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Averroes y el aporte Árabe a la Filosofía Medieval

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Blanca Inés Prada Márquez - Filósofa, Historiadora, Catedrática - Bucaramanga, Colombia

 

 

Autora: Blanca Inés Prada Márquez - Filósofa, Historiadora, Catedrática - Bucaramanga, Colombia

1. Dos observaciones preliminares:

La primera, hace referencia a la universalidad tanto de la ciencia como de la filosofía, motivo por el cual es un error hablar de ciencia colombiana, árabe, judía, inglesa o alemana, etc., lo mismo sucede con la filosofía.

Estas dos formas universales de pensamiento nacieron con los griegos y por ello no es erróneo decir la Ciencia griega o la Filosofía griega. Ellos son los padres de eso que ayer como hoy se llama Ciencia o se llama Filosofía –dos formas universales de pensamiento que una vez desarrolladas son propiedad de todos–, no tienen nacionalidad.

La segunda, observación hace referencia al lugar donde empezaron estas dos formas maravillosas de pensamiento universal. Ellas nacieron en el siglo VII a. C. en la colonia jónica de Mileto, donde un grupo de pensadores, entre otros Tales, Anaximandro, Anaxímenes, empezaron a hacerse preguntas sobre los fenómenos físicos que acontecían a su alrededor: el día y la noche, la lluvia, los eclipses, los terremotos, los astros, las estaciones, etc., y trataron de buscar explicaciones racionales sobre ellos, sin necesidad de acudir a los dioses para encontrar respuestas, sino fundamentados en su capacidad racional.

Los primeros pensadores que trataron de escudriñar los secretos del Cosmos a través de la observación y la razón fueron llamados fisiócratas por Aristóteles, o también los filósofos naturalistas.

Surgieron varias escuelas, debates críticos donde unas contradecían lo dicho por otras, y poco a poco estos grandes pensadores empezaron a darse cuenta de que la naturaleza era ordenada y obedecía a leyes o regularidades que podían ser descubiertas por la razón humana. Gracias a este gran descubrimiento empezaron a elaborar diversas teorías sobre el mundo y sus fenómenos y a desarrollar métodos para demostrarlas.

Ya desde los griegos empieza poco a poco a separarse la ciencia de la filosofía, aunque el más grande filósofo de la antigüedad griega, Aristóteles, fuera también científico. En realidad es hasta después de Galileo, cuando los métodos empleados por la ciencia y por la filosofía se separan porque se entiende que la ciencia hace referencia a los conocimientos del mundo físico y exige un método experimental y demostrativo, mientras que la filosofía debe centrarse en la reflexión sobre aquellos temas que competen fundamentalmente al ser humano y que difícilmente logran encontrar una demostración experimental.

Sin embargo muchos pensadores consideran que la filosofía ha acompañado todos los desarrollos científicos y que los grandes hombres de ciencia han sido también filósofos. Y es tratando de entender la ciencia y sus desarrollos que nace en el siglo XX la llamada Epistemología o Filosofía de la ciencia. (Conf. KOYRE, Alexander. Pensar la ciencia. Barcelona, Paidós, 1994).

Los dos más grandes filósofos griegos fueron Platón (427–347 a. C.) fundador de la Academia, institución educativa que desarrolló su actividad por cerca de 900 años, y Aristóteles (384–322), el gigante del pensamiento griego cuya extensa obra apasionó a los filósofos árabes y en general a todos los grandes pensadores de la Edad Media.

Pero mientras Aristóteles: conocido como el estagirita por Estagira, su patria chica, el más grande científico y filósofo griego del siglo IV a. C., el primer enciclopedista, físico, psicólogo, astrónomo, y biólogo de la historia, el pensador que hizo la mejor síntesis de todo cuanto se había dicho y escrito hasta su época en cuestiones de ciencia y filosofía, cuyas ideas sobre el mundo llegaron intactas hasta el siglo XVII, –e incluso su afirmación sobre la generación espontánea sólo fue corregida por Pasteur en el siglo XIX–, este gran investigador fue sin embargo superado en todos sus planteamientos científicos por la revolución copernicana-galileana y el posterior desarrollo de las ciencias físico-naturales.

Pero si bien su ciencia dejó de tener validez, nos quedan todos sus estudios sobre Ética, Política, Retórica y Metafísica que siguieron enriqueciendo la reflexión filosófica a lo largo de los siglos.

En cambio, Platón que no se metió en temas científicos sino filosóficos, diríamos metafísicos y estéticos, sigue siendo el inmortal, cuyas ideas y planteamientos difícilmente podrán ser superados, por lo cual suelen decir los estudiosos que en estos más de XX siglos que nos separan de la filosofía griega, lo único que han logrado hacer los filósofos es anotaciones en los márgenes de los Diálogosplatónicos.

Fue Platón el primero en trazarle el derrotero a la filosofía, pues en sus inmorales obras trató con profundidad y belleza sobre todos aquellos temas tan caros al ser humano como la justicia, el amor, la virtud, el deber, la educación, la inmortalidad, el bien, el mal, el alma, el pensamiento, la amistad, el arte, la poesía, entre otros.

2. Los árabes y su interés en la filosofía griega

Si bien en matemáticas, en medicina y en ciencias básicas fue importante el aporte árabe, no lo fue tanto en Filosofía. Sin embargo, en este campo se puede en primer lugar señalar el interés que tuvieron por traducir las obras de Aristóteles y su esfuerzo por hallar respuestas en él, que pudieran compaginarse con el Islám, nueva religión monoteísta que empieza a expandirse por Occidente a partir del año 622 d. C., con la salida de Mahoma de la Meca y el inició de su predicación.

Como sabemos los principales preceptos del Islám están recogidos en el Corán y su estilo de vida podría resumirse en cinco preceptos:

monoteísmo absoluto –“no hay más Dios que Alá y Mahoma es su Profeta”–, oración tres veces al día, ayuno todo el mes de Ramadán, limosna para ayudar a los más necesitados y peregrinación por lo menos una vez en la vida a la Meca.

Los Musulmanes, esto es, los seguidores del Islám, palabra derivada –dicen los estudiosos– del árabe Muslin la cual atestiguaría que Mahoma es el último de los profetas, se extendieron rápidamente por Siria, Persia, Palestina, Egipto y la Península Ibérica.

Ahora bien, en el año 529 Justiniano, el emperador cristiano romano, clausuró la Academia de Atenas, donde habían enseñado Platón, Aristóteles y sus seguidores por cerca de 9 siglos, y prohibió a los paganos dedicarse a la educación.

Entonces los filósofos griegos se dispersan por el Oriente y se cree que en algunas ciudades sirias y persas se mantiene por años algunos debates griegos en torno a las enseñanzas de Platón y Aristóteles, particularmente.

Los árabes logran establecerse en Persia y allí entraron en contacto con especulaciones filosóficas y científicas lo que favoreció el estudio de las ciencias, las letras y la filosofía. Ya hemos hablado de las ciencias básicas que tuvieron su centro principal de desarrollo en La Casa de la Sabiduría de Bagdad.

También allí hubo espacio para los traductores de Platón y Aristóteles, actividad favorecida hacia el año 750 por la llegada al trono de los Abásidas, una línea de califas ilustrados que fomentaron el aprendizaje y la introducción de ideas extranjeras.

  • Entre estos primeros filósofos árabes sobresale Al–Kindi (nacido en el 801 en Kufa, actual Irak y muerto el año 873 en Bagdad). Se interesó en todas las ciencias de su época, pero siendo además profundamente religioso buscó fundamentalmente respuestas filosóficas que pudieran esclarecer su fe.

Una pregunta que parece le apasionó fue entender cómo podía llegar el hombre a la revelación profética. Habría escrito varios libros, entre otros, uno titulado Teología de Aristóteles que fue más tarde traducido al latín en la Escuela de Toledo.

Se considera que fue uno de los primeros filósofos en abordar el tema del entendimiento agente y paciente según lo planteaba Aristóteles, tema que suscitará grandes debates en la Edad Media hasta la solución definitiva para los creyentes dada por Tomás de Aquino y aceptada por siglos en la Iglesia.

Sin adentrarnos en este espinoso tema, diremos que en relación con el alma la concepción de Aristóteles es de naturaleza biológica –el alma es una función del cuerpo–. Esto ponía problemas a quienes daban al alma un carácter inmortal.

Sin embargo en su tratado de Ánima, de inspiración platónica, el estagirita da a entender que en el alma hay una parte divina gracias a la cual podemos captar lo universal y alcanzar la ciencia, esto es la sabiduría. Pues bien este tema que es bien complicado en Aristóteles, lo será mucho más cuando los filósofos cristianos y también los musulmanes tratan de encontrar una relación entre lo dicho por Aristóteles sobre el alma y lo planteado en las dos religiones sobre la inmortalidad.

  • Ibn Sina (980 -1037), llamado por los escolásticos medievales Avicena.

Es considerado un notable médico árabe. Escribió el Canon de la medicina inspirado por supuesto en Hipócrates y Galeno, el cual traducido al latín fue texto oficial de medicina en las primeras universidades. Como filósofo fue el primer intérprete de Aristóteles, habría hecho de él una interpretación libre con gran influencia neoplatónica, adecuándolo a los principios de la religión islámica.

Su obra principal El libro de la curación en 18 volúmenes comprendía entre otras cosas: Lógica, Retórica, Poética, Física, y de Anima traducidos de Aristóteles con sus propios comentarios. Se dice que fue un discípulo infiel de Aristóteles pero que esta infidelidad fue la que lo hizo tan exitoso.

En efecto, mientras a los ojos de un cristiano Aristóteles no decía casi nada sobre Dios, ni tampoco sobre el origen de las cosas, Avicena al integrar el pensamiento aristotélico con el neoplatonismo, heredero de Plotino, un filósofo del siglo II d. C. que mistificó a Platón, logró ser aceptado por cristianos y musulmanes.

  • Averroes (1126 -1198), nació en Córdoba y murió en Marruecos y es considerado el más importante de los filósofos árabes. Vivió en una época floreciente de la cultura árabe y dejó a la posteridad numerosas obras.

Fue jurista, médico y un gran comentador de Aristóteles, hacia el cual manifestó un gran aprecio. Sus biógrafos dicen que se refería al gran estagirita con estas palabras:

“Ninguno de los que han venido después de él, es decir, durante 1500 años han podido agregar nada digno de mención a lo que él dijo. Es algo verdaderamente maravilloso que todo esto se encuentre en un solo hombre”.

Más tarde Dante dirá algo parecido cuando afirma que Aristóteles es el “maestro de aquellos que saben”.

Aunque escribió muchas obras, las más importantes son los tres tipos de comentarios a Aristóteles:

  • 1) El comentario medio o paráfrasis libres del texto aristotélico.
  • 2) Epitomes o simples compendio sin una relación directa con el texto y
  • 3) El Gran comentario, referente a la Física, la Metafísica, De Ánima, De Coelo, y los Analíticos primeros.

Esta obra va a tener mucha importancia en la Escolástica medieval. Su Gran comentario fue redactado en abierta oposición a las interpretaciones hechas por sus antecesores sobre Aristóteles, en particular las de Avicena de quien fue un aguerrido crítico.

Como muchos filósofos de su tiempo, pretendió Averroes unir la filosofía con el dogma, pero se dio cuenta de que una tal conciliación no era posible dado que mientras la filosofía era sólo apta para unos pocos capaces de comprender las explicaciones racionales, la religión tal como se da en los textos sagrados es apta para las multitudes incapaces de comprender las verdades racionales y sus demostraciones.

Averroes debatió algunos temas propios de la escolástica latina de su época, estando casi siempre en oposición con algunos de ellos, por ejemplo: pensaba que el mundo había sido creado por Dios pero no desde toda la eternidad.

Defendió la teoría de que no hay inmortalidad personal, y la tesis de la eternidad de la materia con la posible negación o imposibilidad de que el mundo haya sido creado de la nada, y desarrolló la teoría de la doble verdad cuya consecuencia es: aquello verdadero en Filosofía, puede no serlo en Teología y viceversa.

Estas tres tesis se conocen con el nombre de “averroísmo latino”, pero por ser inspiradas en Aristóteles, el sacerdote y filósofo belga Fernand van Steenberghen propuso sustituirlas por “aristotelismo heterodoxo”.

A partir de las traducciones hechas en occidente en el siglo XIII por Miguel Escoto de los Comentarios de Averroes, sus tesis empezaron a ser conocidas y condenadas (1215, 1231, 1263), sin embargo estas condenaciones despertaron gran interés por sus obras y con ellas hubo también un renacer de Aristóteles, particularmente en San Alberto Magno y Santo Tomás de Aquino, y entró la preocupación por la influencia del averroísmo entre los filósofos cristianos, de tal manera que empezaron a condenarse la mayoría de las tesis de Averroes, tanto que el arzobispo de París Étienne Tempier, entre 1270 y 1277 condenó 219 de sus tesis, entre otras las tres ya mencionadas.

Pero a pesar de su condenación muchos de los debates filosóficos de los siglo XIII, XIV y XV estuvieron influenciados por Averroes, y es reconocido por los estudiosos de Tomás de Aquino, que gran parte de la Summa Teológica (1485), estuvo en debate abierto contra el filósofo árabe, sobre todo su tesis de la doble verdad, llegando Tomás de Aquino a negarla, estableciendo en su lugar la tesis filosófico-teológica de que “la Verdad es única y en caso de que la razón y la fe no pudieran ponerse de acuerdo en algo, es deber de todo ser razonable inclinarse por la verdad de fe”, conclusión funesta cuyas consecuencias no tardaron en hacerse sentir: fundados en este principio se establecieron todas las condenas de la Inquisición, entre otras la de Giordano Bruno que fue quemado vivo por afirmar que el Universo era infinito y Galileo quien fue obligado a renegar de aquello que la razón le mostraba como verdadero, esto es que la Tierra se mueve, para librarse de la pena capital.

La obra de Averroes no sólo fue sancionada por la Iglesia católica sino también por la comunidad musulmana. Por considerarlo infiel a su religión fue desterrado de Córdoba y terminó su vida en Marruecos.

Para saber más:

  • DIVERS AUTERS. La civilisation arabo-musulmane au miroir de l’universel: perspectives philosophiques. UNESCO, 2010.
  • IDOIA MAIZA OZCIDI. La concepción de la filosofía en Averroes. Análisis crítico de Tanafut al–Tanafut. Madrid. Editorial Trota, 2001.
  • REALI y ANTISERI. Historia del pensamiento filosófico y científico. Tomo I: Antigüedad y Edad Media. Herder 2010.
  • YABRI, Mohammed Abed. El legado filosófico árabe. Madrid. Editorial Trota, 2006. Traducción del árabe por Manuel Feria García.

 

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