Su alma llega al paraíso (se cree que por un error) y se encuentra en la entrada
Autor: Desconocido
— Sólo a un loco le pasa esto... pudo haber sido su expresión cuando leyó este titular. Sin saberlo, usted podría estar sufriendo alguno de estos curiosos trastornos.
Y es que realmente desconocemos los vericuetos de la mente. Entre nosotros y, posiblemente nosotros mismos, tenemos trastornos que nos resultan curiosos. La mente humana se reserva algunas acciones que pueden pasar inadvertidas por que no causan daño a los demás y quienes las padecen “las desconocen".
El tema, en consecuencia, es mostrar algunos trastornos mentales sorprendentes que posiblemente nunca hayamos tenido oportunidad de conocer. Aunque son de muy escasa ocurrencia, resulta muy gracioso conocerlos. Así, por lo menos, no nos sorprenderíamos demasiado si observamos a nuestros amigos con algunas actitudes extrañas.
Para ser considerada “normal”, una persona debe categorizar las cosas según lo disponen todos. Me explico: un paraguas, un sombrero o un zapato los calificamos de distinta manera a como categorizamos un niño, una mujer o un perro.
Pero si nuestro cerebro incluye en la primera categoría a una mujer, intentaremos hacer uso de ella como lo hacemos con el paraguas.
Claro que, en estricto sentido, vemos muchos hombres calificando como objetos a las mujeres. Es posible que esta anomalía mental sea más corriente de lo que creemos.
Cabe anotar, que las personas con los trastornos que en este artículo se mencionan se comportan “normales" en todo lo demás.
Para comprender mejor estos trastornos, nada mejor que describir su sintomatología, dejando constancia que se presentan —afortunadamente— en una minoría poblacional. Por extensión, son tal vez más comunes como actitudes de las personas.
Se convierten en problema psiquiátrico cuando trascienden las fronteras de su entorno personal. Pero si miramos más allá de la simple descripción médica, comprenderemos que nosotros tenemos un poco de ese comportamiento, al menos, en la órbita del pensamiento y relaciones con los demás.
El famoso neurólogo Oliver Stacks recopiló su descripción, de las cuales traemos a nuestro lector solamente las diez más curiosas.
SÍNDROME DE CAPGRAS: Se encuadra dentro de los trastornos de la capacidad de identificación. El paciente ve la cara de su cónyuge, por ejemplo, y está seguro de que se trata de un impostor.
Parece que se debe a alguna desconexión entre el mecanismo físico del reconocimiento visual y la memoria afectiva. El sujeto ve un rostro conocido, pero no experimenta las reacciones afectivas correspondientes a la visión de un ser querido, por lo que interpreta que se trata de un impostor
TRICOTILOMANÍA: Es un mal que padece cerca del 1% de la población. El enfermo se arranca compulsivamente el pelo de cualquier parte del cuerpo: cabeza, cejas, pecho, zona púbica...
SÍNDROME DE TOURETTE: Los enfermos de este mal sufren tics compulsivos que pueden ser de todo tipo, desde simples movimientos faciales a tics vocales. En este último caso, el paciente se ve incapaz de controlar los sonidos y vocablos que emite.
A veces, el sujeto dice groserías son control en cualquier situación, a lo que se denomina coprolalia. Uno de cada 200 sujetos con tics crónicos pueden llegar a padecer este trastorno de origen genético.
SÍNDROME DEL ACENTO EXTRANJERO: Existen 50 casos localizados en el mundo de este extraño trastorno, que surge cuando varias conexiones de los centros de control del lenguaje en el lado izquierdo del cerebro sufren un daño. Algunos pacientes generan un patrón de lenguaje completamente distinto al propio.
En ciertas ocasiones, el individuo termina hablando con acento distinto al de su país, o una lengua irreconocible, producto de la mezcla de varios idiomas con los que haya tenido contacto.
NEGLIGENCIA HEMISFÉRICA: El deterioro de los centros visuales de un lado del cerebro provoca que el enfermo sólo vea una mitad de las cosas. Estos pacientes sólo comen, por ejemplo, el lado izquierdo del plato, escriben en el lado izquierdo de la hoja o se atan sólo el zapato izquierdo.
SÍNDROME DE MUNCHAUSEN: Se trata de uno de los llamados trastornos ficticios más graves. El paciente simula sufrir enfermedades mediante la ingestión de productos dañinos e incluso se practica heridas y mutilaciones para llamar la atención y así beneficiarse de las supuestas ventajas de ser cuidado.
Cuando el paciente hace lo mismo con sus seres queridos, como por ejemplo con sus hijos pequeños, el trastorno se llama Síndrome de Munchausen por proximidad.
ANASOGNOSIA: Se suele producir cuando un traumatismo daña la parte derecha del cerebro y paraliza la parte izquierda del cuerpo.
En algunos casos, el paciente ve su brazo paralizado, pero cree que se mueve. Si se le pide que anude los cordones del zapato, hará el esfuerzo con una sola mano; evidentemente no podrá concluir la tarea, pero él creerá que lo ha conseguido como si tuviera dos manos útiles.
CEGUERA AL MOVIMIENTO: Una variedad muy rara de la visión ciega. El paciente ve bien los objetos estáticos, pero no percibe el movimiento. Si echa café en una taza, capta sin problemas la cafetera, el plato, la taza...pero el chorro aparece ante sus ojos como una columna helada e inmóvil.
Es un mal inhabilitante. Los carros, las personas, las imágenes de televisión aparecen y desaparecen de pronto a distancias diferentes, pero se pierden en cuanto se mueven. Los pocos casos conocidos se han producido tras un accidente cerebro-vascular.
SÍNDROME DE KORSAKOV: Suele ser una consecuencia del alcoholismo. Se trata de una amnesia aguda que incapacita al paciente para realizar las funciones más sencillas.
Si uno se acaba de comer un plato de sopa, volverá inmediatamente a levantarse de la mesa y a servirse otro, pues habrá olvidado que ya ha comido.
VISIÓN CIEGA: Los pacientes parecen totalmente ciegos, al menos respecto a una parte del campo visual. Si se les pregunta si pueden ver un objeto en esa zona, la respuesta es negativa. Pero si se les fuerza a señalar dónde se halla ese objeto, indicarán el lugar correcto.
De alguna manera, sus mecanismos visuales se han interrumpido. Pueden ver, pero no son conscientes de ello.