Autor: Moisés Pineda Salazar
GUIA DE LA PRESENTACION CARNAVAL, CIUDAD Y PRODUCTIVIDAD
(I)
CAMBIO DE ESTADO
Barranquilla es un ser vivo al que solo atino a describir intuitivamente a partir de su “Estado”. Para hacerlo, usaré un conjunto de metáforas.
En ellas, la Ciudad, que es su materialidad, se expande hasta el extremo de sus límites geográficos.
Al mismo tiempo, lo Citadino, que es su dinámica interior, la comprime como consecuencia de una densificación, vertical y horizontal, haciéndola cada vez más conflictiva y “caliente”. Cada vez más violenta.
Su manera de vivir el Carnaval - y de seguir a “El Junior”- las dos “Fiestas Urbanas”, que son la esencia de su espíritu, la desmaterializan.
Barranquilla no es una Ciudad, ni un lugar de uso, sino una “forma de ser”. Una “Nueva Ciudad” por construir, que es mucho más que un territorio. Pasar de Barranquilla a "lo Barranquillero"
Antropológica e históricamente regresar al pasado, volver hacia atrás en busca de un nostálgico “carnaval de antaño”, es imposible. A menos que se trate de una “simulación”; de una “teatralización”; de una “momificación” o de una “actualización” externa de las formas.
En física nuclear, la fusión nuclear es el proceso por el cual varios núcleos atómicos de carga similar, se unen y forman un núcleo más pesado. Simultáneamente se libera, o se absorbe, una cantidad enorme de energía, que permite a la materia entrar en un estado plasmático.
Una ciudad plasma es aquella en la cual, en virtud de una interacción nuclear fuerte, se supera la "repulsión mutua“; se logra que los elementos comprometidos en un sistema confinado, asuman un comportamiento colectivo y se muevan libremente; que reaccionen rápida y eficazmente ante los cambios que se dan en el ambiente- interno y externo- con un mínimo de desviaciones del sentido original y que conserven la energía mediante intercambios en los cuales, lo que expulsa uno de los elementos es capturado por el otro.
INTERACCIÓN NUCLEAR FUERTE. En el Sistema Institucional Colombiano está constituida por un conjunto de visiones compartidas acerca de las funciones urbanas que cumplen los territorios; sobre el futuro y las amenazas que se perciben como comunes; por la existencia de mandatos compatibles materializados en planes de desarrollo y planes de ordenamiento urbano. Todo aquello, mediado por relaciones personales y políticas, "amables" y simétricas entre mandatarios y corporaciones de gobierno.
REPULSIÓN MUTUA. Son sistemas de valores y creencias, de estructuras institucionales y normativas que responden a la existencia de intereses contrapuestos, de estereotipos negativos complementarios, que nutren ambientes emocionales de sospecha y de mutuas desconfianzas acerca de las intenciones del otro. Esto se expresa en restricciones, reales o imaginarias, para el ejercicio de jurisdicciones y competencias y para la ejecución de recursos
(II)
CAMBIOS EN LA PLATAFORMA TECNOLÓGICA
Barranquilla no sufre una crisis del crecimiento, sino un cambio en su naturaleza urbana.
Frente a los requerimientos de dos eventos simbólicos- El Bicentenario de la Ciudad y la Declaratoria de Capital Mundial de la Cultura-, estas transformaciones sorprenden a la Ciudad en medio de una “crisis multiforme”.
Esa crisis es originada por el hecho de que ante los requerimientos de la “Nueva Ciudad”, su dirigencia y sus instituciones, no atinan a reaccionar adecuadamente, generando tensiones que consumen las energías y la imaginación de la Ciudad.
Preguntas acerca de si es posible, o no, una re- industrialización de la Ciudad; de si es posible, o no, sostener una pretendida vocación, o condicion portuaria;
o de si la Ciudad debe optar por una Terciarización como actividad principal para generar bienestar y convivencia, son parte de una Agenda Ciudadana, que apenas empieza a tramitarse.
Las elites políticas, económicas, culturales y sociales de la Ciudad, y sus correspondientes contra-elites, entienden el valor estratégico que tiene el control del material simbólico, la fiesta, el arte, la recreación, el deporte, para poder ejercer eficazmente su Hegemonía.
Ellos saben que el Material Simbólico cumple con la función de construir la identidad cultural sobre la cual pueden edificar la Ciudadanía, indispensable para posibilitarles la Gobernabilidad y el control del poder
El Carnaval en Barranquilla es un instrumento de la política, capaz de explicar el proceso de formación de la Ciudad, de dispensar goce, disfrute y convivencia urbana; una herramienta eficaz en la construcción de una Ciudad Región en la que Barranquilla es parte de una Red, de un Circuito, de un Sistema de Ciudades, que le permiten ser “dispensadora de bienestar y de convivencia”
(III)
CAMBIOS EN LA PLATAFORMA URBANA
Hoy, en sus diferentes imaginarios Urbanos, la Fiesta Popular y sus gestores, reclaman para sí, parte del Territorio de la Ciudad.
Son unas Ciudades Festiva, Imaginarias, que presentan las siguientes dinamicas en el Carnaval.
Barranquilla es cada una de esas “versiones de la Ciudad en Fiesta”. Todas al tiempo y separadamente. La Ciudad Universal, la Ciudad Vecinal, la Ciudad Región, La Ciudad Mercado, se entremezclan; compiten entre sí por los recursos de Barranquilla, buscando prevalecer la una sobre la otra. Le corresponde a la Autoridad Pública mantener el equilibrio en esa dinámica que le confiere el perfil que hace que el Carnaval en Barranquilla sea lo que es y no otra cosa.
La Ciudad del CARNAVAL, con sus Carrozas, disfraces, reinas y reyes temporeros, comedias, changongas y comparsas, DESFILA. Y, por eso, le reclama a Barranquilla CALLES.
Los Carnavaleros reclaman de la Ciudad integración, inclusión, respeto, participación, accesibilidad, descentralización.
La Ciudad del FOLCLOR, donde se concentra y se re- elabora lo rural con sus Danzas y expresiones simbólicas, declaradas "Obra Maestra del Patrimonio oral inmaterial de la Humanidad". La uCumbia, Farotas, Imperio de las Aves, Congos, Danza de los Gallinazos, Coyongos, Diablos Arlequines, Micos y Micas, Garabato, Indios de Trenza, Paloteos etc se DESPLAZAN. Vienen desde la Hinterland Barranquillera, y desde todo el país, para MOSTRARSE, para ESCENIFICAR el PASADO común. Ellos reclaman PARQUES, PLAZAS y PLAZOLETAS.
Los Oficiantes le exigen a la Ciudad control de calidad, Seguridad Social, sostenibilidad económica para ellos y gratuidad para la Ciudadanía.
Los Depositarios de la Tradición piden protecciones contra la comercialización que “ensucia” los desfiles, que opaca a las danzas folclóricas, que tinvisibiliza a la tradición y que privilegia la presencia de actores, figuras públicas que- sin disfraz, vestidos de cualquier manera-,promueven marcas, productos, logos y mensajes que acapararan la atención de los “consumidores” y "el que financia, pone las condiciones"
La Ciudad MERCADO, la Ciudad del ESPECTÁCULO montado para el entretenimiento, la recreación y el placer; la de la publicidad, la de la Producción y Circulación de bienes y productos culturales, CONSUME. Ella le reclama a Barranquilla: Teatros, Teatrinos, Estadios, Templetes y Tarimas.
Los Consumidores, exigen calidad en los productos, diversidad en la oferta, cumplimiento de lo ofrecido, seguridad y control de precios.
La Ciudad VECINAL, la de las BARRIADAS, organiza verbenas, bailes populares, esquinas para el goce carnavalero, ollas comunitarias, bailes entre familiares y amigos. Los vecinos DISFRUTAN el Carnaval y le reclaman a la Ciudad protecciones contra la intolerancia, exenciones y disponibilidad de calles, andenes, retiros municipales y parques.
Pero, también la Ciudadanía pide SEGURIDAD, regulaciones de policía, autorregulaciones y consensos vecinales de auto- protección ante nuevos fenómenos urbanos que no alcanzan a comprender, ni a tolerar, ni a resistir.
Los alcances de la decisión Judicial que le recuerda al Gobierno Distrital que la administración y protección del Patrimonio Cultural es una obligación de los entes territoriales y que aquello no puede ser entregado a particulares, no puede reducirse al tema de la composición de la empresa de economía mixta que opera unos desfiles y eventos dentro de la Programación Oficial; tampoco al origen, aplicación, uso y distribución de los recursos que se captan por impuestos, tasas, contribuciones, aportes, venta de servicios etc.
Es un asunto complejo que muestra diferentes ciudades de "Barranquilla Festiva" que reclaman diferentes intervenciones urbanas. La Ciudad debe hacerlo desde las Visiones plasmadas en el Plan de Desarrollo, en la Revisión y Actualización del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), desde los Planes Maestros de Movilidad; y desde el Plan de Seguridad y de Convivencia Ciudadana.
Hoy, aparece una “nueva y vieja” CIUDAD METROPOLITANA. Es un conjunto de municipalidades, conurbadas en un radio de 24 kilómetros; con dinámicas festivas diferenciadas de las que participan más de 2 millones de personas usuarias de dichos sistemas urbanos metropolitanos:
Todas estas poblaciones, situadas a menos de 20 minutos del Centro de Barranquilla, ofrecen insospechadas oportunidades de articulación que ayudarian a resolver las demandas de la Fiesta Popular que la plataforma urbana del Municipio Núcleo no alcanza a satisfacer: Plazas, Plazoletas, Calles, Parques, Playas y Riberas. Cada Municipalidad, con diferentes grados de desarrollo, posee nichos culturales propios etc que requieren ser visibilizados a efectos de inscribir intencionalmente estas dinámicas en el proceso de “desterritorialización” de la Fiesta Carnavalera que reafirma la existencia de una Ciudad Metropolitana, que antecede al estadio de “Ciudad Región” ...
(IV)
CAMBIOS EN LA CULTURA FESTIVA
Por otro lado, en la perspectiva del FESTEJANTE, como consumidor y usuario, en los momentos de congregación festiva, existen, por lo menos, ocho (8) formas de vivir la fiesta en el ESPACIO PÚBLICO. Algunas son simultáneas, otras se traslapan y, no pocas, se suceden las unas a las otras:
LOS PALCOS. Es entre los negocios del Carnaval, el más lucrativo y el menos equitativo en lo que hace a retribuciones a la ciudad y compensaciones. Concentra la utilidad en unas pocas manos. A pesar del ordenamiento introducido, es altamente irracional en lo que hace al uso del espacio público, pues en 8 kilómetros lineales, ubican menos espectadores que el Sambodromo de Rio de Janeiro en el que se acomodan 70.000 personas en solo 800 metros de calley restringen la movilidad durante mas de 10 dias.Los que asisten a los Palcos tienen el desfile carnavalero como un “telón de fondo”, pues en el palco ellos hacen su propia fiesta privada.
LOS CARNAVALEROS. Los actores del Carnaval se preparan “para estar ahí”, en la Vía 40 y no en otra parte. A ello contribuyen la cobertura de medios y la presencia de un público “selecto”- o seleccionado- por su capacidad de pago, cuyo aplauso “pesa más que el de otros”. Los carnavaleros requieren de los palcos llenos para tener la certeza de que “son ad- mirados”.
EL BORDILLO. Esta es una forma de “participar en los desfiles” sin que existan vallas, palcos, sillas u otros amoblamientos temporales en el espacio público que aíslen a los carnavaleros entre sí. Las propiedades topológicas están definidas por unas reglas no expresas que son apreciadas, valoradas y cumplidas por las mayorías.
LAS TIENDAS DE BARRIO. Las tiendas de los barrios se convierten en pequeños salones de baile. La utilidad que obtienen por el consumo estimula la ampliación del espacio privado a costa del espacio público mediante el cierre temporal de calles y andenes, creando conflictos con los vecindarios y dificultando el control por parte del Gobierno Local.
EL CARNAVAL VIRTUAL. Los Televidentes son servidos por una producción televisiva muy pobre en recursos técnicos. Existe una desconexión entre los desfilantes y los productores dándose un híbrido entre un espectáculo para televisión y el registro de una “noticia en desarrollo” lo que va en detrimento del espectáculo, del periodismo y de los derechos del televidente.
EL CARNAVAL FLUMINENSE. Es quizás, la dinámica más perniciosa del proyecto cultural del carnaval. Pues si bien es una expresión válida en la “Fiesta Universal del Carnaval” como ESPECTACULO, en Barranquilla se hace a costa de los valores patrimoniales protegidos por la UNESCO. Lo “Fluminense” copa la atención y el interés porque, “lo Folclórico, lo tradicional, no vende.”
EL FESTIVAL DE ORQUESTAS. Como ocurría en la mayor parte de las Ciudades Colombianas, la Ley ofrecía a las autoridades locales competencias para “democratizar el acceso” de los sectores más vulnerables de la población, a los bienes de la cultura y de la recreación. En Barranquilla, además, se buscaba proteger y promover “la música de carnaval”. Estas dos finalidades se han perdido. Ni el acceso al espectáculo es gratuito, ni se garantiza la presencia de todos los artistas que llegan a lucrarse durante los cuatro días de carnaval. Tampoco se los escucha interpretar “música de carnaval”, ni música folclórica, como se estilaba antes. De esta manera se ha pasado del concepto de “FESTIVAL”, que supone una base folclórica, al de un espectáculo con buenos artistas, “a precios más cómodos que en otra parte”.
(V)
CONCLUSIONES
Desde la experticia del artesano que sabe que, así como es posible manipular un carrizo para que pueda producir melodías, de la misma forma, la Ciudad es un Instrumento que, hábilmente laborado, puede generar bienestar y convivencia. Desde esa metáfora, me aventuro a una conclusión que bien puede resumirse en la idea de que, igualmente, el uno y la otra, carrizo y Ciudad pueden no servir ni para lo uno ni para lo otro, ni suenan ni producen lo debido.
Que lo uno o que lo otro ocurra, es responsabilidad de los que deciden sobre la Ciudad: los ciudadanos. Y, esa Ciudadanía, se moviliza si la conmueven, no tanto la razón como la emoción y no tanto la argumentación como la imaginación. Un proceso, esencialmente: Político y Festivo.