Autor: Gustavo Álvarez Gardeazábal - Escritor - Tuluá, Colombia
No hay nadie más peligroso para la vida pública que un anacoreta que resuelva volverse bocón. Y eso es Juan Carlos Echeverri, el presidente de Ecopetrol.
Su frase en el Congreso de la República en el debate sobre los permisos para dejar abrir pozos petroleros en la reserva natural de La Macarena será tan recordada como su otra frase de los enmermelados,cuando era ministro de Hacienda y dijo que había que repartirla a los garosos.
Echeverry es uno de los más feroces lectores que tiene este país. Su conocimiento sobre muchos temas es fruto de disciplinadas lecturas que hace en los períodos en los cuales funge de anacoreta y se aísla a reescribir la historia porque, por supuesto, un hombre como él no la puede ver como la vemos los demás mortales.
Pero por más conocimientos que tenga, por más buen lector que comprobemos que lo es, decir en plena Congreso que “hay más secuestros de humanos por extraterrestres que acuíferos secados por la industria petrolera” hace pensar que sus lecturas son muy especializadas o que él sabe tanto mas que nosotros y que nos tragamos el cuento que los pozos extractores de petróleo no desvían subterráneamente el agua,como lo pueden contar en Puerto Gaitán o en las llanuras del Casanare.
Pero decir semejante frase y en ese tonito que mucho recuerda al humillante Peñalosa hablando, era buscar un argumento estrepitoso para ocultar un daño tremebundo, y le salió el tiro por la culata.
Nadie le creyó. Todo el país se burla de su sapiencia pambelesca y los que no entendían qué pasaba con la reserva de La Macarena, ahora son defensores de ella. El agua es un bien común, la mermelada se la tragan solo los congresistas.