Autor:Jaime Colpas Gutiérrez - Profesor de Programa de Historia de Uniatlántico, magíster en Historia y Doctorante en Ciencias Humanas - Barranquilla, Colombia
INTRODUCCIÓN
Esta ponencia parte del supuesto que la Acreditación es el acto por el cual el Estado adopta y hace público el reconocimiento sobre la calidad de un programa o institución con base en un proceso previo de autoevaluación de manera voluntaria, en el que intervienen la institución, las comunidades académicas y el Consejo Nacional de Acreditación (CNA), sustentado legalmente por Ley 30 del 28 de diciembre 1992 y reglamentado por el Decreto 2904 de Diciembre 31 de 1994.
Por lo que este proceso se desarrolló en ámbito universitario colombiano de la última década, el cual está articulado a las transformaciones globales de la educación transnacional (Grace Ávila, 2006), por lo que el problema central a abordar intenta responder:
¿Cuál es el impacto significativo del proceso de acreditación y recreaditación del programa de historia 2011- 2015?
Esta cuestión se articula en el proceso de autoevaluación de la primera de la acreditación, que, arrojó problemáticas como la deserción estudiantil y alta tabla de retención de egresados; por lo que se evidenció la necesidad de fortalecer el proceso de enseñanza con el fomento de las TIC e interdisciplinariedad como estrategias significativas de la problemática académica. El impacto significativo será visto teniendo como eje la formulación del PEP, proyecto educativo de historia como vínculo a la búsqueda de acreditación de calidad.
El proceso de autoevaluación con fines de acreditación en Uniatlántico se inició con la creación de la estructura organizativa conformada por el Comité General de Autoevaluación institucional y Acreditación, y el Comité Técnico Asesor de Autoevaluación.
El 28 de marzo de 2008 fue presentada la solicitud ante CNA para acreditar seis programas de pregrado: Economía, Licenciatura en Música, Química y Farmacia, Historia, Ing. Industrial y Física, teniendo como supuesto que nuestra institución cumplía con las condiciones iniciales para someterlos de manera voluntaria a este proceso.
La visita oficial del CNA de apreciación de condiciones iniciales por parte de sus comisionados se realizó el 20 de agosto de 2008, y el 26 de agosto del mismo, fue aceptada la Universidad del Atlántico en el Sistema Nacional de Acreditación.
Es importante recordar el carácter temporal de la acreditación, según lo prescrito en la Ley 30 de 1992 y en general en los sistemas académicos de acreditación que buscan el aseguramiento de la calidad. Dicho carácter temporal le exige al Sistema Nacional de Acreditación la estipulación de los criterios y procedimientos para la renovación de la acreditación, tal como se presentan en este documento
La calidad requiere el esfuerzo continuo de las instituciones para cumplir en forma responsable con las exigencias propias de las funciones sustantivas (docencia, investigación, proyección social) y de la cooperación internacional.
Metodológicamente existen tres componentes de la evaluación referentes al primer aspecto se traducen, respectivamente, en tres etapas dentro del proceso de Acreditación. Son ellas:
La Autoevaluación, que consiste en el estudio que llevan a cabo las instituciones o programas académicos, sobre la base de los factores, las características, y los aspectos a evaluar: definidos por el Consejo Nacional de Acreditación. La institución debe asumir el liderazgo de este proceso y propiciar la participación amplia de la comunidad académica en él.
La Evaluación Externa o Evaluación por Pares, que utiliza como punto de partida la autoevaluación, verifica sus resultados, identifica las condiciones internas de operación de la institución o de los programas y concluye en un juicio sobre la calidad de una u otros.
La Evaluación Final que realiza el Consejo Nacional de Acreditación a partir de los resultados de la autoevaluación y de la evaluación externa.
DESARROLLO
La necesidad de un Programa de Historia en la Universidad del Atlántico, domiciliada en Barranquilla, capital del Departamento del Atlántico en la República de Colombia, comenzó a plantearse en el año 1993 con la primera cohorte de la Maestría en Historia de Colombia por el convenio suscrito entre la Universidad Nacional de Colombia y nuestra Alma Máter la Universidad del Atlántico, cuando sus maestrantes sustentaron surgió el imperativo categórico de crear un programa académico cuyo objetivo era la formación de historiadores en el nivel de pregrado para abordar los problemas de recuperación de la memoria histórica e investigación historiográfica local, regional y nacional con lo que se fortalezca la identidad del Caribe colombiano.
La resolución 005 de abril 2 de 1997 creó oficialmente el programa de pregrado en Historia, adscrito a la naciente facultad de Ciencias Humanas de la Universidad del Atlántico y mediante la resolución 064 del 7 de diciembre de 2005 del Consejo Académico se adoptó su plan de estudios y se establecieron requisitos en el programa de Historia.
La resolución académica 027 del 28 de diciembre de 2006 aprobó la reforma del plan de estudios en el contexto nacional de las condiciones mínimas de calidad de la denominada Revolución Educativa del gobierno reformista de Álvaro Uribe Vélez, bajo el liderazgo de la ministra María Cecilia Vélez White en el que se introdujo la experiencia del núcleo común de los programas de Ciencias Humanas: Historia, Filosofía y Sociología. Su propósito curricular buscaba establecer el diálogo interdisciplinario de las disciplinas específicas de cada carrera humanística como innovación del saber disciplinar, investigación, formación integral y flexibilidad (Álvarez, 2003).
En su año catorce de su existencia cuando se inició el proceso de acreditación siendo el suscrito su coordinador y el Doctor Luis Alarcón Meneses como responsable del proceso administrativo del comité de autoevaluación con fines de alta calidad, el programa había entregado a la sociedad local ocho (8) promociones en el 2010, con la titulación de ciento cinco (105) historiadores.
Este número importante de egresados se hallan vinculados a instituciones universitarias y educativas, empresas culturales e investigativas; contando con grupo de estudios de Maestría y Doctorado, con lo que muestras su utilidad con el resultado de sus aportes al saber historiográfico de la región y el país.
Las políticas institucionales de los programas de la Universidad del Atlántico tienen como principio rector el artículo cuarto de la Ley 30 de 1992, el cual establece que la Educación Superior sin perjuicio de los fines específicos de cada campo del saber despertará en los educandos un espíritu reflexivo, orientado al logro de la autonomía personal en un marco de libertad de pensamiento y pluralismo ideológico y universalidad de saberes y diversidad cultural.
Problemática Educativa del PEP en el proceso de la primera acreditación
En consecuencia su PEP como eje articulador a las políticas y objetivos del PEI que rige toda la institución y tiene entre otros los siguientes principios: “Igualdad, Responsabilidad Social, Participación, Libertad de cátedra”.
Su referente lo constituye el principio de responsabilidad y compromiso social con su entorno y cumplimiento de las obligaciones constitucionales y legales, por lo cual el Proyecto Educativo del Programa define sus relaciones institucionales con su entorno legal, social, político y económico, en la ejecución de sus programas de formación, investigación y proyección.
Desde esa perspectiva el programa académico se acoge al modelo pedagógico institucional; por tanto existe y se sustenta bajo el principio de una formación integral e interdisciplinaria, con la interacción de los actores, saberes y escenarios para materializar la unión del ser, del saber y del hacer, como escenario para: “el desarrollo permanente del conocimiento y la reflexión crítica, así como la construcción de nuevos principios sociales inspirados en la democracia, la participación y la tolerancia”.
Este programa se proyecta como un espacio de docencia, investigación y proyección social acreditado socialmente y reconocido por sus calidades académicas y aportes a la construcción de discursos historiográficos que den cuenta del devenir regional a través del tiempo y en las esferas de la historia política, económica, social y cultural. Ahora bien: ¿Cuál es la misión, visión, objetivos y perfil de la formación del historiador de Uniatlántico?
Su misión es el reto de la formación integral de profesionales en la disciplina historiográfica con capacidades teóricas y metodológicas para desempeñarse en campos como la investigación histórica, extensión, proyectos de desarrollo social y cultural; en programas de recuperación y fortalecimiento de las identidades, memorias y patrimonio histórico-cultural, la gestión documental, la divulgación del conocimiento histórico y el apoyo a la docencia. De igual manera se espera que actúen como ciudadanos(as) comprometidos (as) con el futuro de la sociedad y participen en la transformación de la misma.
Su visión se proyecta al 2019 como un espacio de docencia, investigación, extensión y proyección social acreditado institucionalmente, con vínculo a sus calidades académicas a redes internacionales de carácter científico, el cual estará articulado con programas de posgrados en los niveles de Maestría y Doctorado.
De modo que su objetivo es la formación del profesional de la historia que sea innovador y creativo con excelente nivel científico, destreza analítica, liderazgo académico, pertenencia institucional, compromiso ético y sensibilidad social; capaz de integrar su escenario conceptual con el desarrollo historiográfico de la historia mundial, nacional y regional; sobre la base de nuevos conocimientos, modelos historiográficos y tecnologías digitales para que asuman la educación superior como un componente fundamental de la integración e inserción en la comunidad científica, nacional e internacional.
El perfil de formación del historiador contempla la formación de un historiador que sea capaz de identificar los componentes teóricos y metodológicos de la disciplina historiográfica, las diversas tendencias que han existido a lo largo del desarrollo de esta, las habilidades en la lectura, expresión escrita y trabajo sistemático, así como una actitud abierta a los presupuestos de otras disciplinas humanísticas y sociales.
La problemática educativa y humanística que se recoge en el PEP descrito es tributaria del proceso de autoevaluación con fines de calidad del Programa de historia, pionero en la Universidad del Atlántico, realizada durante el año 2009 y asumida como un ejercicio de autorreflexión valorativa de acciones teóricas y prácticas desarrolladas por los estudiantes, docentes, egresados, directivos, personal administrativo, empleadores y usuarios del programa.
Problemáticas educativas de la primera Autoevaluación con fines de calidad en 2011
El proceso de autoevaluación como acción cambiante de la comunidad académica, busca acopiar información pertinente sobre las limitaciones, debilidades, fortalezas, amenazas y oportunidades que desarrollamos en un mundo en permanente transformación. Esto nos permite que hoy contemos con orientación objetiva para la toma de decisiones que apunten correctivos y acciones de mejoras necesarias para lograr la Acreditación de Calidad.
Nuestro programa fue el primer programa en recibir visita de Pares evaluadores del Consejo Nacional de Acreditación (CNA) para evidenciar los soportes del documento de autoevaluación con fines de ser otorgada la certificación de calidad.
Esta vista se constituyó en un hecho histórico significativo en una universidad que estaba colapsada por los problemas financieros, administrativos y académicos desde el 2006 con la llegada de la ingeniera Ana Sofía Mesa, quien animó a los programas que tenían fortalezas a lanzarse voluntariamente a esta lid en búsqueda del recogimiento de la calidad académica, por lo que esta tarea fue afrontada con entusiasmo, optimismo y responsabilidad a través del equipo de trabajo con los actores involucrados, bajo el lema de “historia hace historia”.
Una experiencia significativa notoria de las encuestas de autoevaluación de los distintos actores del programa, se utilizó el modelo del Consejo Nacional de Acreditación (CNA) para analizar los criterios valoración de los resultados.
Por ende, cuando terminó la etapa de recolección y organización de la información, tanto documental como de encuestas, se procedió a hacer operativo el modelo seleccionado con lo que se valoró o calificó cada uno de los factores, y sus correspondientes características e indicadores.
La información recolectada fue procesada, valorada, calificada y analizada de acuerdo con criterios de orden cuantitativo y cualitativo. Ello no implicó que los procedimientos de orden metodológico, no sufrieran los ajustes necesarios y modificaciones propias del proceso de autoevaluación.
El proceso de autoevaluación liderado por el Comité de Autoevaluación y Coordinación del programa, se convirtió en un espacio inédito de sociabilidad y participación colectiva en el que surgió la cultura de trabajo en equipo, con lo que superamos la dispersión, apatía y limitantes materiales e institucionales de la crisis financiera y liderazgo académico que afronta la Universidad.
Aunque es pertinente preguntarnos: ¿Qué enseñanzas arrojó la autoevaluación para la formación de un historiador familiarizado con los problemas de la historia del siglo XXI, global y tecnológico? Entonces, veamos las experiencias significativas de la autoevaluación académica.
Experiencias significativas de la autoevaluación académica con fines de alta calidad
Las encuestas y opiniones de estudiantes, docentes, administrativos y empleadores, así como el inventario de recursos académicos, materiales, educativos y financieros, balance del estado del arte de la historiografía mundial, regional y nacional con las disciplinas e interdisciplinas, mostró los aspectos a mejorar, con que el equipo de trabajo diseñó un Plan de Mejoramientocon base en los lineamientos del Plan de Desarrollo 2010-2019 ante el CNA.
Entre los aspectos significativos está el problema de la deserción temprana de estudiantes y alta tabla de retención de egresados; así como la deficiencia de bibliografía especializada, problemas en la formación interdisciplinar, acceso a las herramientas de la TIC y bases de datos idóneos para el buen desempeño del historiador global con las líneas de investigación desarrollada por los grupos de investigación categorizados por Colciencias.
El comité de autoevaluación y la coordinación académica implementó acciones tendientes a disminuir la deserción temprana y disminuir la tabla de retención de egresados, a través de asesorías, tutorías educativas, promociones, creaciones de cátedras, electivas y seminarios, incentivación docentes en recursos tecnológicos y enseñanza virtual; la participación en encuentros de estudiantes y egresados, asistencias a congresos regionales e internacionales y actividades extracurriculares como la cátedra de interculturalidad ‘Aquiles Escalante' y aumento de la participaron profesores visitantes nacionales e internacionales.
Los resultados inmediatos no se hicieron esperar, por lo que la deserción temprana se disminuyó en un 60 por ciento y la tabla de retención se bajó ostensiblemente, ya que durante el 2009 y 2010 el número de graduados aumentó en un 38 por ciento con relación a las cifras de 2008 y el corte inicial de la autoevaluación en 2005.
En dicho año, de 66 estudiantes matriculados se pasó a una población diversa en lo socioeconómico, cultural y geográfico de 187 (2011) alumnos como prueba de la aceptación, dinamización y preferencia de un programa que adquirió reconocimiento social por su calidad docente, estudiantil y egresados en el liderazgo regional de la historiografía caribeña.
Experiencia significativa del proceso de autoevaluación: la importancia de las TIC e Interdisciplinariedad en la formación del historiador Uniatlanticense
En experiencia significativa de la acreditación surge el interrogante: ¿Cuál era la necesidad del uso de las TIC e Interdisciplinariedad del historiador Uniatlanticense con base en el plan de mejoras?
Sin embargo, la experiencia significativa de la autoevaluación mostró las necesidades motivacionales del alumnado inherente al paradigma cognoscitivo de las nuevas tecnologías, donde la Internet pasó a ser sinónimo de Nuevas Tecnologías como reitera Manuel Castells, el intelectual que compara la actual revolución tecnológica y su impacto en el ser humano con dos hechos singulares en la historia de la humanidad: el nacimiento del alfabeto en Grecia hace 2700 años, y la invención de la imprenta hace más de 500 años; quien expresa:
El surgimiento de un nuevo sistema de comunicación electrónico caracterizado por su alcance global, su integración de todos los medios de comunicación y su interactividad potencial, está cambiando nuestra cultura, y lo hará para siempre (Castell, 1997).
Experiencia significativa del proceso de reacreditación de alta calidad en 2015
Cuatro años después de haber sido otorgada la acreditación del programa de historia, (el primero en alcanzarlo en agosto del 2011); dado su vencimiento según la ley 30 de 1992, después de cuatro años se inició el proceso de renovación ante el CNA, lo que trajo nuevas experiencias significativas tanto en lo académico, administrativo, cognoscitivo y recursos materiales.
Este proceso significativo se afrontó con menos incertidumbre e inexperiencia que la acreditación del 2011, debido a que surgen dos factores nuevos: “Investigación y movilidad internacional”, creados por los nuevos lineamientos del gobierno del Juan Manuel Santos, los cuales al ser autoevaludos nos dieron una alta ponderación, ya que nuestra unidad académica posee el grupo de investigación más importante de la Universidad del Atlántico y la revista historia Caribe, también la más relevante de UDELA, categorizada por Colciencias A2, lo cual fue ponderado como las fortalezas por la nueva visita de pares en el mes de septiembre del 2015.
Otra experiencia significativa desarrollada por el comité de autoevaluación con fines de reacreditación liderada por el historiador Luis Alarcon Meneses y el coordinador Doctor Tomás Caballero es la construcción de un nuevo PEP y el rediseño curricular en el que se contemplan las nuevas tendencias de un historiador global, abierto a las tendencias internacionales de la sociedad del conocimiento y su compromiso con la investigación científico, lo cual arrojó que para graduarse como historiador el egresado debe aprobar un artículo científico evaluado por pares ciegos.
El compromiso con el anterior plan de mejoramiento que atinó la importancia de las TIC, suscitó que en el mes de mayo se inauguró el Taller del Historiador con una inversión de 200 millones de pesos, como laboratorio para la docencia e investigación, lo que garantiza la conectividad y el quehacer del ciberhistoriador, que se constituye en la experiencia más significativa de la primera acreditación.
Otra hecho significativo alcanzada es la disminución de la tabla de deserción, pero el documento de autoevaluación mostró el aumento de la tabla de retención de egresados, por lo que se diseñó un plan estratégico para incentivar la graduación de nuevos historiadores, lográndose la disminución de ésta en un 40 % al final del 2015.
Los pares destacaron esta fortaleza que se constituye en una experiencia significativa de calidad de nuestro programa que tiene concepto favorable de los pares, quienes recomendaron a la sala del CNA la renovación de la alta calidad del programa, el que cuenta profesores con título de magister en un 100 %, 60 % de Doctores, y más de 30 % de egresados con títulos de magister y 20 % con títulos y estudios doctorales, vinculados al mercado laboral como docentes e investigadores.
CONCLUSIÓN
Lo mostrado a través de esta ponencia nos permite afirmar que el primer proceso de autoevaluación académica del programa de historia en el 2011 y su renovación en el 2015, nuclearon experiencias significativas que permiten validar el reconocimiento de su calidad ante la sociedad por la responsabilidad y liderazgo del proceso de acreditación de calidad ante el CNA, por lo que llegamos a la siguiente propuestas concluyentes:
Se ensayaron modificaciones curriculares del saber disciplinar con competencias humanísticas y uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación, presentadas al CNA. Lo que incide en la calidad formativa de la docencia, investigación, interdisciplinariedad; proyección social con acceso y conectividad global a los principales centros de documentación, bibliográficos, archivísticos de la realidad virtuales, webgrafía y bloggrafía; y con la finalidad de conservar y divulgar la memoria histórica, documental y bibliográfica de la región Caribe colombiana con la puesta en marcha de la biblioteca virtual Aquiles Escalante para repensar la cultura de la autoevaluación.
La experiencia significativa de la reacreditación del 2015 más notoria es el de haber bajado la tabla de deserción, aumentado la movilidad internacional y la producción científica de los profesores. Pero el documento de autoevaluación mostró la problemática de la alta tasa de retención estudiantil, por lo cual se diseñó un plan estratégico para aumentar el porcentaje de graduación. Lo que a final de año y después de la visita de los pares externos, se disminuyó ésta en un 40 %.
Además se implementó un revolucionario rediseño curricular que definió el perfil de historiador como un investigador científico, por lo que ahora para graduarse los estudiantes que ingresaron en el segundo semestre de este año, deberán desarrollar sus competencias de egreso consistente en saber hacer un artículo científico.
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