Autor: Alejandro Duarte Rueda
Ahora que la Cámara de Comercio de Barranquilla acaba de cumplir 100 años de existencia, quisiera hacer unas reflexiones sobre lo que ha sido el papel de esta entidad tan importante en la historia del país.
No podemos desconocer que en sus comienzos, desde su génesis, las cámaras de comercio han buscado el mejoramiento de la calidad de vida de sus asociados, empresarios, comerciantes y mipymes, de todos quienes tienen que ver con el desarrollo social y económico de cada ciudad donde están ubicadas.
La Cámara de Comercio de Barranquilla nació en la coyuntura de la Primera Guerra Mundial, —época de desabastecimiento—, mediante decreto 2.028 de 1915, fue firmado por el Presidente de la República, José Vicente Concha, y por el Ministro de Agricultura y Comercio, Benjamín Herrera.
Con este documento el gobernador del Departamento del Atlántico, Abel Carbonell, convocó a los empresarios de la plaza para formar la Cámara de Comercio en una primera reunión de empresarios el 10 de febrero de 1916 a la que asistieron representantes de las diversas sociedades empresariales que operaban en la ciudad.
Su primer presidente fue Nicanor G. Insignares, y dos de sus primeras actuaciones fue la impugnación del contrato de bienes ocultos que impuso el gobierno nacional y la reducción de los aranceles del tabaco para los empresarios locales.
De esa historia se recuerda mucho al destacado dirigente Gastón Abello, quien le dio gran protagonismo y preponderancia desde 1956 primero como secretario ejecutivo y luego como presidente a esta entidad que con el tiempo se convirtió en un eje del desarrollo del empresariado de la ciudad.
La ley que creó las cámaras de comercio busca precisamente el mejoramiento no solamente de los empresarios y comerciantes, sino de todas las comunidades. Por eso en muchas oportunidades la entidad ha sufrido momentos de crisis que han sido superados con la voluntad y el deseo de todos sus afiliados. Creemos que su papel en la sociedad debe ser desarrollarse con un alto sentido de participación de todos los sectores de la ciudad y de la región.
Ahora bien, lo que se ha visto últimamente con las crisis que se han presentado no es más que el deseo de algunos empresarios de entrar a la entidad y también contribuir con este proceso. No olvidemos que ese es uno de los objetivos fundamentales de todos los sectores, especialmente de los sectores con menos posibilidades de crecimiento en sus empresas.
La junta directiva de la Cámara de Comercio busca continuar el legado de sus fundadores que la iniciaron en 1916 y que hoy se ha convertido en una de las organizaciones más importantes del territorio nacional, para que siga contribuyendo a este progreso.
En el año 2000 hubo un intento de llegar a la entidad por parte de un sector de comerciantes y no fue posible; más adelante las personas que estaban dentro del sanedrín, los del poder, permitieron que entrara un sector que venía sobresaliendo y venía siendo exitoso en la ciudad, los pequeños empresarios.
Desde entonces la Cámara ha venido desempeñando un papel más preponderante, más protagónico, y entonces la inclusión de estos comerciantes permitió que llegaran con nuevas ideas formas diferentes de expandir los servicios de la entidad.
En la actualidad tenemos unos 50 mil matriculados que a través del tiempo se han dado cuenta que efectivamente la entidad ha venido cambiando sus estrategias y su manera de presentarse ante la ciudad, buscando más inclusión de los pequeños comerciantes que en últimas instancias son mayoría en esa comunidad de matriculados.
Y no sería completa nuestra reflexión si no habláramos de la comunidad de afiliados. Para nadie es un secreto que la Cámara de Comercio tiene dos clases de asociados: los matriculados, que por ley les corresponde registrarse, y este año deben hacerlo antes del 31 de marzo so pena de ser sancionados por incumplimiento de la norma que empezó a regir en los años 12 y 13.
El otro grupo es de los afiliados, que lo hacen de manera voluntaria pero que necesariamente deben estar matriculados, con lo cual adquieren nuevos servicios, como acompañamiento, capacitación, asesoría legal, participación en eventos nacionales e internacionales, certificados de existencia y representación totalmente gratis.
Es decir, una serie de servicios adicionales al registral que nos toca por obligación a todos los comerciantes para hacer presencia en el mercado y tener un certificado que haga constar nuestra condición de empresarios, que es lo que realmente sirve para créditos, viajes y para el crecimiento, que nos muestra como empresarios legalizados que cumplimos con todos los requisitos de ley. Inclusive en las conciliaciones el afiliado tiene una serie de consideraciones muy especiales.
Entonces el papel de la Cámara de Comercio en estos momentos es muy importante sobre todo en una ciudad como Barranquilla que viene jalonando el progreso y se perfila como una de las más prósperas y progresistas del país y del Caribe.
En este momento hay una unidad total no solo en la entidad, vemos a las administraciones departamental y distrital unidas bajo un mismo propósito, el crecimiento y el servicio a toda la comunidad; igualmente sucede en la Cámara, se está trabajando mancomunadamente, hay unidad de criterios.
Si bien en el pasado se presentaron inconvenientes en los años 2000 y 2005, y especialmente en el 2012, cuando se presentaron crisis institucionales, por el contrario fortalecieron sus servicios y hoy nos encontramos haciendo parte de ella en condición de directivos, y creemos que ese es el camino que hay que seguir.
Nuestra reflexión no puede ser diferente a reconocer el estado en que se encuentra la Cámara de Comercio de Barranquilla, su junta directiva y sus funcionarios, listos a prestar los servicios que requieran los matriculados y afiliados, lo que buscábamos en un pasado, que no fuéramos excluidos, que tuviéramos derecho a opinar y eso lo hemos conseguido con el correr del tiempo.
Hay que decirlo con sinceridad: la Cámara de Comercio ha cambiado y seguirá mejorando en la medida en que no sea excluyente, en que todos tengamos la misma participación, las mismas oportunidades, empresarios grandes, medianos y pequeños.
Si esa relación se sostiene permanentemente con una filosofía abierta al diálogo y la concertación, seguramente la institución va a salir adelante, más ahora que muy pronto de abrirá el Centro de Eventos, que habrá sedes propias, mucha capacitación, que se realizarán eventos internacionales y eso para nosotros tiene mucho valor.
En cuanto al grupo de los pequeños empresarios, debemos decir que hoy estamos muy satisfechos, y seguiremos siendo motor fundamental de este proceso, siempre y cuando se nos tengan las puertas abiertas.
¡Unidos somos más!