Autora: Blanca Inés Prada Márquez
Cada año por los primeros días de marzo nos unimos en diversos actos para celebrar un aniversario más de nuestra hermosa, digna y grande UNIVERSIDAD INDUSTRIAL DE SANTANDER, que se ha convertido para los santandereanos en el pilar del desarrollo científico, humanístico y tecnológico.
Y es cierto, ella ha logrado extraordinarios desarrollos en estos 67 años de vida institucional con la aprobación de carreras universitarias en los diversos campos del saber y del hacer, con excelentes publicaciones y con el avance cada día mayor en la investigación científica pudiendo competir en este campo a nivel internacional.
Sin embargo, como universidad pública la UIS está llamada a ejercer cada día un liderazgo mucho más amplio. Su ilustrada voz debería dejarse sentir en muchos de los escenarios de la región y del país.
Es necesario, pienso yo, que sus investigadores, docentes y egresados se dejen oír a nivel regional y nacional, para que la ciencia, la tecnología y el humanismo que ellos cultivan cuidadosamente traspase los umbrales del campus universitario e imponga su impronta de disciplina, capacidad analítica y crítica, organización, trabajo riguroso, ética y compromiso social en todos los niveles del desarrollo de nuestro país
Las universidades modernas tienen dos principales funciones:
1) la investigación gracias a la cual se forman investigadores altamente capacitados en las diversas áreas del conocimiento, personas con pensamiento crítico, con amplitud de horizontes, capaces de transformar el mundo gracias al pensamiento y la acción, de contribuir a correr las fronteras del conocimiento gracias a un alto nivel de desarrollo teórico, pero también capaces de aplicar sus conocimientos para la transformación de su propia región, de su propio país, ayudando a poner la ciencia y la técnica al servicio de todos, en particular de los menos favorecidos.
2) Una segunda misión de las universidades modernas es la de formar ciudadanos en el más amplio sentido de esta palabra, con alto valores éticos y humanísticos, capaces de convertirse en líderes en los diversos campos donde se desempeñen como profesionales, brillando por su capacidad para ilustrar, tomar decisiones responsables, éticas, comprometidas con el desarrollo humano, con el respeto por el medio ambiente, con el pluralismo y la diversidad de culturas, capaces de mostrar que el conocimiento no es sólo un bien intelectual, sino también un bien social, un servicio a las comunidades, y un gran impulso para el desarrollo equitativo de los pueblos.
