Autora: Blanca Inés Prada Márquez
Desde los años setenta empezamos a hablar de educación ambiental en nuestro país, incluso se crearon cátedras en las universidades sobre este tema, algo hemos conseguido pero nos falta muchísimo por hacer.
Necesitamos preservar nuestras fuentes de agua, sembrar miles y miles de árboles en las ciudades y sus alrededores, reforestar los campos, descontaminar nuestros ríos, preservar las especies en vía de extinción, campañas permanentes de educación ambiental que incluyan jornadas de limpieza donde se le enseñe a la gente a reciclar, y algo que es de capital importancia: el aseo en las ciudades, porque una ciudad limpia invita a amar el medio ambiente.
Somos un país sucio, tremendamente sucio. Arrojamos toneladas de basura diariamente sobre prados, calles, alcantarillas, riachuelos, carreteras, ríos y sobre nuestros mares. Cada vez que voy a la costa Atlántica regreso triste y confundida al ver el desaseo que se ve en ciudades turísticas como Santa Marta y Cartagena, sin hablar de las toneladas de basura que se ve en los alrededores de Barranquilla y Ciénaga. Si una región tan linda y tan turística como nuestra costa Caribe ofrece tanto desaseo, qué podemos esperar de otras regiones del país.
Desafortunadamente el desaseo en nuestras ciudades se acrecienta cada día más. Aún nuestras villas, otrora muy limpias y bonitas como Bucaramanga hoy ya no lo es, ya no se le puede llamar la “ciudad de los parques”, estos están muriéndose, sus prados han desaparecido, y en las calles se ve siempre basura.
Pero quiero referirme a un lugar muy especial: la Clínica Ardila Lule, la mejor clínica del país, dicen, pero cuyos alrededores son un verdadero basurero público. Por vivir cerna de este lugar a veces camino por un parque que se llama “El parque de la salud”, frente a la clínica, y siempre me pregunto:
¿Quién es el responsable de recoger la cantidad de basura que dejan las desorganizadas ventas ambulantes en este lugar? ¿Bucaramanga o Floridablanca?
Alguna vez envié una carta a las dos alcaldías pero posiblemente ni la abrieron. Da tristeza que un lugar en donde debería reinar el orden el aseo, la tranquilidad, se haya convertido en un muladar.
Se necesita un esfuerzo mancomunado de toda la sociedad para motivar a toda la población a colaborar con la buena presentación de su espacio vital, sea el campo o la ciudad; y en el caso de las basuras hay que hacer muchas campañas de limpieza y mucho trabajo ciudadano, sin olvidar que esta educación debe empezar primeramente en el hogar, son los padres de familia quienes educan al niño desde muy pequeñito a no tirar nada al suelo ni en su casa ni fuera de ella, después esta educación debe fortalecerse en la escuela primaria, en los colegios y en las universidades.
Da pena entrar a algunos establecimientos públicos y ver basura por todas partes; esto sucede con frecuencia en muchas instituciones educativas del Estado, incluso de educación superior. Pero no basta con que el interior de la institución esté limpio, habría que mirar también cómo están los alrededores, si hay basura por todas partes habrá que recogerla u obligar a los responsables de la alcaldía a hacerlo. No hay cosa que cause más mala impresión que ver montones de basura regada cerca de colegios o universidades.
Todos debiéramos comprometernos con el aseo de nuestras ciudades, pero se necesita el liderazgo de las alcaldías; son ellas las que debieran tomar esta tarea como parte importante de su administración. Si queremos un desarrollo turístico en el país, el primer paso es la limpieza de todos los sitios públicos.
Nadie quiere visitar lugares llenos de mugre. Todas nuestras ciudades serían hermosas si fueran limpias.
El aseo de nuestras ciudades y su embellecimiento con prados, árboles, jardines, murales estéticos, monumentos artísticos, arreglo de las aceras para que se pueda transitar por ellas, son parte del medio ambiente sano.
Y qué decir de la limpieza y organización en las plazas de mercado, que son una vergüenza en nuestro país y se prestan para toda clase de ventas ilícitas; otro asunto de capital importancia es la organización de los vendedores ambulantes, en especial de aquellos que venden comida ¿Quién controla el aseo de estos lugares?
Tenemos que educarnos y reeducarnos en la capacidad de asombro para valorar y apreciar todas las cosas buenas, bellas y maravillosas que poseemos: paisajes hermosos, una diversidad de climas que envidarían muchos países desarrollados; fauna riquísima y flora muy variada en colores, olores y sabores; toda clase de verduras, frutos y granos; largos y caudalosos ríos; esmeraldas, piedras preciosas y otros minerales; petróleo y extensos bosques donde la biodiversidad es una de las más ricas del planeta.
Nuestro país tiene una situación geográfica privilegiada y cuenta con muchas cosas maravillosas que nos podrían llevar a vivir de una manera mucho más agradable, plácida y civilizada. Sólo nos faltan algunas cositas, entre otras, lograr una mayor justicia social, por supuesto, pero sobre todo EDUCACIÓN CIUDADANA que nos lleve a desarrollar comportamientos más comprometidos con el bien común.
Tratándose de la conservación de un medio ambiente sano, tema del que venimos hablando, deberíamos desarrollar el sentido de pertenencia y el deseo de contribuir con nuestro granito de arena a mejorarlo todo, incluso el paisaje.
En este sentido, nuestro granito de arena podría ser, por lo menos, no arrojar basuras fuera de la caneca, no arrojar basura en los lugares públicos, reciclar siempre y colaborar para que otros cambien sus irresponsables comportamientos y se concienticen del beneficio que reciben con ello, porque si hay algo que beneficie a toda la sociedad: jóvenes y viejos, ricos y pobres, campesinos y citadinos, es un medio ambiente sano.
Los medios masivos de comunicación, como la televisión, la radio y los periódicos nacionales y regionales, podrían jugar un papel importantísimo en la educación hacia la estética y el medio ambiente sano, no sólo hablando y discutiendo frecuentemente sobre estos temas de tanta importancia para el país, sino también promoviendo concursos para premiar al barrio más limpio, la ciudad que mejore recicle, los parques mejor cuidados por la ciudadanía, las alcaldías mejor comprometidas con la limpieza y el embellecimiento de sus ciudades.
En relación con el medio ambiente sano está el tema de la contaminación visual y auditiva, un asunto totalmente descuidado en nuestro país. Esto también acrecienta la violencia. Música a todo volumen aún a altas horas de la noche, conductores que pitan y pitan sin cesar, ruidos injustificados en los apartamentos, propaganda en todas los rincones de la ciudad, letreros en las paredes; ni siquiera se respetan los bellos paisajes de las carreteras, todo se contamina de música estridente y de letreros de mal gusto.
¿Qué se está haciendo en el país para corregir estos comportamientos tan contaminantes, tan peligrosos para la salud física y mental de los ciudadanos? Todos debemos hacer algo pero la mayor responsabilidad la tienen las alcaldías y los centros educativos sean escuelas, colegios o universidades.
De sobremesa:
Me uno a la celebración del Medio ambiente con el día SIN carro en la UIS. Qué buena idea, todos llegaremos mañana en bicicleta, en bus o a pie. Buenísima iniciativa, esperemos que este sea el comienzo de una verdadera educación ambiental en nuestra Alma Mater, donde falta mucho por hacer en este campo.
Lo primero pienso es mantener la universidad en un aseo perfecto, con salones limpios donde nadie se permita dar clase si hay por lo menos un papel en el suelo. Donde los jardines, los prados, los árboles se cuiden como si fueran sagrados, donde cada estudiante logre tomar conciencia de que él es un líder y como tal mañana debe ser un agente de bienestar social, y el bienestar empieza por embellecer y limpiar nuestra propia casa, la cual en sentido amplio puede ser no sólo nuestro hogar, sino también el lugar de trabajo, el barrio o nuestra ciudad.