Autora: Blanca Inés Prada Márquez
Toda persona que reflexione sólo un poquito sobre la cantidad de muertos y heridos que ha habido en estas dos semanas en nuestro país en las celebraciones callejeras por el triunfo de nuestra selección de futbol, debe sentir un gran horror.
Esto habla muy mal de nuestras costumbres, de nuestra sociedad, de nuestra educación, de nuestros valores, de nuestro pueblo. Pero que todo esto haya sucedido a pesar de las medidas coercitivas que las autoridades han tenido que tomar como la ley seca, toque de queda, etc. es mucho peor porque indica que nuestro pueblo no respeta la ley, que no hay nada que pueda controlar sus salvajes instintos.
Como todos los colombianos me he alegrado con el triunfo de nuestra selección porque comprendo que ganar un partido en una competencia como la de los mundiales de futbol exige mucha disciplina, trabajo en equipo, excelente dirección técnica y ganas de hacer las cosas bien, todo esto es muy meritorio y digno de toda celebración y regocijo, y entiendo la alegría de nuestro pueblo a quien desafortunadamente nos le damos muchas ocasiones para sentirse orgullosos de ser colombiano. Sobre esto habría mucho para reflexionar.
Imagino y espero que después de finalizado el campeonato y cuando todo vuelva a la normalidad las instituciones educativas, deportivas, sociales, municipales, políticas, eclesiales y además comunicadores sociales, sicólogos y sociólogos hagan un balance y una profunda reflexión para tratar de entender que le pasa a nuestra sociedad, por qué somos tan violentos, y sobre la manera de canalizar estos instintos tan explosivos para que aprendamos a celebrar en paz y a gozar sin hacernos daño.
Son muchos los motivos que pueden llevar a la gente a desenfrenar sus instintos y a terminar lo que podría ser una fiesta llena de gritos y sonrisa, en lágrimas y lamentaciones. Pero hay dos cosas principales que yo pienso empujan a estos tristes resultados:
1. El desenfreno de los comerciantes para venderle licor a la gente. Era vergonzoso para mí ver las tiendas, los almacenes, los supermercados vendiendo botellas de aguardiente a montones y la gente comprándolas como si fueran botellas de leche para sus hijos.
Este desenfreno en las ventas de licor, en particular de aguardiente, que se ve no sólo en estas ocasiones sino también en las ferias es causante de muchas de las muertes violentas que ocurren en todas las celebraciones.
El afán de hacer dinero con el licor sin mirar las consecuencias que este puede ocasionarle a un pueblo, es quizá el principal causante de tantas muertes y heridos en este mundial.
2. Otro de los grandes causantes de tanta explosión y desenfreno son los Medios de comunicación, en particular la radio y la televisión, que no han tenido en todo este tiempo otro tema diferente al Mundial y que en sus explosivas comunicaciones en lugar de llamar a la cordura, con sus gritos y su alharaca impulsan a las masas a la explosión incontrolada.
Los medios de comunicación están llamados a informar, pero también a educar al pueblo, y a mostrarnos que nuestro país no es solamente futbol Por ejemplo: ¿Se dijo algo este domingo pasado sobre el festival del Bambuco celebrado en Neiva con motivo de la Fiesta Nacional del bambuco? Nada, no mostraron nada.
Sólo el Canal Institucional transmitió la premiación de la presentación final de las hermosas parejas que eternizan con su danza los valores artísticos de muchas de nuestras regiones expresadas en el Bambuco.
Debemos empezar a apasionar a la gente también por el baile, que como el futbol también exige disciplina, trabajo en quipo, buena dirección y muchos otros valores por los cuales es bueno luchar y motivar a los niños desde la primera infancia.
En fin seguiremos reflexionando sobre las lecciones que nos dejará la explosión futbolera que estamos viviendo y los tristes hechos que se han vivido a causa del desenfreno en las celebraciones callejeras.