Autora: Blanca Inés Prada Márquez
La ciencia invade nuestras vidas pero casi todos somos completamente analfabetas frente a la ciencia, por esto el mundo de hoy necesita que nos alfabeticemos científicamente, o que al menos apasionemos a los jóvenes por la ciencia, por el estudio de alguna ciencia, por entender qué significa tener espíritu científico; despertar en los niños la curiosidad intelectual, enseñarles que el científico no es un bicho raro, sino una persona normal que desde muy joven se apasionó por el conocimiento y tuvo la paciencia necesaria para avanzar en sus investigaciones.
Mostrarles que si ellos se los propusieran también podrían llegar a ser científicos. Esta necesidad de alfabetizar sobre la ciencia y de entusiasmar a las juventudes por el conocimiento científico es tanto más importante hoy cuando vivimos en un mundo en donde todo marcha gracias a la ciencia, o gracias a la técnica que ha resultado siempre de alguna teoría científica.
Y es que a pesar de vivir en un mundo completamente mediatizado por la ciencia y la técnica nuestra ignorancia frente a ella es enorme, quizá mucho mayor de lo que era en el pasado.
A pesar de que nuestra sociedad está toda impregnada de ciencia, de que la mayoría de los seres humanos hoy manipulamos teléfonos móviles, computadores y otros aparatos electrónicos, sin embargo nada sabemos por ejemplo de la física cuántica sin la cual estos aparatos no existirían.
Y qué hablar de los progresos en medicina donde se han hecho avances impensables y sin embargo la mayoría de las personas siguen creyendo en astrología, en hechiceros, en curanderos, etc.
Así como es necesario empezar a formar los a los futuros deportistas desde muy pequeños ,—digamos a aquellos que queremos nos hagan quedar bien en las competencias internacionales—, de la misma manera y quizá muchísimo más importante, es empezar a formar a los futuros científicos desde los primeros años de la escuela, despertar en nuestros niños su curiosidad intelectual, motivarlos a hacer preguntas, a buscar respuestas y despertar en ellos el sentido de la innovación que parece ser lo que caracteriza al verdadero científico: su capacidad para plantearse problemas y encontrar respuestas a problemas que a veces nadie se plantea.
Por otra parte no debemos olvidar que la ciencia, al igual que la literatura, el arte, la historia y otras formas de conocimiento, es parte fundamental de la cultura, hay que defenderla y mostrar el papel tan importante que ella tiene en toda sociedad y lo mucho que le debemos, porque es gracias a la ciencia que el hombre ha logrado avanzar tanto en el conocimiento como en la transformación del mundo, y en hacer cada vez más fácil la vida en el planeta.
Tenemos problemas graves hoy, es cierto, problemas ocasionados por la tecnología mal enfocada, pero si la técnica le hace daño a la humanidad no es por culpa de la ciencia, esto es del conocimiento científico, sino por el más uso que hacemos de ese conocimiento.
El conocimiento siempre es positivo, lo que suele a veces ser negativo, lo que le hace mal a la humanidad es no saber poner el conocimiento siempre al servicio del bienestar de la humanidad, de toda la humanidad, lo que le hace daño al hombre es la ambición humana, el desenfreno en la búsqueda del bienestar, el poner el tener por encima del saber, el buscar un desarrollo desenfrenado sólo para unos pocos mientras la mayoría no tiene solucionadas ni siquiera las necesidades básicas.
Una cosa muy buena para desarrollar en los niños la curiosidad y el espíritu científico son las FERIAS DE LA CIENCIA, en donde participan los colegios de primaria y secundaria y donde se pueden descubrir grandes talentos y motivar a muchos niños por la investigación científica.
En esto, como es muchas otras cosas, la UIS ha sido pionera y este año la Facultad de ciencias está preparando la Feria de la ciencia para realizarse en el mes de octubre, con la participación de jóvenes de todo el departamento de Santander y con la orientación de las diversas carreras científicas que hay en la universidad. Desde ya ¡Felicitaciones y éxitos!
Esperemos que el señor Decano de la Faculta de Ciencias nos dé a conocer muy pronto el programa, que seguro debe ser muy interesante, y que toda la universidad se involucre, en especial las carreras de ingeniería, las cuales tienen también mucho para mostrar y enseñar a los niños y jóvenes de primaria y secundaria, llevarlos a comprender que sin ciencia no hay tecnología, porque como bien dijera Karl Popper:“cualquier artefacto, aún el más insignificante que parezca, encierra una buena dosis de teoría, ya que la Ciencia con mayúscula es fundamentalmente eso: TEORÍA".
De sobremesa:
Imagino, y así lo deseo, que en estas FERIAS DE LA CIENCIA también se hable sobre los hombres que han hecho posible el desarrollo científico, es decir, que se hable un poquito de historia de las ciencias, para que los jóvenes entiendan que la ciencia es humana, que ha costado mucho esfuerzo llegar hasta donde hemos llegado, que la ciencia ha sido hecha por personas apasionadas por el conocimiento que han dedicado su vida a la investigación, sin mayores estímulos, motivados sólo por el ardiente deseo de saber y de poner sus conocimiento al servicio de la humanidad. Personas a quienes también podríamos llamar héroes, ahora que está de moda esta palabra y se la aplican a cualquiera.
A veces ponemos a los niños y a los jóvenes como ejemplos dignos de imitar a los padres de la patria, o a grandes cantantes, artistas, deportistas, personas que en el fondo es bien poco lo que nos han aportado de fundamental.
¿Por qué no proponerles también como modelos dignos de imitar a un Harvey, un Galileo, un Kepler, un Newton, un Darwin, un Claudio Bernal, Una Marie Curie, un Pasteur, un Lavoisier, un Planck, un Boltzmann, un Einstein y muchos otros? En fin, a alguna persona dedicada a la ciencia, a la investigación, personas a quienes debemos tantísimo y de quienes sabemos tan poco.