Autor: Alejandro Duarte Rueda
Caminaba por la sede de la Aduana de la Cámara de Comercio de Barranquilla en compañía del directivo Ricardo Varela, cuando una persona se nos acercó para decirnos que el Departamento de Desarrollo Empresarial de la entidad, a cargo de la señora María José Vengoechea, había contratado a cinco personas para que fueran a ofrecerle a unos empresarios la afiliación totalmente gratis, y que en ese momento tenían cerca de 832 afiliaciones ya listas para ingresar como afiliados a la entidad, pero con el agravante de que era totalmente gratis, puesto que el presidente ejecutivo de ese entonces, Luis Fernando Castro, se había ingeniado un cluster de petroquímica, de la construcción y otras especialidades, con la finalidad de afiliarlos totalmente gratis y posteriormente llevarlos a votar para modificar el proceso electoral.
Llegamos con el Dr. Varela a la reunión de la junta directiva, donde se discutió y se analizó en qué momento se había aprobado la gratuidad de más de 400 millones de pesos que valían esas 900 SAS, y se nos dijo que era una decisión de la presidencia ejecutiva de la Cámara de Comercio, que tenía facultades hasta por 500 millones de pesos para ofrecerlos a algunos empresarios.
Empezó el debate y lógicamente no se aprobó esa gratuidad. Sin embargo, cuando llegaron las elecciones, aparecieron más de 2.900 SAS en las cuales estaban incluidas las 900 que supuestamente se iban a entregar totalmente gratis.
Entonces no entendemos cuál es el escándalo por las SAS creadas por Samuel Tcherassi para generar empleos, para generar impuestos, para generar mano de obra, y caerle con todo el peso de la ley a un empresario joven que viene con todo, a aportar iniciativas a la ciudad, la región y el país.
Todo este proceso se ha dado en contra de Samuel Tcherassi nada más porque él tuvo la osadía de unirse a los “chocatones” (término despectivo para designar a la gente del interior del país con supuesta poca capacidad).
Luis Fernando Castro y María José Vengoechea han hecho y deshecho con la aquiescencia de la junta directiva del momento, la misma que impugnó las elecciones del 5 de julio de 2012.
Por eso es que seguiremos tratando de lograr que la justicia nos dé la razón, porque la justicia tarda, pero algún día llega. Repetimos, no queremos más improvisaciones. Lo que se necesita es diálogo y concertación con quienes salimos elegidos el 5 de julio de 2012, sobre todo en el caso nuestro, que obtuvimos la más alta votación y no hemos sido tenidos en cuenta.
Esa votación debe ser considerada y respetada, porque fue una votación pura, sana y transparente. Porque seguiremos luchando por el progreso de nuestros pequeños y medianos comerciantes, ¡Unidos somos más!