Autor: Jairo Cala Otero
Se ha vuelto «lugar común» en la redacción de las noticias policiales el uso del adjetivo ‘aparatoso’ para calificar los accidentes automovilísticos. No fuese motivo de observación alguna si tal adjetivo se ajustara, semánticamente, a la calificación que se pretende hacer con él de los hechos trágicos sucedidos.
Porque el vocablo ‘aparatoso’ no significa grave, letal, mortal o fatal ─como creen sus usuarios─, sino ostentoso, con mucha algarabía o bullicio. De tal suerte vale preguntar cuáles son los accidentes pomposos y desmedidos que registran las noticias cotidianas. ¡Ninguno! Todos implican tragedia, dolor, sufrimiento…
He aquí algunos ejemplos del uso incorrecto de ese adjetivo:
«En el barrio Modelia se registró un aparatoso accidente que dejó un muerto y cinco heridos».
«Un aparatoso accidente de carretera ocurrió hoy, y murieron 20 personas».
«Las autoridades recomendaron a los ciudadanos no manejar embriagados para evitar aparatosos accidentes».
«En el aparatoso accidente murieron dos mujeres y un niño».
En todos esos casos el adjetivo ‘aparatoso’ está mal empleado. Por tal razón, se termina diciendo una gran mentira: que todos esos accidentes fueron ostentosos, o con muchos «bombos y platillos». Y esto último es contradictorio con lo que realmente sucede en tales tragedias: muerte, llanto, dolor, angustia… ¡No hay ninguna ostentación!
Como hay incrédulos de esta observación (conozco a algunos), aquí está el vocablo con su respectiva definición semántica del diccionario académico de la RAE:
‘Aparatoso, sa: Que tiene mucho aparato (ostentación). Desmedido, exagerado’.
Como se nota claramente, mal puede llamársele aparatoso a un accidente en el que las consecuencias son nefastas: o hay heridos, o muertos; o ambas clases de víctimas. Y, repito, eso no constituye ostentación alguna, ni es motivo para celebraciones mundanas. La segunda definición (es decir, desmedido, exagerado) tampoco se ajusta para un accidente, pues esas contingencias inesperadas no tienen control ni medida.
¿En qué casos podemos usar ese adjetivo? En otras circunstancias, como las siguientes:
Una fiesta de grandes proporciones, como las que suelen hacer los narcotraficantes y similares. En esas reuniones es tal el aparato (la ostentación) que el derroche no tiene límites. Son fiestas aparatosas. (Valga reiterar, no significa que sean fiestas trágicas).
Un evento deportivo mayúsculo, como un mundial de alguna disciplina atlética. Todo el componente organizativo, desde la inauguración hasta la clausura, pasando por las competiciones, es aparatoso; tiene gran despliegue de bullicio, inversión monetaria, derroche de creatividad, etcétera.
Un espectáculo circense con muchos artistas y gran variedad de recursos en escena. La espectacularidad de los actos presentados y la deslumbrante actuación de sus artistas constituirán el aparato artístico. Luego será un espectáculo aparatoso.
Para no dejar «en el aire» el erróneo estilo de redacción de los periodistas policiales, ellos pueden acudir a otros adjetivos para excluir de su lenguaje el equivocado ‘aparatoso’ que, en los casos arriba citados, está fuera de lugar. En algunos casos es preferible no usar adjetivos, sino apenas el sustantivo ‘accidente’. Veamos:
«En el barrio Modelia se registró un grave accidente que dejó un muerto y cinco heridos».
«Un accidente de carretera ocurrió hoy, y murieron 20 personas».
«Las autoridades recomendaron a los ciudadanos no manejar embriagados para evitar trágicos accidentes».
«En el accidente murieron dos mujeres y un niño».
Antes de terminar, aprovecho para insistir en que tampoco los accidentes «se presentan», como también dicen y escriben quienes usan mal el adjetivo ‘aparatoso’. Es decir, cometen doble error.
Todo accidente, por ser tal, se produce, sucede, ocurre o se registra. Solamente se presentan los fenómenos naturales (truenos, lluvias, relámpagos, erupciones volcánicas, aludes, rayos…); y las demás situaciones claramente definidas para esa palabra en el diccionario, aplicación tan útil que nunca consultan los redactores, lamentablemente. (Claro, hay algunos que ni saludan ni se presentan).
Hay suficiente ilustración con esta observación idiomática, que, como puede notarse, no tiene nada de aparatosa.