Autores: Juan Felipe Romero Rey y Diana Karina Romero Rodríguez
Y Dios creó la tierra en siete días y en el séptimo día creó la selva, y en la selva todo era caos. El león se proclamó rey, los venados, los búfalos, las cebras eran devoradas sin piedad, los peces más grandes devoraban a los más chicos. Dentro de las mismas especies el más fuerte utilizando la violencia imponía su voluntad y sus propias leyes.
Hasta que un día el sabio búho los reunió en un claro de la selva, a esta reunión asistieron todos los animales muy elegantes y con pañuelos blancos para expresar su deseo de paz.
Con el auditorio lleno el búho le dijo a todos los presentes:
— Si Dios creó la selva nosotros los habitantes de ella debemos construir una selva donde quepamos todos, es decir una selva unida, con unas normas para todos.
El león no estaba de acuerdo, porque estaba acostumbrado a que todos le sirvieron de juguete, de comida y de esclavos, y propuso que lo proclamaran rey con todos los poderes.
El elefante uno de los sabios amigos del búho dijo que no porque no era justo, y que en la selva era necesario dividir el poder en tres ramas, el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial.
El búho estuvo de acuerdo y le pidió al elefante que les explicara a todos los animales que el poder ejecutivo era para hacer cumplir la ley. El poder legislativo para hacer la ley y el poder judicial para castigar a quien no cumpla la ley.
El búho les pidió a todos los animales que votaran si estaban de acuerdo, algunos se miraban y con un poco de temor votaron a favor. El león sigiloso los observaba tratando de obligarlos a votar en contra de esa locura.
Sin embargo, los animales se unieron y votaron a favor de estas leyes. Las hienas se unieron y se marcharon del lugar y con la ayuda del león no estuvieron de acuerdo con esas votaciones y se escondieron en las cuevas para salir y atacar en las noches.
El león que era el capo o delincuente mayor se hacía el inocente, el sorprendido y siempre sin que los demás animales se dieran cuenta ayudaba a las hienas.
El día de las elecciones los animales escogieron al mico como presidente, este con la ayuda de su ejército de animales desenmascararon al león y atraparon a las hienas y las entregaron a los jueces tigres y cocodrilos quienes los enviaron a prisión, y desde ese día todos en la selva viven en paz y recordando al gran sabio búho quien al proponérselo logró la paz en la selva.
Moraleja:“Los animales viven mejor que los colombianos”.
De los autores de la fábula:
Juan Felipe Romero Rey - Coautor de la Fábula - Edad: 11 años - Villavicencio, Colombia
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Diana Karina Romero Rodríguez - Coautora de la Fábula - Edad: 17 años - Villavicencio, Colombia |
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