Autor: Harold Alvarado Tenorio
La misma semana que la hercúlea ministra de incultura del santismo anunciaba que el gobierno nacional invertiría en Buga cinco mil millones de pesos para mejorar a los padres redentoristas la plazoleta donde explotan al Señor de los Milagros, y sólo 900 millones para una ridícula biblioteca municipal donde al lado de miles de libros españoles de tercera categoría pondrá sin duda un ejemplar de los 1440 que comprará de la patraña contra el libertador Simón Bolivar que acaba de premiar su ministerio, un diario de la capital del Valle del Cauca informa que su Biblioteca Departamental lleva cuatro años sin poder actualizar la colección de libros, debe casi setenta millones de pesos en agua y luz, y contra 61 empleados de planta los politiqueros del municipio, poetastros incluidos, tiene colocados 88 contratistas, al tiempo que ahoga a Incolballet porque su jefa, doña Amparo Sinisterra Barberena viuda de Carvajal Quelquejeu odia a Gloria Castro.
A lo que hay que agregar la horrenda historia de la muerte del poeta Fabio Arias, mejor conocido como Farías, un barbacoano de 51 años, profesor y periodista, víctima de las mentiras de Juan Manuel Santos sobre la salud, que luego de sentir un agudo dolor en el pecho al salir del consultorio del generoso cardiólogo Adolfo Vera Delgado, rodó por varios centros hospitalarios de Cali donde no quisieron atenderlo por ser pobre y terminó muriendo en el hospital de Buga, la ciudad señora, donde la horrenda ministra estaba hablando paja y regalando la plata publica a los padres redentoristas, al tiempo que financia con enormes sumas de dinero público, un festival de teatro que se burla de la Virgen de Guadalupe.
La hercúlea no es solo hipócrita, santista, enemiga de Bolívar, sino que le importan un bledo los poetas pobres, la biblioteca de Cali y el ballet.