Cuando se estaba hablando del crimen de Luis Carlos Galán, regresaron a la memoria los múltiples crímenes sin resolver de la historia de Colombia. Casi siempre es lo mismo: los autores materiales de un magnicidio caen asesinados o se resguardan en la sombra, sigilosos, bajo el oscuro manto de las “fuerzas oscuras”. Sólo las conjeturas y las hipótesis pueden señalarlos.
Este es el común denominador de los grandes crímenes políticos de la historia del mundo, como en el caso de John F. Kennedy, y Colombia no ha sido la excepción. Así lo demuestran, a modo de ejemplo, los siguientes casos, que comienzan desde la muerte del mariscal Antonio José de Sucre, en los albores de la nacionalidad.
Los móviles parecen ser distintos, pero como lo señalan algunos historiadores, la mayoría obedece a una “resistencia al cambio”. La decisión de vincular a Alberto Santofimio en el caso del crimen de Luis Carlos Galán, tras los testimonios de John Velázquez, alias “Popeye”, podría empezar a darle un vuelco a esa constante histórica de impunidad e investigaciones perpetuas.
Antonio José de Sucre, (1795-1830).- Simón Bolívar dijo del “GranMariscal de Ayacucho”:“Lo mataron porque era mi sucesor”. Considerado por algunos historiadores como el militar más capaz de la Independencia; inclemente a la hora de castigar crímenes, vicios y corruptelas, fue asesinado el 4 de junio de 1830 en una emboscada en la montaña de Berruecos (Nariño).
Una década después de su muerte, un hombre llamado José Erazo confesó el crimen y acusó al general José María Obando, de ser el autor intelectual del asesinato. Sin embargo, el crimen nunca se esclareció.
Julio Arboleda, (1817-1862).- Periodista, poeta, jefe del ejército conservador; defensor absoluto de la esclavitud y opositor del gobierno de José Hilario López.
Designado en Colombia en 1862; ese mismo año, el 12 de noviembre, fue asesinado en Berruecos, a muy pocos metros de donde cayó Sucre. De su crimen se dice que “tres bandidos que estaban ocultos le dispararon y lo hirieron mortalmente”.
La historia echó pocas luces sobre el caso.
Rafael Uribe Uribe (1859-1914).- Militar, periodista, político e ideólogo liberal, llamado por sus seguidores como “Apóstol del pueblo y mártir de la democracia”; el 15 de octubre de 1914, los artesanos, Leovigildo Galarza y Jesús Carvajal lo asesinaron a hachazos en las gradas del Capitolio Nacional. Ellos jamás confesaron de quién había recibido la orden.
Hubo críticas a los encargados porque la investigación sólo se centró en los primeros acusados.
Jorge Eliécer Gaitán, (1898-1948).- ¿Quién armó la mano del asesino?; Juan Roa Sierra, el autor material del crimen, se llevó el secreto a la tumba, porque poco después de disparar contra Gaitán, el 9 de abril de 1948, fue linchado, en el centro de Bogotá, por una turba enloquecida. Este crimen atizó la violencia en el país.
Durante la investigación, que duró 30 años, nunca se estableció quiénes fueron los autores intelectuales; fueron varias las especulaciones: La “CIA”, “sus opositores políticos”, “miembros del mismo partido”, “una conspiración comunista”.
Rodrigo Lara Bonilla, (1942-1984).- Como ministro de Justicia, durante el gobierno de Belisario Betancur, denunció la existencia de grandes capos del narcotráfico y su “oscura” influencia en la política colombiana y el fútbol, entre otros secretos.
El 30 de abril de 1984, fue baleado desde una motocicleta. Iván Darío Guizado, quien disparó, murió en la fuga y el conductor de la moto, Byron de Jesús Velázquez, fue detenido y condenado.
Los dos hacían parte de la banda “Los quesitos”, al servicio del cartel de Medellín. El hijo de Lara Bonilla, Rodrigo, denunció de este crimen, al ex senador Alberto Santofimio.
Guillermo Cano Isaza, (1925-1986).- En 1995, nueve años después de ser asesinado en Bogotá, Carlos Martínez Hernández, María Saldarriaga, Pablo Enrique Zamora y Luis Carlos Molina Yepez, fueron encontrados culpables. Todos fueron condenados a 16 años y ocho meses de cárcel. Pero un año más tarde, los tres primeros fueron absueltos y sólo Molina Yepez pagó seis años de prisión.
Como autores intelectuales fueron señalados Pablo Escobar, Evaristo Porras, Gonzalo Rodríguez Gacha. El director de El Espectador había sido un crítico agudo del narcotráfico.
Jaime Pardo Leal, (1941-1987).- Candidato presidencial de la Unión Patriótica, grupo de izquierda; fue asesinado el 11 de octubre de 1987, cuando regresaba de La Mesa (Cundinamarca); meses antes había hecho graves denuncias sobre violaciones de los derechos humanos. Su muerte fue el comienzo de una serie de asesinatos que cobró la vida de unos 3.000 militantes de su partido.
En Suecia, la Asociación Jaime Pardo Leal adelanta una campaña de denuncia en contra de la impunidad de los responsables por los crimines políticos en Colombia.
Carlos Mauro Hoyos, (1938-1988).- Secuestrado y baleado el 25 de enero de 1988; el grupo “Los extraditables” dijo en un comunicado que habían asesinado al Procurador General de la Nación“por el delito de traición a la patria”. Su lucha abierta a favor de la extradición le costó la vida.
JohnJairo Velásquez Vásquez, alias “Popeye”, confesó haber preparado este crimen para ganarse así la confianza de Pablo Escobar, jefe del cartel de Medellín.
Antonio Roldán Betancur, (1946-1989).- Sobre la muerte del gobernador de Antioquia se tejieron varias hipótesis: la primera, la más insistente, señalaba al cartel de Medellín responsable del atentado dinamitero, que le costó la vida.
Roldán no había cedido a los sobornos y presiones de Escobar, sus socios y los políticos que lo rodeaban. Otra hipótesis es que el asesinato de Roldán tuvo origen en el conflicto armado, que para la época se había recrudecido en Urabá, zona a la que fue muy cercano.
Luis Carlos Galán, (1943-1989).- “Pablo, mátalo”; según John JairoVelásquez,“Popeye”, esa fue la expresión del ex senador AlbertoSantofimio cuando intentaba convencer a Pablo Escobar de “borrar” a Galán por el riesgo que para sus intereses traería su elección a la presidencia.
La Fiscalía vinculó al político tolimense en el crimen y hoy está detenido en la cárcel La Picota, de Bogotá.
Los autores materiales del crimen murieron violentamente en diferentes hechos, que no han sido investigados.
Bernardo Jaramillo, (1956-1990).-El 22 de marzo de 1990, Andrés Arturo Gutiérrez, un menor de edad, asesinó, en el Puente Aéreo de Bogotá, al candidato presidencial de la Unión Patriótica. La Fiscalía pidió castigar a los hermanos Fidel y Carlos Castaño, jefes de las Autodefensas Unidas de Colombia, como autores intelectuales de este homicidio.
En octubre de 2001 fueron condenados, ausentes, a 18 y 22 años, respectivamente.
Carlos Pizarro León-Gómez, (1951-1990).- El jueves 26 de abril de 1990, fue asesinado por Gerardo Gutiérrez, alias “Jerry”, en un avión que se disponía a despegar hacia Barranquilla. Pizarro era el candidato presidencial por el M-19, grupo guerrillero que había dejado las armas el 9 de marzo de ese mismo año. El líder de las AUC, Carlos Castaño, en libro “Mi confesión”, dice haber ordenado el asesinato de Pizarro. En 2001 un juez lo condenó a 60 años de prisión por su participación en este crimen.
Enrique Low Murtra, (1939-1991).- Cuando fue ministro de Justicia, en el gobierno de Virgilio Barco, firmó la detención con fines de extradición de los capos Ochoa Vásquez, Pablo Escobar y Rodríguez Gacha. Fue acribillado frente a la Universidad de la Salle, en Bogotá. Pablo Escobar afirmó haber encargado el crimen a miembros de la ETA. Sin embargo, el hecho conmocionó aún más cuando se dijo que el gobierno de César Gaviria sabia de las intenciones del capo y no protegió a Low.
Manuel Cepeda, (1930-1994).- El 9 de agosto de 1994, alrededor de las 9 de la mañana, el senador de la Unión Patriótica y miembro del comité central del Partido Comunista Colombiano fue baleado en el sur de Bogotá. Había denunciado que desde 1992 recibía amenazas de muerte. En la investigación, Carlos Castaño fue acusado como autor intelectual del homicidio.
Álvaro Gómez Hurtado, (1919-1995).- El dirigente conservador fue acribillado el 2 de noviembre de 1995, cuando salía de la Universidad Sergio Arboleda, en Bogotá. Los ex miembros de inteligencia del Ejército, Omar y Henry Berrío Loaiza y los hermanos Carlos y Franklin Gaona, implicados en el caso, fueron absueltos.
En 2003, el coronel Bernardo RuizSilva, ex comandante de la Brigada 20 de Inteligencia, recobró su libertad después de estar cuatro años en prisión.
Jaime Garzón, (1960-1999).- Una especie de fiscal ético a través del humor; el 13 de agosto de 1999, cuando se dirigía a trabajar en la emisora Radionet, cinco tiros en la cabeza acabaron con su vida. Era controvertido por la intermediación que hacía para la liberación de secuestrados de las Farc.
Juan Pablo Ortiz Agudelo, alias “Bochas”, y Edilberto AntonioSierra Ayala, “Toño”, fueron sindicados como autores materiales del crimen, pero fueron absueltos. Carlos Castaño fue condenado a 38 años de prisión tras ser hallado culpable como coautor intelectual del asesinato.
(De la revista Semana, 2005)