Autora: Blanca Inés Prada Márquez
Hace unas semanas escribí un corto comentario manifestando mi aceptación de la eutanasia. A raíz de esta publicación recibí dos mensajes personales de dos colegas que me explicaban lo muy grave que era la aprobación de esta ley, una de estas colegas es médica, el otro es filósofo, no voy a divulgar sus nombres puesto que los mensajes fueron privados.
Ellos argumentaban dos cosas: primero que la vida es un don de Dios y que sólo Dios puede quitárnosla. Y segundo que la eutanasia abriría las puertas a muchas barbaridades en los hospitales y clínicas. Respeto el derecho que toda persona tiene para expresar sus ideas y sus convicciones, pero voy a argumentar sobre esos dos puntos.
1. Pienso que la vida si es un regalo, pero un regalo de nuestros padres, nadie pidió nacer, fueron nuestros padres quienes decidieron darnos la bellísima oportunidad de vivir y por ello siempre les estaremos muy agradecidos, pero la vida nos pertenece, somos nosotros quienes debemos administrarla.
Si Dios fuera el dueño de la vida, quien la quita cuando quiere y de cualquier manera, ese Dios sería un ser terriblemente cruel cuando se lleva a tantos niños cuya vida no se ha desarrollado, cuando permite catástrofes donde mueren tantas personas, cuando no le quita el arma a los criminales y sí les permite asesinar a diestra y siniestra, en fin cuando permite que algunas personas pasen años y años sumidas en una cama atormentadas por enfermedades incurables, sufriendo y haciendo sufrir a los demás.
Es una pena que muchos creyentes cuando dicen estas cosas no piensen en la mala imagen que presentan de su Dios.
Pero veamos: cuando defendemos la eutanasia no estamos proponiendo que se aplique para todo el mundo, NO, sólo solicitamos que en aquellos casos en que hay personas sufriendo muchísimo, su enfermedad es incurable y además no tienen problemas de conciencia y le ha manifestado al médico su deseo de recibir ayudita para terminar con ese calvario, que el médico pueda hacerlo con toda tranquilidad sabiendo que no ha cometido ningún delito.
Pero algo más: también se pide aplicar la eutanasia a aquellas personas que caen en enfermedades donde se pierde la conciencia, cuando el cerebro ya no funciona, o en casos de degradación total como en el mal de Alzheimer, que si esta persona lo ha manifestado antes de caer en tan terrible situación no se le deje sufrir por años sabiendo que nada se puede hacer para curarla, que los familiares puedan expresarle al médico libremente su deseo de ayudarla a darle el descanso eterno.
2. Aclaremos, no se está proponiendo que a partir de la aprobación de la ley los hospitales y las clínicas puedan mandar al otro mundo a cualquier viejito o enfermo, sólo porque ya está muy viejo, o muy enfermo. NO. Es más, no debemos ser ingenuos, todos sabemos muy bien que la salud es un gran negocio, si no fuera así no tendríamos en Colombia tantas EPS de media arepa beneficiándose del dinero de sus afiliados pero ofreciéndoles una pésima atención.
Sabemos que el que tiene dinero y una EPS buena, es explotado en las clínicas donde tratan de mantener el enfermo por meses así sepan que nada se puede hacer por él. Mientras que si es muy pobre o de esos que están en las EPS de media arepa, o en los hospitales del Estado, allí dejan morir hasta los niños en las puertas de la institución, porque esos no pagan, esos no tiene con qué responder.
Así pues lo que se pide es que la eutanasia se legisle y se aplique con responsabilidad, sin obligar a nadie a solicitarla, y sin hacerle el favorcito a quien no lo haya solicitado.
3. Pero a esta, como a toda LEY, es necesario hacerle PEDAGOGIA, hay que hablar, analizar, explicar, debatir, concientizar a la gente de su importancia.
Sería bueno que muchas personas se afiliaran al DERECHO A MORIR DIGNAMENTE, una asociación sin ánimo de lucro que lucha porque a ninguna persona, en particular a aquellas que sufren enfermedades gravísimas e incurables, se les someta a tratamientos inútiles, inhumanos, que sólo sirven para hacer sufrir al paciente, a la familia y para llenar de plata a las empresas prestadoras de salud.
El tema de la muerte no debería ser un tabú, menos en un país donde hay tanta gente que muere en manos de los violentos, o por la irresponsabilidad de los conductores.
Deberíamos hablar más de la muerte, y prepararnos para recibirla con alegría, eso sí, después de haber realizando nuestro proyecto, de haber vivido suficiente. Como bien dice el filósofo Heidegger; “Somos seres para la muerte”. Por otra parte hay que reconocer que la muerte es un insondable misterio.