Amado de Jesús Ucros
Periodista, Abogado, Catedrático - Barranquilla, Colombia
Un jonrón con bases llenas, es el que acaba de disparar Ramón Dávila, apoyando a los hacedores del carnaval al aumentar con su aporte empresarial el número de beneficiados que participan tradicionalmente en esta fiesta.
Pero, lo más significativo de Moncho, es haberse decidido a hacer un llamado a sus congéneres empresarios para que apoyen estas manifestaciones culturales, con un lema muy llamativo, juntos enterramos a Joselito, q. digo?, “Juntos hacemos la Tradición”.
Ramón tiene razón cuando expone, como argumento, para abrirle los ojos a sus colegas, que hay muchos hacedores del carnaval que tienen 3, 4, y 5 años, de estar desfilando con el mismo disfraz. No solo es desfilando, sino piándoselo, arrugándolo, maltratándolo y luciéndolo descolorido en una guacherna, una gran parada, batalla de flores, o un acto social al cual han sido invitados.
El carnaval de Barranquilla es belleza, es colorido, alegría, entusiasmo, amor por lo nuestro, en donde no tiene cabida la amargura, sino la risa, el desestres y la diversión.
Bajo estas premisas, no solo tenemos que darle la razón a Moncho Dávila, sino apoyarlo para que las cosas se continúen dando aquí en la arenosa.
Es más, le propondría a Ramón que liderara junto con varios de sus amigos empresarios, una junta que se denominara el REBUSQUE DE JOSELITO, bueno por decir algo, por ponerle un nombre carnavalero, que sería la encargada de buscar ese billete.
Lo que veo teso, es que el carnaval empieza comenzando el año, y los presupuestos se acaban en Diciembre. Es decir el carnaval nace, muriendo el presupuesto del año que concluye.
Ver fotografía de carnaval de Barranquilla...
Agotado el presupuesto, empieza la empresa a proyectar el suyo de nuevo año y las platas se demoran en llegar a los hacedores de la fiesta. Ese parto no es nada fácil.
De todas maneras habrá que ingeniárselas. Serán los entendidos en materia financiera, los encargados de arreglar el pastel con Moncho a la cabeza.
Lo cierto es que esos aportes o donaciones por ley, (no estoy claro), sí, es la 1014/2006, la 181/95, ó una reformatoria, la que otorga beneficios a los donantes, que pueden deducir de su renta hasta el 100% de lo donado.
Esta herramienta mientras subsista, es valiosa para continuar trabajando por los hacedores del carnaval de Barranquilla y otras poblaciones y municipios del Atlántico.
Ramón Dávila ha venido a través de la Responsabilidad Social de Gases del Caribe aportando a los hacedores carnavaleros, incluso reformando casas ruinosas en Museos visibles. Una muestra, la casa del Torito Ribeño en San Roque y Rebolo en el 2010.
Hoy vemos que el número de sus protegidos está en aumento. Ya hacen parte de los que reciben aportes y sus caratulas son más, más alegres.
A la lista le sumamos al Descabezado, cuyo bolo no está loco, sino sollao, el Mohicano Dorado que juró no tomarse más un gordolobo, Son de Negro de Santa. Lucía, devotos de la virgen, Diablos Arlequines de Sabanalarga, quienes ahora si van a la iglesia, son algunos de los nuevos beneficiados.
Moncho hay que decirlo también se ha preocupado por emplear a algunos de ellos, o alguien de sus familiares. Eso hace más llevadera la vida de los hacedores del carnaval.
Viva Moncho, viva! . Viva el Mohicano Dorado, viva. Viva el Descabezado, viva. Viva Carla, viva. Viva la Reina, viva. Viva Joselito, viva. Viva tu mamá, viva. Viva tu suegra, Viva, pero bien lejos, viva. Viva Angélica, viva. Viva Juliana, viva. Viva Junior, viva. Viva la Alcaldesa, viva. Vivan los hacedores del carnaval, viva. Viva Raimundo y todo mundo, viva, viva, viva, viva el carnaval, ya llegó la fiesta y todos a gozar.
HAY MÁS.-
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