Autor: José Antonio Nieto Ibáñez
30 años atrás, las comunicaciones entre los seres humanos solamente se daban a través de la radio, la televisión, los periódicos y revistas. No existía Internet, al menos de forma masiva. De manera que, si leíamos una información en cualquier periódico, con la cual no estábamos de acuerdo, por varios motivos, sin excluir la mentira, teóricamente y de conformidad con los principios democráticos, teníamos derecho a rectificar a través del mismo medio que publicó la supuesta falacia.
Eso, en teoría, porque, al menos en Barranquilla, casi nunca se cumple con el fundado y sano derecho a replicar o desmentir una información. Ni siquiera en la sección de “Lectores escriben”.
Sin embargo, hoy las cosas han ido cambiando para bien de las mayorías; pues, si los periódicos todavía hacen caso omiso a tus reclamos o rectificaciones, puedes hacer uso de Facebook o de Twitter en donde puedes despacharte sin límites de espacios y no como en la mayoría de los diarios en donde, por obvias razones, te limitan a cuartilla y media o quizás un poco más.
Dicho esto, quiero ir al grano de la cuestión, y sin extenderme demasiado en esta especie de preámbulo, quiero expresar que, en mi opinión Barranquilla, la ciudad carnavalera y alegre por antonomasia, tiene una característica negativa: es una urbe en donde las mentiras se convierten en verdades.
Pondremos solamente uno cuantos ejemplos:
1.- En octubre de 1925, dentro del recinto del afamado Teatro Cisneros y cuando se estaba proyectando la película “La Encadenada”, sonaron varios disparos que, sin duda alguna, no podían provenir de la cinta, ya que la película era muda, y el acompañamiento de la orquesta no tenía la capacidad de imitar el sonido de un pistoletazo.
Fue por eso que, muy asustados, los encargados del recinto encendieron las luces y comprobaron que había habido un enfrentamiento a bala entre el periodista y director de La Nación, don Pedro Pastor Consuegra y el poeta Héctor Parias Oliver.
El primero resultó muerto y el segundo, con heridas leves fue enviado a la cárcel de Obando. Tres meses más tarde, Héctor Parias murió asesinado por un sicario ecuatoriano de nombre Salvador Espinosa, quien declaró: “Lo maté por un poema”.
Lo cierto es que los barranquilleros de entonces no quisieron aceptar esas versiones, sino que empezaron a propalar dos falsedades:
- que Héctor Parias había asesinado a Pedro Pastor disparándole a quemarropa por la espalda y
- segundo, que lo del asesinato del poeta en la tenebrosa cárcel de “Obando” no era cierto, que la verdad “monda y lironda” era que Héctor Parias había sabido escaparse de la prisión, disfrazado de mujer y que, con la ayuda de unos amigos había alcanzado la cosmopolita ciudad de Nueva York en donde vivía sin ningún temor, pues era muy difícil su recaptura en una urbe tan grande como la ciudad de marras.
Lo cierto es que todavía hay personas que creen en esas falaces versiones.
2.- En una madrugada abril de 1935 fue asesinada, por estrangulamiento, en la afamada Pensión Inglesa, doña Catalina Hoare, viuda de Meek. No vamos a entrar en detalles, mas, lo cierto es que la policía concluyó que habían sido ladrones que le robaron tres anillos de mucho valor ($1.500 pesos de la época); pero la gente empezó a decir que el asesino había sido su propio hijo, Frank Meek Hoare con el premeditado propósito de cobrar pronto la herencia.
El asunto es que aún en los días que corren hay gente que apuestan por esa ignominiosa explicación.
3.- Ya un poco más hacia la década del 50, un eslogan comenzó a triunfar en Barranquilla: Sin Igual y Siempre Igual, lema que, como todos sabemos se impuso durante muchos años entre nosotros y en todo el país y que perteneció a la cerveza “Águila”.
Nosotros, junto a otros que hemos investigado, sabemos que ese estribillo nació en 1935, con motivo de los Terceros Juegos Nacionales realizados en Barranquilla y que, para personas conocedoras de nuestro pasado, como don Chelo de Castro es atribuible a don Arturo de Castro Palacio, pese a que otros opinan que fue el propio don Mario Santo Domingo quien lo inventó.
Con todo, no es eso lo más grave, pues en verdad puede haber sido uno de los dos. Mas, lo intolerable, es que alguien se lo haya adjudicado al gran periodista y escritor, Álvaro Cepeda Samudio siendo que cuando este eslogan nació, Álvaro Cepeda tenía apenas 7 años de estar con los pies sobre la tierra. A no ser que ignoremos que Alvarito era un niño prodigioso y que en verdad se sentó una vez en el pupitre de su colegio y se puso a cavilar hasta que dio con esa genial muletilla.
Pero bueno, allá ellos si lo creen, pero lo que es este que esto escribe no sabe tragar entero. Lo cierto es que Cepeda fue, durante varios años, el encargado de la publicidad en esa empresa cervecera y, tal vez por eso, alguien se inventó la ficción de que Cepeda llegó una tarde de agosto, tan acalorado a una tienda de barrio, que para calmar su sed, pidió con urgencia una cerveza al tendero y dicen, los que atestiguan estos hechos, que cuando el escritor se bebió, de un solo trago, su botella, sin más rodeo y sin importarle el consecuente eructo exclamó:
— “En verdad esta cerveza Águila está: SIN IGUAL Y SIEMPRE IGUAL”.
Y, desde entonces, el 90% de los barranquilleros da por sentado que esto fue así. Lo más triste es que, en mi opinión, el propio Cepeda debió haber rectificado esto; pero, no lo hizo, dejó que se lo atribuyeran a él, ya que, en todo caso, había otros estribillos que sí le pertenecían que estuvieron muy de moda; pese a que ninguno alcanzó la fama de los referidos al comienzo de este ejemplo. El caso es que estamos ante otra mentira forjada en nuestra querida Barranquilla.
4.- Ahora le toca el turno a otras inexactitudes aparecidas en un artículo escrito en la revista Latitud de El Heraldo a tribuido al escritor y cineasta, Gonzalo Restrepo. Y como lo allí escrito me concierne, quiero ir un poco más atento a lo que dice este reconocido intelectual.
En primer lugar y para que no quede duda alguna, la única persona que ha hecho una investigación profunda sobre don Floro Manco he sido yo. Don Gonzalo Restrepo lo que hizo fue, basado en mi libro, elaborar un documental que él intituló: “Floro Manco y el legado que nos dejó”.
Pero veamos algunas de sus aseveraciones que hace en su artículo Cien años del primer documental hecho en Colombia, dice lo que sigue:
“(…) En el año de 1914, Floro Manco — italiano nacido en Scalea— llegó a la ciudad y filmó con mano firme y pausada por primera vez en el Caribe colombiano. Cómo no recordarlo —su copia restaurada está en la Cinemateca del Caribe y se titula Carnaval de Barranquilla, siendo además el primer documental del cine colombiano—. Al comienzo de la cinta de Floro Manco hay imágenes de la familia, y por supuesto una descripción de la época de un carnaval con sus danzas, carrozas, bailes, disfraces y la multitud con la ausencia de primeros planos.
Aquí podemos rectificar lo siguiente: Floro Manco arribó a Barranquilla en 1905, acompañado por su amigo y compatriota, Vincenzo Apicella. Se habían conocido en Venezuela en donde Floro Manco había adquirido fama por ser el fotógrafo oficial de una gira que hizo la colombiana esposa del presidente Cipriano Castro, a la fronteriza ciudad de Cúcuta; pero antes de llegar a Barranquilla estuvieron unos días en Ocaña en donde residían unos paisanos suyos; los hermanos Grimaldi.
Ahora, lo más grave es que el señor Restrepo afirme, sin siquiera haberlo preguntado, que el documental que guarda la Cinemateca del Caribe es el mismo del carnaval de 1914; que hay imágenes de la familia y una descripción de la época de un carnaval con sus danzas…etc.
Yo puedo decirles, estimados lectores de CORREveDILE.com que esto es una falsedad del tamaño de un buque, ya que el documental que reposa en la Cinemateca (en realidad en Patrimonio Fílmico en Bogotá) no es el mismo de 1914, sino uno que Floro Manco realizó en 1930-31 para el disfrute de su familia y no para el público.
Esto lo puedo aseverar, pues fui la persona que recibió de manos de don Aníbal Manco el documental completamente deteriorado. Y me lo entregaron a mí por obvias razones: era yo el encargado de la investigación sobre el patrimonio fílmico en la Costa Caribe colombiana. Posteriormente, lo llevé a la Cinemateca y la entonces directora, doña Sara Harb Said gestionó, junto con la Fundación Patrimonio fílmico, ya nombrada, su envío a Inglaterra en donde fue totalmente restaurado.
Y, para que no quede duda alguna, fue el propio don Aníbal Manco quien me confesó que El Carnaval de Barranquilla en 1914 y los otros documentales fueron a parar, por equivocación, al carro de la basura, pues habiendo permanecido durante un tiempo en una bolsa, en mala hora, una mañana cualquiera, la empleada del servicio de la familia Manco al escuchar que el camión de la basura estaba en la puerta y como para querer demostrar su gran eficacia tomó la bolsa y sin mirar siquiera su contenido lo entregó al funcionario de la recogida de basuras de la eficientísima “Empresas Públicas Municipales de Barranquilla”.
Más adelante dice el escritor:
“(…) Considero pertinente anotar y a modo de paréntesis respecto a su segundo filme El triunfo de La Fe (1914 o 1915), que sin lugar a dudas podemos considerarlo como el primer comercial de la historia audiovisual de los comerciales en Colombia. La Fe era un establecimiento ubicado en la calle 30 con 38 esquina y que mereció la atención de un italiano cargado de buenas ideas, en un Caribe donde el cine ya se exhibía en varias salas de proyección de la ciudad. En el cortometraje se hace publicidad a los cigarrillos Ideales.
Aquí vale la aclaración que “El Triunfo de la Fe” no fue de 1915 o 1915 como él afirma, sino de 1918. Lo que expresa más abajo es cierto; pero se nota a la legua que don Gonzalo no conoce el argumento de este documental de tipo comercial. Y déjeme aclararle que fui yo quien descubrió el argumento en el periódico La Razón de Barranquilla, lo cual consta en las páginas de mi libro “Floro Manco Pionero del Cine Documental Colombiano”, editado en Sevilla, España. Veamos:
Ya como resultado concreto de nuestra investigación, pudimos descubrir en la información de prensa consultada, el verdadero contenido de este documental cinematográfico: era una propaganda de corte comercial sobre la marca de cigarrillos "Ideales" producidos por la fábrica de tabacos "La Fe", la cual era de propiedad del señor Julio Eufredo Gerlein Güell.
Por la importancia que para nosotros tiene todo lo relacionado con este documental, hemos querido seguir paso a paso todas aquellas informaciones de prensa acerca de él.
"(…) Anoche tuvo lugar en el Teatro Cisneros el ensayo de la película que el artista señor FLORO MANCO ha desarrollado con temas proporcionados por don Julio E Gerlein. Es una hermosa cinta de propaganda a los cigarrillos que produce la fábrica "La Fe" y de muy valiosa propaganda para las industrias costeñas. Aparecen en el telón vistas panorámicas de Barranquilla, los caños de Santa Marta, las Bocas de Ceniza, parajes del río Magdalena y varios cuadros plásticos formados por las más bellas señoritas de la aristocracia barranquillera.
“Una parte interesante de esta película es la visita de Zamacois a la fábrica del señor Gerlein. Aparecen en la cinta el apreciable literato y conocidos caballeros de esta ciudad que lo acompañaban. La primera proyección pública se hará la próxima semana a beneficio del templo de San Roque y de la Junta de Ornato y Embellecimiento de Barranquilla."
Por su parte el periódico "La Nación" de fecha 26 de junio de ese año decía:
"(…) El popularísimo hombre de negocios e incansable propagandista, señor don Julio E Gerlein, apreciable amigo nuestro, ensayó el viernes en la noche, en la pantalla del Cisneros la película de su propiedad que lleva el nombre "El Triunfo de la Fé", y de la cual es autor el artista señor FLORO MANCO."
"Según nos han manifestado todos los que vieron el ensayo, la película en todas sus partes constituye un grande e inesperado éxito.
"En ella se ven vistas de la carretera, Puerto Colombia, varias distinguidas damas de nuestro mundo social, y la visita que el ilustre Zamacois hizo a la fábrica "La Fé".
"La cinta, por cuya construcción merece tanto el señor FLORO MANCO como el señor Gerlein muchas felicitaciones, las que les presentamos gustosos - ya que ella constituye un visible progreso industrial-, será próximamente estrenada en el Cisneros dando con ella una función a beneficio del Comité de Ornato y Mejoras Públicas."
Por fin, el 22 de Julio, es decir, casi un mes más tarde, se daba la noticia de su estreno en el periódico "El Día".Veinticuatro horas después, “La Nación" la notificaba, para las horas nocturnas.
Veamos ambas notas:
"(…) Mañana se estrenará en el Teatro Cisneros, la película desarrollada por FLORO MANCO para don Julio Gerlein. El producido total de esa función está dedicado a las fiestas de San Roque y a una Junta Urbana.
"Esta película fué ensayada el sábado ante algunos reporters (sic) y ante las familias de las personas que figuran en ella y todos aseguran que se trata de algo verdaderamente artístico y de un incalculable valor propagandista, no sólo para la fábrica del señor Gerlein, sino para toda la región costeña."
"(…) La hermosa y sensacional película nacional de este nombre que como RECLAME a sus afamados cigarrillos ha arreglado convenientemente nuestro apreciado amigo don Julio E Gerlein, y la cual fué ensayada en la noche del viernes último ante un selecto grupo de damas y algunos representantes de la prensa, pasará esta noche por el lienzo del Cisneros en función a beneficio del Templo de San Roque y de la Sociedad de Ornatos y Mejoras Públicas."
Con la siguiente nota podemos observar - a pesar de ciertas opiniones contrarias - el gran aprecio de que gozaba el ciudadano Gerlein.
"El Día" del 24 de julio de 1.918, luego de intitularla:
"La obra propagandística del señor Gerlein", decía:
"(....) Cuantas personas concurrieron anoche al Teatro Cisneros, pudieron apreciar con toda exactitud hasta dónde llega la popularidad de un ciudadano cuyo amor a la patria chica, reflejo del amor a la patria grande, tiene cada día manifestaciones más sonoras y trascendentales, que redundan al par que en una admirable propaganda personal, en una valiosísima propaganda para las industrias costeñas y para los
hombres y las cosas nuestras, de todo lo cual se tiene idea tanerrada o tan absurda en algunos lugares de la República, a donde no llega todavía la luz y en donde no se conoce nuestro mar, ni se sabe de nuestra sana altivez, ni siquiera se tiene noticia de la magnificencia de los crepúsculos marinos ni de la majestad de nuestros paisajes.
"Don Julio E Gerlein para quien fueron anoche todas las exclamaciones en el Teatro Cisneros, es un industrial que en el vértigo del progreso se ha impuesto la dura y costosa tarea de popularizar a estas regiones a la sombra de la propaganda que viene desarrollándole a su famosa fábrica LA FE y lo demuestra la bella película que proyectó anoche, película compuesta de hermosos panoramas y escenas típicas que provocaron las consecutivas carcajadas de los espectadores cada uno de los cuales recibía ahora un simbólico abanico, luego una cajetilla de cigarrillos deliciosos y muy bien presentados.
Sobre los concurrentes a la galería sobre esa muchedumbre de obreros que saben avaluar todas las actividades del señor Gerlein, cayó a intervalos una verdadera lluvia de cigarrillos empaquetados; que el pueblo se disputaba dentro del natural bullicio, pidiendo más y aclamando al incansable propagandista, cuya continua aparición en el lienzo, seguía provocando ovaciones.
Esta memorable fiesta pública terminó con la proyección de la película local alusiva a los festejos de San Roque, cuyo número más típico, la cumbiamba, se desarrolló al compás de la orquesta primitiva.
“Y nuevamente se hizo apreciar al público el anuncio luminoso de La Fé, que es el más bello y el más sencillo de cuantos llevan construidos hasta ahora los hermanos Salici."
La Nación" fue mucho más allá en cuanto a elogios y bien vale la pena leer lo que expresó en la misma fecha:
"(…) EI espíritu altruista y patriótico de nuestro buen amigo don Julio E Gerlein, una de las más salientes figuras progresistas de industriales de la Costa Atlántica, dió al público de Barranquilla una de las más agradables sorpresas. El esperado "Triunfo de la Fé", pasó anoche por la pantalla del Cisneros ante una crecida y selectísima concurrencia de damas y caballeros.
“La función revestía doble mérito: se exhibía por primera vez una película nacional y el producido de la entrada era destinado a contribuir con el embellecimiento de la ciudad y a los trabajos del hermoso templo de San Roque en construcción. Por eso también es doblemente digno de aplausos el señor Gerlein.
"El espectáculo resultó en exceso variado y muy interesante. Fué todo él una cosa muy nuestra, que estamos viendo constantemente todos los que pisamos estas calientes arenas que caldean ardientes soles tropicales. La película bastante bien impresionada, es en absoluto de puro y simple sabor local, lo que hace la proyección muy amena y divertida. Y es que estar viendo con nuestros ojos en el lienzo aquellas cosas que por uno u otro motivo nos son familiares, ya que continuamente las estamos viendo en la realidad, resulta a veces mucho, pues apenas por un encanto de soñación las ha adivinado nuestra exuberante fantasía.
"La función para decirlo de una vez, en pocas palabras, fué todo un éxito. Con ella don Julio Gerlein debe estar más que satisfecho, al ver con gusto que sus plausibles esfuerzos y su lucha constante por el engrandecimiento de Barranquilla tienen fructuosos resultados.
"Su figura, en la cual se advierte a primera vista al hombre de acción -como lo dijo Zamacois- al aparecer en el lienzo, era motivo de muchos y repetidos aplausos, lo que da la más palpable prueba de su eficaz triunfo.
"El aplaudido trío Salici, para contribuir al mayor éxito de la función, tomó parte en ella cantando en traje de carácter algunos números de su extenso repertorio, siendo ovacionados como cada vez que se presentan en escena. La concurrencia fué obsequiada con grandes cantidades del famoso cigarrillo "La Fé", lo mismo que con abanicos.
"Por el efectivo triunfo obtenido anoche con semejante sorpresa que el público ha recibido con el más caluroso beneplácito, nuestro amigo el señor Gerlein, propietario de la fábrica de cigarrillos "La Fé", la cual por la calidad de sus productos avanza rápidamente a ocupar puesto de honor en sus similares de la República, merece muchas y sinceras felicitaciones, las cuales no regateamos en presentarle gustosos nuevamente."
La nota que sigue a continuación rescata el argumento de la cinta, algo de suma importancia, pues al menos sabemos por esta lo que la pérdida física del film en cuestión no nos hubiese permitido ni siquiera imaginar.
"(…) Anoche se verificó la exhibición de la película, cuyo es el título con que estas líneas encabezamos.
"A las ocho y media p.m. estaba ya colmado el elegante Teatro Cisneros, tanto en platea y palcos como en galería.
"El Triunfo de la Fé" es una película netamente nacional, creada de la fantasía fecunda de este industrial activo como hay pocos, llamado a secas Julio Gerlein por el pueblo entero de Barranquilla, que lo considera exponente fiel de su actividad industrial y mercantil.
"La primera escena tiene por teatro las hermosas playas de Puerto Colombia, en donde el mar lame con convulsiones apacibles esa parte de tierra colombiana.
"Tres individuos, entre quienes reconocemos a dos de los artistas Salici, entablan lucha por una cajetilla de cigarrillos "Ideal".
"En el momento crítico de la contienda aparece el señor Gerlein con dos gruesas de cigarrillos en las manos y ofrece sendos paquetes a los luchadores, que ante la perspectiva de aspirar el suave aroma de los Ideales, tórnanse de encarnizados leones, en corderos de mansedumbre noble.
"Se abrazan, se estrechan, y, acompañados de Gerlein, toman el tren, camino de Barranquilla, en franca y agradable charla.
"La escena segunda se desarrolla en la carretera, en parajes hermosos, sencillamente cautivadores que alejan del ánimo el deseo de emigrar en busca de la belleza de la naturaleza, porque difícilmente en parte alguna, ésta muéstrase tan soberbiamente hermosa.
“Las Bocas de Ceniza pasan por el telón con su esplendidez maravillosa, invitando a todos los barranquilleros, a todo colombiano amante de su patria a secundar a Gerlein en la labor de conseguir la apertura de esas bocas que serán bellocino (sic) de oro, para la Costa Atlántica”
Hasta aquí queridos amigos de CORREveDILE.com