ACTÚE DE ACUERDO CON LAS PRIORIDADES
Es evidente que necesitamos lo básico para vivir, pero no la cantidad de cosas que vamos acumulando a lo largo de la vida. Así mismo y si lo pensamos bien, llegaremos a la conclusión de que ni siquiera es preciso seguir haciendo actos que no es raro que creamos imprescindibles.
En el estilo de vida actual de nuestra sociedad, la idea de "voy haciendo, voy haciendo" se ha convertido en algo muy agotador y dispendioso. Hacer muchas cosas a la vez, no siempre significa producir algo realmente importante; es necesario actuar de acuerdo con las prioridades de nuestro día a día.
Dé un "vistazo" a su vida, haga un balance de sus actividades y evalúe el grado de importancia que tienen a partir de una lista en orden de importancia. Descubrirá que hace muchas cosas y que la mayoría de ellas se han convertido en acciones automáticas por las que ha perdido todo entusiasmo.
Procure clasificar dentro de sus actividades los ítems que relacionó, a fin de responder a esta pregunta: "es prioritario hacer esto?
Cada vez que esté atravesando por un momento de indecisión relacionado con algún aspecto de su vida, hágase esta pregunta. Mucha gente se está convirtiendo en mediocres ambulantes, esclavos del "hacer, hacer, hacer...", pero independientemente de eso, no cambian nada en la vida.
Cuando nos empeñamos en aquello que se aparta de nuestras prioridades, somos meros trabajadores a destajo, pero cuando nos empeñamos en lo que está dentro de nuestras prioridades, hacemos algo importante para nuestra vida.
Para preguntarnos acerca de nuestras prioridades se requiere valor para enfrentar la verdadera respuesta y ponerla en práctica en forma adecuada. Nadie debe llevar una vida con "maletines existenciales" colgados en todo el cuerpo e intentando equilibrarlos constantemente. Mucho de lo que cargamos ni siquiera nos pertenece y tenemos muy poca o ninguna noción al respecto.
Defina lo que realmente pertenece a su vida y qué es parte fundamental de sus actividades; únicamente conviva con los hijos de su corazón".
TRÁTESE BIEN
Cuando parezca que las cosas no están saliendo bien, no se castigue aumentando aún más su carga de problemas y convirtiéndose en víctima. Siéntase orgulloso de usted mismo, inclusive cuando la marea no esté a su favor.
Nuestro comportamiento en las horas díficiles es lo que nos convierte en alguien notable o en uno de los "olvidados". Toda víctima tiene una teoría óptima acerca de cómo deberían ser los acontecimientos y las personas.
El triunfo tiene muchos padres, mientras que el fracaso es huérfano y por lo tanto, su capacidad para reaccionar tiene que estar a la altura de su desafío. Podemos tolerar muchas cosas si descubrimos por qué ocurren. Para actuar en forma diferente, es preciso ver también los hechos de manera diferente.
Perdemos mucho tiempo intentanto cambiar la realidad, cuando debemos concentrarnos en descubrir las razones por las cuales no es como lo habíamos planeado. Como dice el adagio, "hale la punta del hilo y desenredará la madeja"; es decir, cree su propia visión sensata de todo.
"La vida termina solamente para quien no sabe volver a empezar". Todos los días pueden ser un nuevo comienzo sin sentirse culpable ni autocastigarse; sus propias debilidades en realidad son mecanismos para mantenerse inerte o para justificarse ante los demás, potenciando aún más su carencia.
La intensidad de la búsqueda de soluciones determina el tamaño de la fe que podemos tener en la solución de nuestras dificultades. No es posible mejorar lo que no se ha sopesado, es preciso analizar aquello que desea mejorar. Mire sus adversidades y sepa qué tanto es capaz de superar, qué es superior al sufrimiento que impone a su vida.
Encuentre una diferencia para sentirse importante ante sus propios ojos; nuestra confianza interior no llega según cuanto reclamemos, sino en razón de lo que hacemos y buscamos para nuestra vida.
(César Româo, del libro "Motívese...")