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Jericó está celebrando 10.000 años de historia

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Lo primero que sorprende al llegar a Jericó es la belleza de la vegetación. Rodeada de arenales, tanto si se llega desde Jerusalén a través del desierto de Judá, como si se toma la ruta de la frontera jordana por el sur, esta antiquísima ciudad bañada por las aguas del río Jordán está protegida por la sombra de abundantes palmeras, naranjos en flor e higueras.

Ciudad de JericóJericó es hoy en día un pequeño pueblo palestino afectado por décadas de ocupación israelí y como casi todos los demás es muy pobre y parece abandonado. Recorriendo su único mercado es posible, sin embargo, encontrar aún los dátiles, los bálsamos y las rosas que hicieran de ésta una de las más célebres ciudades del Imperio Romano.

La fertilidad de este antiquísimo asentamiento humano no es nueva, es mencionada ya en el Antiguo Testamento como La ciudad de las palmeras (Juec.3,13) y como La tierra de los rosales (Eclo. 24,14). Las últimas excavaciones arqueológicas han puesto al descubierto los restos de cinco acueductos que funcionaron simultáneamente durante más de mil años para regar los cultivos y los jardines.

Por los historiadores romanos Estrobón, Plinio y Josefo, sabemos que Jericó fue un gran centro comercial, productor y exportador de sustencias medicinales y aromáticas, particularmente del bálsamo. Fue precisamente el bálsamo el que hizo que Cleopatra pusiera sus ojos en esta región y el que convenció a Marco Antonio de regalarle, en prueba de su amor, los célebres jardines de la ciudad.

Bisagra entre Oriente Medio y África, situada a pocos kilómetros del Mar Muerto, paso obligado en el antiguo camino que de Egipto conduce a las fértiles colinas de Jerusalén, la primera Jericó, fue construida en fechas cercanas al año 9.000 a.C por los primeros Cananeos, cazadores y recolectores prehistóricos que poblaron esta región miles de años antes de los primeros registros de asentamientos hebreos. Llegar a Jericó no es hoy en dia tarea fácil.

La ciudad está, como el resto de Cisjordania aislada por un muro de concreto que la separa del territorio de Israel. Desde 1967, el ejército de este Estado controla la libertad de movimiento de los habitantes, el espacio aéreo y las fronteras de estas tierras cercanas al río Jordán, que las agencias de prensa internacional se empeñan en llamar "Territorios Palestinos".

Desde que fuera conquistada, durante la guerra llamada Guerra de los Seis Días, la ciudad se convirtió en un sitio de llegada de refugiados de toda Cisjordania. Al no formar parte de ningún Estado desde entonces y al estar sometida al conflicto de intereses entre la autoridad de facto del ejército israelí y la autoridad más bien teórica del gobierno civil palestino, ha sido virtualmente imposible diseñar políticas coherentes que permitan la conservación de sus monumentos históricos.

La presencia hebrea en Jericó no es, ni mucho menos, nueva. De acuerdo con lo narrado en la Torá, -el libro sagrado de los hebreos-, esta ciudad fue por primera vez conquistada y arrasada por el pueblo de Israel en el siglo XV, a.C. Josué, el sucesor de Moisés, guió a los israelitas de regreso a la Tierra Prometida, liderando la conquista y destruccion de la antigua Jericó cananea.

Según la Escrituras, Dios les prometió explícitamente a los patriarcas y a Moisés el dominio de estas tierras del Jordán: "He bajado para librarle de la mano de los egipcios y para subirle de esta tierra a una tierra nueva y espaciosa; a una tierra que mana leche y miel, al país de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los perizitas, de los javitas y de los jebuseos" (Ex. 3,8).

Según lo describen las Escrituras, cuando la ciudad estaba ya sitiada por miles de israelitas, los cananeos se rehusaron a entregarla. Dios, que habia abierto las aguas del río Jordán para permitir la llegada de los seguidores de Josué, le mostró al Pueblo Elegido el camino para hacer ceder a los habitantes de Jericó.

Por orden Divina los guerreros hebreos les dieron vueltas a los muros de la ciudad durante seis dias seguidos y al séptimo dieron siete vueltas completas, lo cual hizo que las murallas cedieran y se derrumbaran, permitiendo la entrada del invasor.

Ver murallas antiguas de Jericó...

La población entera de Jericó fue asesinada en pocas horas, todos, menos los integrantes de la familia de la prostituta que había alojado a los dos espías enviados por los israelitas la vispera de la masacre. El visitante contemporáneo puede imaginar la entrada de los antiguos soldados israelitas viendo actuar a los soldados israelitas contemporáneos, quienes desde febrero de 2010 cuidan a los colonos que se han tomado una antigua sinagoga de la ciudad.

Conservada y protegida por el Ayuntamiento de Jericó y por la Autoridad Palestina durante décadas, esta modesta sinagoga alberga, según los colonos que se la han tomado, la tumba de la prostituta que permitió la entrada de los espias a la ciudad hace treinta y cinco siglos, y es, según ellos, una herejía permitir que siga estando en manos palestinas.

La toma de la sinagoga no representa solamente la arbitraria interpretación de la historia en manos de fanáticos religiosos. Esta acción, respaldada por el ejército de Israel, forma parte de la misma estrategia bien coordinada que ha llevado a otros grupos de colonos israelíes a tomarse los centros históricos de las principales ciudades palestinas.

Dibujo alegórico del momento en que los israelitas destruyen las murallas de Jericó con el retumbar de sus trompetas.Es asi como recientemente han quedado en manos hebreas el centro de Belén, con la excusa de que allí está la tumba de Raquel; el centro de Hebrón, con la excusa de que allí está la cueva de Machpelah, y, en centro de Nablus, con la excusa de que allí está la tumba del patriarca José y de dos de sus hijos.

¡Maldito delante de Yahveh el hombre que se levante y reconstruya la ciudad de Jericó!, (Jos. 5:13-6:26). A pesar de la temible advertencia proferida por el líder de los israelitas en el siglo XV a.C, la ciudad ha estado en pie desde entonces. La dinámica propia del Imperio Romano y la existencia del Profeta Jesucristo, son por supuesto hechos primordiales que explican en gran parte la supervivencia de la Jericó posterior a los cananeos.

Los romanos hcieron de la ciudad un importante centro comercial y la dotaron de imponentes acueductos y caminos. Ya en las últimas décadas del Imperio, Jesús visitó la ciuidad y llevó a cabo en sus calles milagros primordiales, lo que hizo que sus seguidores mantuvieran desde entonces una presencia continua de más de dos mil años.

Es así como de los aproximadamente 21.000 pobladores de la Jericó actual, 4.000 son cristianos, la mayoría religiosos de las órdenes de los Franciscanos y los Dominicos, dedicados a obras de caridad y educación.

Aparte de las ruinas de las construcciones cananeas, puede resultar interesante para el visitante, el Monasterio de la Tentación, que a pesar de las trabas impuestas por Israel, cada año llegan miles de católicos de todas partes del mundo.

El Palacio de Hisham y la tumba de Moisés, profeta venerado también por los musulmanes, son algunos de los pocos destinos turísticos viables para los palestinos dentro de Cisjordania. Para el visitante curioso de la historia reciente, los rastros de la guerra del 67 son todavía muy visibles alrededor de la ciudad.

Tres campos de refugiados expulsados de sus tierras durante la última guerra expansionista israelí, se levantan en las proximidades de Jericó. La población actual de la ciudad es el resultado de mezclas entre los pobladores originales de la región y los refugiados llegados en los últimos cuarenta años de todos los rincones de Palestina.

El gobierno palestino ha decidido celebrar este año oficialmente, los 10.000 años de la ciudad de Jericó, procurando al hacerlo atraer a turistas e inversionistas de todo el mundo y contrastar así parcialmente la asfixia económica a la que está sometida la provincia como resultado de las políticas de Israel, en la región.

Han sido contactadas grandes agencias de turismo para labores de promoción, se han construido tres hoteles, se han mejorado las vias de uso público y se han revivido los trabajos de exploración arqueológica en el sitio de Tel Al-Sultán.

Sin embargo, como casi todo lo que ha sucedido o ha dejado de suceder en Cisjordania en los últimos cuarenta años, el éxito de la iniciativa dependerá de la siempre volátil voluntad del ejército de Israelí.

Cifras de una ciudad única

* Menos 240 metros la hace la ciudad más baja del Planeta, con respecto al nivel del mar, a 6 kilómetros del Mar Muerto y a 15 kilómetros de Jerusalén.
* Setenta veces aparece mencionada en el Antiguo Testamento.
* 21.000 pobladores tiene aproximadamente la Jericó actual: 4.000 son cristianos, la mayoría religiosos de las órdenes de los Franciscanos y los Dominicos.
* 1967, es el año desde el que Israel controla la libertad de movimiento de los habitantes, el espacio aéreo y las fronteras de estas tierras cercanas al río Jordán.
* 113 tesoros arqueológicos y sitios de interés turístico hicieron de Jericó una candidata propicia para la lista de Patrimonio de la Humanidad, de la Unesco.

(Antonio Ungar, El Espectador)

 

 

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