Autor: Jaime Colpas
¡No es Algarabía! como Usted dice, profesor Pablo Sánchez, sino ¡alegría espiritual! y oportunidad para que los académicos éticos y probos recuperen: la autonomía y la democracia universitaria perdida desde hace más de dos décadas, sepultándose para siempre los dos modelos que obstaculizan y reproducen la simulación, el clientelismo y la mediocridad en nuestra rezagada Uniatlántico (En indicadores académicos vamos por un precipicio).
Estos dos modelos, él uno que imperó antes de Ana Sofía (evoque la época de cucayo salarial de los rectores encargados), y el de la saliente rectora pensionada que nos dejó amarrado a la ley 550 hasta el 2020, preservando lo positivo de su gestión (aunque con un Banco Davivienda en la entrada, ya nos empiezan a decir Unidavivienda). Un hecho que ha sido silenciado en el silencio del intermuro y extramuros universitario, así como en la prensa parroquial que no registró esta noticia, cuya chiva fue descubierta por el Dr. en física, Jorge Navarro (le reenvio la resolución de prolongación de la ley 550), quien me ilustró al respecto.
Como representante de los académicos investigadores 1279 de COLCIENCIAS, sí me preocupa el porvenir de Uniatlántico, así como a decenas de docentes investigadores como autonomía conceptual, crítica y sentido de pertenencia.
Los aportantes de los indicadores de investigación y acreditación con el que el Estado reconoce aportes millonarios al presupuesto, pero que por estar en ley 550, la administración saliente premió a programas que le negaron la acreditación.
Pero castigaron a programas de vanguardia como historia, primer programa acreditado en la historia reciente, al que se le negó los equipos modernos, insumos e infraestructura de calidad (ahí está, el ¡mito del taller del historiador!).
Por lo que el nuevo estadio histórico en el que transitaremos, tiene que imperar un modelo de Rector Académico autónomo con decanos académicos, liberados de la intromisión de la politiquería externa de los señores que los eligen desde el Superior; porque es hora de abrir un nuevo camino para funcionar como una institución sería y líder en la Región, no de papel, sino de realidad y no de discurso, sino de operatividad, equidad y felicidad humana, muy acorde con el espíritu de sus fundadores para formar dirigentes del desarrollo departamental, regional, nacional e internacional.
Pablo, la algarabía existe alrededor de los beneficiarios de estos dos modelos que pululan en los espacios de la alta burrocracia y alrededor del cafetín del Chino, cooperativas y asociaciones arcaicas y desfasadas, etc., y aún más, en los tiempos de elecciones en los comandos políticos de los varones de turno, donde sus borregos van a pagan sus favores políticos.
¡Llegó la hora de la autonomía kantiana y de expresar el grito emancipador del rector Martin Lutero!; Le habla una voz de presente que aporta indicadores académicos y lidera la historiografía uniatlanticense con amor al campo universitario y que representa la Alma Mater en recintos nacionales e internacionales.
Por favor, profesor emérito, con el aprecio que le tengo por su trayectoria académica como ingeniero químico estrella, vuelva a leer de manera hermenéutica el discurso escrito para que capte el real sentido del texto lingüístico a Gina Parody, el qué nos es áulico y que no tiene el espíritu de ¡lamentos vallenatos o cantos mortuorios por el cortejo fúnebre rectoral!
Porque aquí lo que le pedimos a la ministra es que nos dé un informe por escrito y mediante un derecho de petición: ¿Cuánto costó la reestructuración y por qué existe un escenario financiero negativo, y qué fue lo que llevó a que se extendiera por seis años más la espeluznante Ley 550? Si esta no me responde, tengo lista la tutela para impetrarla.
Es un derecho de los profesores de la generación del siglo XXI exigirle a la Nación que financia la universidad, y no al gomelo gobernador que paga a regañadientas los pequeños aportes a la universidad, así que le pedimos a la ministra de educación las garantías de un proceso meritocratico con el que muchos profesores uniatlanticenses con hoja de vida ejemplar y moral, puedan aspirar en el proceso en que se deberá renovar las tuercas, tornillos y roscas de la vieja universidad.
Adelante Pablo, como pensionado y profesor contratado, súmate a esa lucha por la dignidad, porque como dijo García Márquez, las especies con cien años de soledad, no tienen una tercera oportunidad, ¡ya tuvimos dos modelos mancondianos!