A continuación podrá conocer algunos fragmentos de informaciones producidas en Zapatoca, publicadas por los medios de la época. Son publicaciones de hace 100 años, pero con unas características tan sorprendentes, que algunos temas casi son sucesos normales hoy.
PERIÓDICO “PEQUEÑECES”. (Luis Ardila G., Pedro Alejandro Gómez Naranjo, octubre 25 de 1908. Quizás el primer periódico conocido en Zapatoca.
SE SUPLICA, a las personas que han hecho ofertas en dinero para la reconstrucción del hospital de esta ciudad, consignen cuanto antes las cuotas en la Tesorería de la obra.
Zapatoca, octubre 22 de 1908. El Tesorero, Teófilo Forero R.
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PERIÓDICO “ABC”. (Aníbal Navas Castro), junio 27 de 1909:
* A aquellos de nuestros paisanos, perennes enemigos y destructores de los árboles, dedicamos las siguientes líneas: ¡Y destruimos los árboles!, los árboles llenos de belleza, de misericordia, de mansedumbre y de majestad.
Prediquemos todos los días el respeto y el amor a nuestros bosques. El proverbio árabe dice que nadie debe morir sin haber tenido un hijo, escrito un libro y plantado un árbol.
"Prescindamos a buena hora del hijo, si no somos bastante sanos para engendrarlo; prescindamos del libro, si no somos bastante inteligentes para escribirlo bello y útil.
Pero en cambio, plantemos siempre un árbol, y si es posible, dos más: uno por el hijo que no tuvimos y otro por el libro que no nos fue dado escribir." (Amado Nervo)
* GUARAPISMO
Este vicio nacido ayer entre las clases bajas de la sociedad, se infiltra hoy lentamente entre las clases más pudientes produciendo, aún más que el alcoholismo, el embrutecimiento del individuo, la ruina de sus familias y la desolación de la sociedad.
Bien se comprende que no nos referimos al uso del guarapo, llamado fresco o dulce, bebida barata y nutritiva del labriego y del obrero. Tampoco nos referimos al consumidor vicioso de vino o de aguardiente, cuyas facultades intelectuales, al menos al principio, se exaltan o ennoblecen.
Nos referimos sí, al desgraciado consumidor del llamado guarapo fuerte, infernal brebaje, solución de venenos no definidos químicamente, pero que producen en el organismo humano un conjunto de desórdenes cuyo fin último es la decadencia intelectual del individuo a un nivel más bajo que los brutos, la degeneración de todos y cada uno de sus órganos, y por lo tanto, la muerte inevitable.
A diferencia del que ha consumido alcohol bajo cualquier forma, la inteligencia se oscurece desde el principio en la intoxicación aguda por el guarapo, los sentidos se entorpecen, la marcha es incierta y vacilante, las ideas degeneran, la palabra se dificulta y en último término, sobreviene un colapso profundo.
El individuo que se ha entregado a este desgraciado vicio está perdido; miserable esclavo de su guarapo, merece tanta piedad, como desprecio. Su vicio no lo deja nunca, lo domina hasta su último suspiro. Una enorme dilatación de su vientre le da engañosa apariencia de un individuo gordo y robusto.
Su mirada es fija y estúpida; a cualquier esfuerzo y emoción, su cara se congestiona y sus manos tiemblan. El rostro del enguarapado, en fin, tiene un aspecto sui géneris que denuncia su vicio a primera vista.
En un período muy avanzado, el enguarapado ha perdido por completo sus facultades; para él, la virtud no existe, el amor es un mito y no conoce otros amigos que sus camaradas de taberna. Pero es muy raro que el bebedor de guarapo llegue a este término de degradación, pues el individuo, cuyos órganos se hallan profundamente alterados por el uso continuo de dicha bebida, sucumbirá de cualquier enfermedad que hubiese podido resistir si fuese sobrio.
“La reunión de estos factores (tisis y guaranismo), -dice Lanceraux-, ha ocasionado más que el hierro y el fuego, la desaparición de los indígenas de América”. No queremos extendernos más acerca de este asunto, sin insistir de nuevo, que no es la cantidad, sino la calidad del guarapo lo que ocasiona las deplorables consecuencias del guaranismo; por lo tanto, entre las principales medidas que debe tomar un gobernante bien intencionado, en un país como el nuestro, víctima de tan repugnante, como inevitable vicio, deberían figurar:
1.- La vigilancia en la fabricación y venta del guarapo;
2.- La imposición de castigos a los fabricantes del guarapo, llamado fuerte;
3.- La creación de dificultades para que se multipliquen las guaraperías;
4.- La oposición para que estos se conviertan en centros de reunión de obreros y agricultores;
5.- Suprimir los impuestos sobre las bebidas poco o nada nocivas, como la cerveza, gaseosas, etc.
Y por último, estimular, en cuanto sea posible, el gusto por el trabajo y por las buenas costumbres, porque los pueblos, como los individuos, no pueden vivir mucho tiempo más, que a condición de ser sobrios, laboriosos, libres y virtuosos.
V.A.G.S. (Víctor Aurelio Gómez Suárez) “El Dr. Víctor”.
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PERIÓDICO “LA FRAGUA”, (Víctor Alfredo Gómez Naranjo).
Septiembre 4 de 1910:
* La quebrada Zapatoca la han ascado completamente, no se encuentra ya ningún arbusto; se han propuesto casi todos los dueños de los predios ribereños a despojarla de cuanto árbol han visto en sus orillas, y algunos de los desmontadores lo han hecho a sabiendas de que con semejante daño tendrá que secarse muy pronto dicha quebrada, que es de absoluta necesidad y de muy gran utilidad para la población.
Está vigente un decreto legislativo sobre conservación de los bosques, de ríos y quebradas, el cual debe aplicarse pronto. Demos traslado al señor alcalde.
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* Es ya muy crecido el número de mendigos (mujeres en su mayoría), que piden de puerta en puerta; algunos de ellos pueden ganarse la vida haciendo algún oficio; debería reglamentarse esta cuestión.
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Septiembre 18 de 1910:
* El nueve del presente, asociado del Sr. Personero Municipal practiqué una inspección en gran parte del cauce de la quebrada Zapatoca, y en realidad se ve que han sido cortados algunos árboles en sus orillas, por lo cual se dictó una resolución prohibitiva, con el fin de cortar el mal; resolución que se está notificando a quien corresponde y que se ha hecho extensiva a la quebrada Uchuval.
Se nos informa que en un pozo de la quebrada Uchubala, en donde acostumbran algunas personas bañarse, botaron empaques de vidrios en días pasados algún chistoso de los que aquí abundan, y que una señorita, al tomar un baño, se hizo varias cortadas. *
Es alarmante el modo como cunden las malas intenciones, los gracejos salvajes y los sentimientos depravados en esta población.
Respecto a mendigos, este despacho (la Personería) dictó el día 28 de enero último, el decreto No. 03, por medio del cual, entre otras cosas, se prohibía mendigar sin permiso escrito del jefe de la Policía; y precisamente, dos días antes de que su quincenario viera la luz pública, fueron conducidas al Hospital de Caridad ocho mujeres que se hallaban pidiendo limosna de puerta en puerta, sin su correspondiente permiso.
* Muy digna de encomio es la labor del periodista que se interesa por el bien del pueblo, y por eso acojo con entusiasmo toda indicación justa y razonable tendiente a procurar su engrandecimiento.
Con sentimientos de distinguida consideración, me suscribo del Sr. Director, atento y S.S. LUIS F. ARENAS R.
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Septiembre 25 de 1910:
* Ladrones y rateros: ya no hay nada seguro, tenemos que convertirnos todos en nuevos Argos para cuidar de nuestros intereses; de las tiendas, casas y campos se pierden constantemente los artículos, frutos, etc.
De la cocina del campo de un amigo nuestro se robaron una enorme piedra de moler, ¡habrase visto?!. Estos cacos son los que desesperan por una guerra para lucir su valor testicular, ¡estamos bien!. Noviembre 27 de 1910.
* En la vecina ciudad de Barichara dizque han adornado las paredes con letreros que dicen “abajo los zapatocas” y otras cosas por el estilo; y no ha parado en eso el asunto, sino que al Dr. Gil Antonio Serrano, sacerdote, hijo de este pueblo, quien es actualmente cura de esa parroquia, le han irrogado grandes ofensas, yendo hasta insultarlo a su casa de habitación, quemarle allí cohetes y molestarlo de mil maneras, sin motivo justificable.
Sabemos también que la parte sensata y honorable de la sociedad de Barichara ha protestado de dichos escándalos y que solo individuos pertenecientes al canallaje han sido los actores de tan reprochables actos.
Claro que así tenía que ser; por lo demás, Barichara no tiene motivo alguno para quejarse de Zapatoca, aquí viven actualmente varios caballeros y señoras de aquella ciudad, quienes han sido tratados con toda decencia y atenciones posible, como pueden declararlo.
Por tanto protestamos contra los actos inciviles ocurridos últimamente en Barichara, en relación con Zapatoca, y sobretodo, contra las ofensas irrogadas a nuestro digno paisano, Dr. Gil Antonio Serrano. Y punto por hoy.
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Diciembre 25 de 1910:
VENDO CASA, DE OCASIÓN:
Vendo dos casas: una en la calle del Palacio, frente a la del Sr. Juan Vicente Plata; y la de mi habitación, en el barrio de La Loma. Ambas están en buenas condiciones y a precio cómodo. Entenderse con el suscrito o con el Sr. Lorenzo Ortega.
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PEDRO JOAQUÍN GARCÍA. ZAPATOCA, DICIEMBRE DE 1910.
LA FRAGUA:- CONCIERTOS:
Los cuatro dados en esta ciudad en los días anteriores por nuestro caballeroso amigo, Sr. Ramón Lamus G, fueron muy aplaudidos, la satisfacción fue general y el público quedó agradecido. Lamus es un artista sincero, inteligente y simpático.
Los puntos de los programas los cumplió satisfactoriamente y en todas las veladas supo sostener la animación. Al señor Lamus ayudaron desinteresadamente en sus audiciones, fuera del pianista, Señor Posada, los señores, Rito Quintero C, Rogelio Calvete, Pedro Serrano y Justo Pastor Moreno, quienes formaban una pequeña orquesta: los Señores Jorge E. y Pedro Alejandro Gómez Naranjo, quienes recitaron composiciones poéticas de su cosecha; algunas señoritas del colegio regentado por la Santa Trinidad Sandoval, con un coro de bandolas y en el cuadro alegórico de que se ha hecho mención; el señor Joaquín Navas, en el papel de Bolívar; y unos niños de la escuela, en un juego de esgrima, al compás de la música. Para todos ellos, van nuestros agradecimientos y felicitaciones, pues ayudaron gustosamente al artista a darnos horas de expansión espiritual, rompiendo la monotonía de nuestras noches.
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PERIÓDICO “RECORTES”, (Órgano del Salón PEDRO ALCÁNTARA GÓMEZ; Administrador, Ernesto Serrano Arenas). Enero 5 de 1913
EL COLEGIO:
Nos place, de la manera más sincera, anunciar a nuestros lectores que será una realidad el nuevo establecimiento de educación e instrucción dirigido por los Reverendos Padres Dominicanos.
Nuestro humilde, pero entusiasta contingente de aplausos a los promotores de labor tan benéfica, como altruista. Con todo, y en la seguridad de que nos acompaña el público sensato, nuestra adhesión a la redentora empresa no es absolutamente incondicional.
Creemos, en efecto, que Zapatoca necesita, por el momento, un establecimiento docente de tendencias positivas en el sentido de que, de las enseñanzas que allí se den, se derive inmediatamente la mayor suma de provecho práctico, industrial y social.
Haciéndonos eco de lo que hemos oído a este respecto, en aquel colegio no debiera enseñarse, ni demasiada filosofía, ni mucha retórica, ni idiomas muertos, ni demás
asignaturas de carácter meramente especulativo, exclusivamente obligantes al integrar en los claustros universitarios y que en muchos jóvenes, que por cualquier motivo no aspiran a un diploma doctoral, producen el odio al trabajo material, la pereza, la vagancia, y como consecuencia lógica, esa turba de ilusos, políticos ramplones, escolásticos indigestos, literatos amartelados, o candidatos para la empleomanía, polillas sociales cuya perniciosa influencia se hace sentir como una calamidad doméstica.
Pero se nos diría y aparentemente con razón, que los jóvenes destinados a una carrera universitaria llevarían ganado mucho terreno al estudiar aquí algunas asignaturas indispensables para el bachillerato.
Pero, por una parte, esos jóvenes forman siempre el menor número de educandos, y por otra, con muy poco costo esos estudios se hacen con mayor perfección en los colegios universitarios de Bucaramanga y Socorro, como quien dice, en nuestra propia casa.
Aún a riesgo pues, de pasar por entrometidos, pero interpretando el querer general de los zapatocas, deseamos que en el nuevo establecimiento se hagan de preferencia estudios muy serios y completos, en cuanto sea posible, de Castellano, Aritmética, Contabilidad, Geografía y algunas Artes; que allí se inculque a los jóvenes la moral pura del Crucificado, que aquellos educadores, al mismo tiempo Ministros de una Religión de misericordia y de consuelo, arranquen del alma de sus educandos esas planchas innobles de política odiosa, cuyos cimientos acaso ya hayan germinado desde el hogar paterno, en el corazón de nuestros niños.
Que allí se enseñe la Cultura; la civilización sin afectación; la tolerancia en todas sus formas; la modestia, exenta de hipocresía; la verdadera fraternidad evangélica; el culto a la Patria; el amor a la Paz; en una palabra, todo aquello que consulte tanto los intereses positivos de la sociedad, como el provecho individual de nuestros hijos.
Cierro esta presentación con palabras sobre Zapatoca que algún día publicó mi padre, Pedro Elías Ardila:
“Y el viejo cementerio, desde donde los muertos vigilan a los vivos. Y las lomas blancas, amarillas y rosadas que un día, ya lejano, estuvieron cubiertas de verduras y que produjeron lo que bueyes, lentos, solemnes y callados, depositaban en la plaza los días alegres del mercado.
Y lo más cercano a nosotros, nuestros muertos. Se amañaron tanto en la Villa, que parece que no han querido irse del todo. ¡se les siente por todas partes!”.