, luego de haber trabajado como una hormiguita desde hace muchos años, no sólo ha recibido el traspaso del poder por imperativos que todo el mundo conoce, sino que se ha convertido en el hombre que hará posible una apertura democrática en Cuba.
Claro que no será una de estilo burgués, es decir, que Cuba no volverá a ser una colonia de los gringos, sino más bien la hará en lo económico, siguiendo el ejemplo (¡sólo el ejemplo!) del camino seguido por países como China y Viet-Nam en donde se han introducido reformas de tipo capitalista sin desistir del socialismo como modelo de sociedad.
No puedo, en tan corto espacio, expresar todo lo que quisiera acerca de este trabajo; aunque sí advertir que el lector descubrirá el lado más humano de Raúl y de su hace dos años desaparecida esposa, Vilma Espín. Lugar destacado ocupa Mariela una de las cuatros hijos de la pareja, pareja que por cierto ha sido siempre ejemplo de verdadera unión familiar. A Mariela se le conoce en muchos círculos de la sociedad como la cara más amable del régimen cubano.
Pero, lo más importante es que es muy comunicativa, lo mismo que fuera su desaparecida madre; gusta al igual que su padre, del diálogo abierto, y, ha logrado, por ejemplo, hacer un trabajo con los homosexuales y travestís y hoy en día, gracias a su gestión la homofobia en Cuba se está reduciendo ostensiblemente, e inclusive, ya es legal ser operado, en Cuba o en el extranjero, para el, hasta hace poco, tan criticado “cambio de sexo”.
En la actualidad es directora del Centro Nacional de Educación Sexual. Y a pesar de ser la hija de Raúl Castro anda por todos los lugares sin escolta alguna. Y lo más importante, al ser muy amiga de su padre, es una de las pocas personas que le cuentan lo que está pasando en la calle. También nos toma por sorpresa saber que Raúl y Chávez “no son almas gemelas”; que la posición del primero va en otra muy distinta dirección que la del segundo.
Y que su hermana Juana Castro, quien vive en el exilio desde 1964, dice: “Son dos personalidades completamente diferentes. Fidel no escucha; tiene que ser lo que él dice. Raúl presta atención a lo que dice la gente. Es más dialogante, más receptivo a los demás.” Y más adelante expresa Juana Castro: “Recuerdo cuando Raúl dijo: "En Cuba no hacen falta fusiles, hacen falta frijoles". Recuerdo que pensé: "Ese muchacho está pensando mejor que su hermano".
Por último, una vez más recomiendo la lectura de este libro. Y que conste que está escrito por una periodista exiliada en Miami y que conoció de cerca tanto a Fidel como a Raúl, pues trabajó directamente con ambos.