Autor: Teobaldo Coronado Hurtado
Un fármaco en experimentación para el tratamiento de los estadounidenses Kent Brantly, médico, y la enfermera Nancy Writebol infectados con el virus de Ébola, que trabajaban para la organización benéfica Samaritan’s Purse en Liberia -uno de los tres países con Sierra Leona y Guinea que enfrentan la epidemia- tratados inicialmente en Liberia y trasladados después al Hospital de la Universidad de Emory en Atlanta, Georgia; ha suscitado intenso y constructivo debate en la opinión pública cuando casi un millar de africanos han muerto a causa de este mal y miles más padecen la enfermedad sin esperanza de curación.
Además, en España, el sacerdote Miguel Pajares, religioso de la Orden de San Juan de Dios, y primer repatriado desde Sierra leona, recibió también este tratamiento conocido como ‘suero milagroso'. Su resultado fue ineficaz, no pudo evitar su fallecimiento.
El doctor Juan Pablo Beca, Director del Centro de Bioética de la Clínica Alemana en Chile, convocado por la Organización Mundial de la Salud para abordar el brote de Ébola, calificó como "injusticia global y falta de solidaridad internacional" que se haya decretado la alerta mundial por el ébola cuando aparecieron los dos casos que afectaban a ciudadanos norteamericanos y agregó:
"El brote de esta epidemia de ébola partió a inicios de este año y sólo en agosto se determinó la alarma mundial y eso es coincidente cuando dos personas fueron llevadas a EE.UU"."Uno se espanta y dice 'eran dos norteamericanos cuando ya había 500 muertos en África y ahora es la alarma'", cuestionó el doctor Beca. "El tema de medicamentos tiene también esta arista de falta de justicia global, de falta de solidaridad internacional cosmopolita, porque las enfermedades cuyo tratamientos resultan no rentables -porque no hay comprador para los fármacos- no se investigan", explicó.
Sin embargo, otros comentaristas se preguntan:
¿Qué pasa si las primeras dosis de la droga, que nunca se habían utilizado en personas y ni siquiera habían terminado la prueba típica de seguridad en animales, se las hubieran dado en cambio a pacientes africanos?
“Africanos utilizados como conejillos de Indias para medicina de laboratorio farmacéutico estadounidense” hubiera sido escandaloso titular de primera plana en los periódicos: dijo el doctor Salim S. Abdool Karim, director de Caprisa, un centro de investigación sobre el sida en Sudáfrica.
El suero experimental ZMAPP contiene 3 anticuerpos monoclonales para la protección inmunológica contra el virus Ébola, con el objetivo de detener la fiebre hemorrágica. ZMapp es desarrollada por Mapp Biopharmaceutical, una compañía de San Diego, CA, que estaba haciendo ensayos en animales con miras a comenzar las pruebas de seguridad humana el próximo año.
El presidente Barack Obama ha dicho que los países afectados deben centrarse en mejorar sus medidas de salud pública, en lugar de en un fármaco experimental. Según los expertos, el aumento de la difusión del ZMAPP no es una decisión simple y han justificado su suministro en primer lugar, a dos estadounidenses blancos.
"Cuando te enfrentas a una alta tasa de mortalidad, las presiones parecen ser irresistibles y debes recordar que pueden haber efectos secundarios dañinos con fármacos experimentales", dijo Kevin Donovan, director del Centro de Bioética de la Universidad de Georgetown.
Arthur L. Caplan, director de la división de ética médica en el centro médico Langone de la Universidad de new York, dijo que:“los medicamentos experimentales contra el ébola probablemente harían poca diferencia en el brote actual, y que los recursos serían mejor invertidos en tratar de erradicar la epidemia mediante cuarentenas y otras medidas de salud pública”. “Moralmente, todo el mundo está muy interesado en quién debe recibir la droga”, dijo. “Pero la cuestión moral más importante es: ¿Qué es lo mejor que se puede hacer para acabar con ese brote? Y yo no creo que sea la droga".
Todo esto plantea un serio problema ético, si se piensa que es moralmente plausible inyectar un fármaco (en el que no se ha comprobado científicamente su eficacia) a un ser humano para intentar salvar su vida.
- Si nos ponemos en la piel de los pacientes infectados ¿Seriamos partidarios a que nos inocularan este medicamento? ¿Estará nuestra vida más allá del hecho ético-moral?
- ¿Estar infectado de Ébola implica consentimiento total en la aplicación del tratamiento, o no?
- ¿Se puede correr el riesgo de administrar un medicamento contra el ébola en fase preclínica del que se desconocen los potenciales efectos secundarios?
- ¿Si aplicamos el principio del doble efecto es un mal menor darlo de forma limitada y excepcional?
Especialistas en bioética consideran que los profesionales de la salud deben tener prioridad en recibir tratamiento, pues, conocen mejor los riesgos de tomar un medicamento no probado en personas y dar su consentimiento informado.
La prioridad a médicos y enfermeras puede animarlos a enfrentar los riesgos de cuidar pacientes con una enfermedad mortal y contagiosa. Y si se recuperan, podrían volver a atenderlos.
“Creo hay compromisos muy especiales que debemos asumir éticamente con los proveedores de atención médica que están dispuestos a ir y servir”, dijo Nancy Kass, profesora de bioética y salud pública en la Universidad Johns Hopkins.
La OMS convocó el 12 de agosto de 2014 una reunión consultiva para examinar y evaluar las implicaciones éticas que tendría el posible uso de intervenciones no registradas en la toma de decisiones clínicas. El gran número de personas afectadas por el brote de África Occidental de 2014 y la alta tasa de letalidad han llevado a proponer el uso de intervenciones médicas en fase de investigación para intentar salvar la vida de los pacientes y frenar la epidemia.
La organización internacional respondió dos cuestiones básicas.
- Si se puede dar a los pacientes fármacos que no han pasado por las estrictas fases del desarrollo y autorización de los medicamentos.
- Cómo resolver el acceso a este producto cuando las dosis disponibles son escasas. ¿Quién debería recibirlas?
DECLARACIÓN DE LA OMS
Los expertos de la OMS acordaron por consenso que en las circunstancias particulares de este brote, y siempre se cumplan determinadas condiciones, es ético ofrecer intervenciones no probadas, cuya eficacia y efectos adversos todavía no se conocen, con fines potencialmente terapéuticos o preventivos.
El uso de esas intervenciones debe regirse por criterios éticos, tales como:
- Transparencia de todos los aspectos de la atención,
- El consentimiento informado. Libertad de elección,
- La confidencialidad, el respeto a las personas, la protección de su dignidad.
- Participación de la comunidad.
Para la seguridad y la eficacia de estas intervenciones, el grupo aconsejó que, siempre se utilicen para tratar a pacientes, hay obligación moral de recopilar y dar a conocer todos los datos generados, incluidos los derivados de los tratamientos administrados de forma ‘compasiva’ (acceso a un fármaco no aprobado fuera de un ensayo clínico).
El grupo exploró cómo se puede evaluar científicamente el uso de estas intervenciones en fase de investigación para garantizar la disponibilidad de información puntual y exacta sobre su seguridad y eficacia.
Hubo unanimidad con respecto al deber moral de evaluar también estas intervenciones (terapéuticas o profilácticas) en los mejores ensayos clínicos que sean posibles en las circunstancias vigentes, a fin de demostrar definitivamente su seguridad y eficacia o aportar pruebas para detener su uso. Las intervenciones futuras deberían guiarse por los resultados de una evaluación continua.
Además, el grupo identificó una serie de áreas que requieren análisis y debates más pormenorizados, tales como:
- • Formas éticas de recopilar datos mientras se trata de ofrecer una atención óptima en las circunstancias vigentes.
- • Criterios éticos para establecer prioridades en el uso de vacunas y tratamientos experimentales no registrados.
- • Criterios éticos para lograr una distribución equitativa en las comunidades y entre los países, teniendo en cuenta el aumento del número de posibles nuevas intervenciones, con ninguna de las cuales es probable que se pueda atender a corto plazo la demanda existente.
Peter Piot, miembro del equipo belga que descubrió la enfermedad en 1976, ha concedido sendas entrevistas al periódico británico The Guardian y al semanario alemán Der Spiegel en el que muestra su pesimismo sobre el desarrollo del virus y la propagación de la epidemia.
"Siempre pensé que el ébola, en comparación con el sida o la malaria, no representaba un gran problema",
"Creo que ahora no tenemos otra opción que intentar cualquier estrategia, realmente cualquiera. Está bien que EE.UU. y otros países finalmente empiecen a ayudar. Pero Alemania o incluso Bélgica podrían haber hecho mucho más.
Una cosa debería quedar clara a todo el mundo: ya no se trata simplemente de una epidemia. Estamos ante una “catástrofe humanitaria”. Una epidemia así puede desestabilizar regiones enteras. Solo queda esperar que podamos tomarla bajo control. Realmente nunca pensé que pudiera llegar a alcanzar esta magnitud", concluye el científico.
CONCLUSIÓN
Al día de hoy 23 de octubre la Organización Mundial de la Salud (OMS) registra en la última semana casi 1.000 nuevos casos en Guinea, Liberia y Sierra Leona. Con estas nuevas cifras, el número de muertos por la epidemia del ébola suma 4.877 personas de un total de 9.936 casos detectados, incluyendo los reportes de Guinea, Liberia, Sierra Leona, España y EEUU.
Pienso que en nuestro país no hemos dimensionado la magnitud del Ebola. Desconozco, fuera de declaraciones informales del Presidente Santos y uno que otro funcionario gubernamental, pronunciamientos oficiales sobre guías clínicas o sugerencias de manejo y tratamiento para la enfermedad.
A la fecha si estas se han producido no han tenido la difusión suficiente en el medio sanitario y menos entre el público. Por ejemplo, el viceministro de salud Fernando Ruiz Gómez ha declarado con bastante optimismo que “Colombia no se encuentra en riesgo debido a que no se tienen cifras altas de viajeros hacia esos países o de residentes que provengan de esas latitudes. De hecho, el viceministro Ruiz confirmó que anualmente sólo 200 colombianos viajan a África Occidental y lo hacen mediante escalas en terceros países”.
Lo grave del problema comienza para el personal asistencial encargado de atender a los potenciales pacientes, ante la probabilidad de que la epidemia se extienda a Colombia; saber, por ejemplo, que carecemos de instalaciones hospitalarias adecuadas para su cuidado, que no contamos con unidades de aislamiento apropiados, ignoramos en qué lugar de Colombia se pueden realizar exámenes de confirmación de la enfermedad, es probable el Ministerio de Protección Social los envíe a un laboratorio fuera del país, con las implicaciones de tiempo que eso trae.
¿Qué pautas seguir con los cadáveres que como se saben son poderosos contaminantes? Mientras se produce la cremación.
Ni los mismos países desarrollados que hoy están asustados y padeciendo ya la proyección hacia su territorio de la enfermedad le pusieron debida atención en su momento. A lo mejor creyeron que era un problema exclusivo de los negros, del pueblo africano, naciones subdesarrolladas sin ninguna posibilidad de producir los grandes dividendos económicos que ambicionan las multinacionales de los medicamentos de los grandes países desarrollados.
La enfermedad fue descubierta en 1976 pero tan solo hasta julio de este año se consideró como una pandemia porque ¡Vea usted! dos americanos resultaron contaminados en Liberia, cuando desde enero África se desangra y pide auxilio.
¿La histórica indolencia contra el pueblo africano de lo que denominamos “mundo civilizado” ha permitido ya la muerte de miles de sus pobladores por este brote.
Si la comunidad internacional hubiera puesto atención, en su oportunidad, a la tragedia de Liberia, Sierra Leona, Guinea y Nigeria el pánico que hoy sentimos por lo que nos pueda suceder lo hubiéramos evitado. La realidad es que tenemos miedo. Lo importante, ahora, es tomar medidas para enfrentar esta pandemia… ya, porque, con el miedo no resolvemos nada.
Objetivo primordial y final de esta sesión del Capitulo Atlántico de la Academia Nacional de Medicina es llamar la atención a los funcionarios gubernamentales que tienen a su cargo las políticas de salud en la ciudad y el departamento sobre la necesidad de tomar iniciativas urgentes para enfrentar, a tiempo, esta letal enfermedad a nivel regional. Un auténtico compromiso ético de todos, comenzando por las autoridades de salud es el de la prevención.
REFERENCIAS
cooperativa/noticias/pais/salud/experto-en-bioetica-se-decreto-alarma-mundial-cuando-ebola-llego-a-occidente/
elfinanciero/new-york-times-syndicate/al-propagarse-el-ebola-quien-debe-recibir-la-escasa-droga
lavanguardia/salud/20140808/54412886235/farmaco-experimental-contra-ebola-desencadena-debate-etico
elfinanciero/new-york-times-syndicate/al-propagarse-el-ebola-quien-debe-recibir-la-escasa-droga
teinteresa/mundo/cientifico-descubrio-ebola-catastrofes-inimaginable_0_
elpais/elpais/colombia/noticias/ebola