El libro Manual para no morir de amor, del escritor Walter Riso, parte de la premisa de que el desamor no mata literalmente, pero lo hace en sentido figurado. Si el despecho no manda a la gente al cementerio, por lo menos la deja en una profunda depresión, la conduce a los límites del suicidio, o la convierte en una especie de zombi, en palabras del mismo autor.
En su larga experiencia como sicólogo, ha conocido a varios entusados que llegaron al extremo de crímenes pasionales o que han echado su suerte en la cama de una clínica o de un hospital. La llamada tusa, o mal de amores, dice Riso, es un problema de salud pública que debe llamar la atención de las autoridades: es que casi todos los seres humanos han sido víctimas de relaciones infames y dolorosas.
Riso nos muestra las claves para entender qué pasa dentro de nosotros cuando estamos “entusados”, pero también da un parte positivo para volver a amar una, dos, tres, cuántas veces la persona quiera.
1.- Hay que amar con la cabeza y no con el corazón
Uno puede enamorarse tantas veces como la inteligencia lo permita. Yo no creo en las almas gemelas. Hay un problema grave y es cuando uno busca el molde de personas muy similares o que compense las carencias.
Es decir, que si eres alguien débil, vas a buscar a una persona fuerte, con personalidad dura e exitosa, porque buscas la protección. Pero eso está mal. La esperanza es que uno puede mejorar, si se aprende del pasado, a no repetir lo que ya no quiere de los viejos amores.
La elección de esta nueva persona debe ir con la razón y no con el corazón.
2.- La adicción al encoñe
Hay dos tipos de dependencia que hace que las rupturas sean difíciles. Una es la dependencia sexual, que se da más en hombres que en mujeres; y está la dependencia afectiva.
Cualquier adicción es perjudicial porque te vuelves esclavo de la otra persona: concentras la realización personal y la felicidad dependiendo del otro, o del amor. Ese despecho que nace del encoñe es más fácil de subsanar que el de la dependencia afectiva, o sea que demuestra problemas de autoestima o con la soledad.
El apego sexual se supera buscando otro amante mejor.
3.- La adicción al amor
Cuando hay ataduras afectivas se busca lo que hay detrás del pene o de la vagina, que es la sintonía, la compañía; ese algo que uno necesita y que no tiene. El que lleva el poder en la relación es el que necesita menos al otro. El problema es que puede haber abuso de poder, como llegar a dominar y a maltratar.
4.- Un clavo saca otro clavo
Uno puede salir de esos amores enquistados, que son una espina clavada. Ojo, porque si metes un clavo para sacar otro, se corre el riesgo de tener dos clavos.-Te puedes llegar a atar a otro.
5.- Lo bueno de sufrir
Cuando tocas fondo por el sufrimiento, te levantas un día cualquiera y te miras al espejo, y dices: “”no quiero más al huevón del paseo”. Te liberas y llegas al “importaculismo” en su máxima expresión, y eres tú otra vez.
6.- Lo chévere de la decepción
Son afortunados los que se decepcionan de una persona que no los quiere. ¡Qué liberación!¡Bendito el desamor que llega a las malas parejas y que hace que se separen! A pesar de eso, hay que hacer un duelo que se manifiesta por semanas y meses con embotamiento mental y lágrimas, todo eso que uno conoce.
Si duras mucho tiempo en ese estado, no te preocupes, porque es necesario; cuando uno no hace duelo, se corre el riesgo de explotar más tarde.
7.- Matar la esperanza
Uno toma conciencia de la situación y empieza a buscar culpables inicialmente; culpas a la otra persona y te culpas a ti mismo. Hay protesta viril o femenina porque eso se rompió. Es cuando algunas personas buscan a los brujos o a las oraciones para el milagro de la reconciliación. Matar la esperanza que te mantiene en vilo es necesario para volver a empezar.
8.- Termina aunque duela
Hay que enfrentar la realidad, aunque es proceso sea muy doloroso. Eso te salva de seguir en ese círculo vicioso de peleas y reconciliaciones. Si hay mucha depresión hay que buscar la orientación profesional.
9.- La ranchera, la cantina y la marihuana nunca funcionan
La borrachera por desamor produce alivio, pero no cura; uno entra en ese juego de brindar por el(la) hijo(a) de puta que te hizo sufrir. Tampoco recomiendo las putas, ni el revanchismo, es decir, que pasas a otra persona por las narices del que te dejó. Todo ese guayabo por el desamor es doblemente peor.
Hay gente que se traba con la marihuana, y creo que esos despechos se multiplican por mil; puedes ir a parar a la cárcel.
10.- Cuando hay infidelidad
Yo critico esos valores judeocristianos de pensar que el amor es hasta el final o para toda la vida. Desde esa óptica, la gente se amarga por la infidelidad, y eso que el 35 por ciento de los hombres y mujeres latinoamericanas son adúlteros. Si en una relación hay mucha infidelidad, algo malo está pasando.
11.- El amor no es eterno
Uno no puede jurar: “es que te voy a amar toda la vida”; lo que debe jurar es: “Te voy a tratar bien, y eso depende de mí”, como también depende de mí ser tierno o tener buena comunicación, o ser solidario, o ir reinventando o reconstruyendo el amor día a día.
Si en la pareja el uno maltrata al otro, o le expropia los bienes que deben compartir los dos, entonces, es necesario y urgente separarse. Si esa persona no te conviene, y deseas ser feliz, hay que dejarla.
12.- No hay que soportar al otro
Los abuelitos de antes eran terribles, y las abuelitas aseguraban que el matrimonio era una cruz que había que llevar a cuestas. Los jóvenes de hoy piensan que si soy infeliz no deseo seguir casado. Antes, las parejas soportaban y toleraban al otro, a pesar de la infidelidad o el alcoholismo.
En las parejas no se puede aguantar o resistir. En el amor es clave el respeto. Hay relaciones indignas, y a esas les recomiendo hacer el amor con la Declaración de los Derechos Humanos debajo de la almohada.
13.- No se puede vivir sin sexo
La buena cama no se agota en el sexo, sino en la carencia del erotismo, de la fantasía y de los juegos sexuales. Una relación de pareja sin sexo, es una relación de hermanitos; eso dejémoslo para los ermitaños.
14.- Hay que ser amigos
Si no hay amistad, es que no se está contento con la persona, que a la vez debe ser tu compinche. Creo que el ideal del verdadero amor es tener sexo con el mejor amigo. La pareja que es totalmente predecible, de esas que son tal para cual, entran en un aburrimiento crónico.
Lo lindo es hablar, y reír al tiempo. Si el dolor del otro no me duele, o su alegría no me entusiasma, es mejor acabar.
15.- Los salvavidas
Es importante buscar ayuda o el apoyo de la gente que de verdad lo quiere a uno, pero es más clave aun limpiarse interiormente. Los buenos amigos son los que te dicen “sal de ahí”, los que te motivan a volver a vivir cuando la relación se debe acabar.
16.- Terapias a mano
Yo prefiero que hablen con el curita del barrio que con la gente que no sabe escuchar. En las EPS hay ayudas sicológicas; en cada ciudad hay programas del Gobierno que atienden este mal. La lectura de libros de ayuda es una magnifica opción; en la Internet hay claves para salir del despecho. Todo vale.
(Revista Jet-Set)