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Zapatoca, un Municipio de Emociones Ecológicas

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Wilmer Lambraño Cañas - Periodista - Bogotá, Colombia

 

Autor: Wilmer Lambraño Cañas

El propósito de los integrantes de la Corporación Ambiental es visitar las áreas ecológicas, que a su vez se prestan como atractivos turísticos. Inspeccionan los lugares, no como unos visitantes de más, sino concientes de ser parte de un equipo de trabajo para revisar el estado en que se encuentran dichas áreas, y así brindar lugares agradables a los visitantes.

Impactante caída de agua de aproximadamente 50 metros de la cascada la Lajita en el municipio de Zapatoca, este sitio turístico queda a tan solo 30 minutos fuera del municipio.  Sin ligar a dudas es un lugar encantador para los amantes de la narturaleza. / FOTO, Wilmer LambrañoHacia las nueve de la mañana del jueves siete de septiembre, Reinaldo Díaz, miembro de la Corporación Ambiental; Margarita Figueroa, secretaria de la Corporación de Turismo y Fiestas en Zapatota; Hugo Fernando Campo, director de programación de la emisora Radio Láser, y Horacio Díaz, camarógrafo de la televisión comunitaria de esta localidad, se acercaron frente a la alcaldía municipal, bajo la llovizna y la neblina que cubrió el pueblo a esa hora de la mañana, esperaron la camioneta de la Alcaldía municipal  para ir visitar uno de los  sitios ecoturísticos del municipio: la cascada de la Lajita.

La camioneta comenzó a desplazarse en medio de una carretera que reposa bajo el sol, el polvo y la aridez, como muestra del abandono en que se encuentran las carreteras que conducen a veredas y sitios turísticos. Reinaldo Díaz o “don Rey” como sus familiares y amigos le llaman, mira desde la camioneta el paisaje adornado por unos techos plateados, los señala y comenta que son galpones de pollos, y que si es para la vía que lleva a la sierra de los Yariguíes, ya  no se puede mirar para el pueblo porque el reflejo de los techos no deja.

Después de 30 minutos la camioneta estacionó frente a lo que pareciera ser la entrada de una finca, al fondo, una hilera de piedras unas sobre otras, formando un muro grisáceo, que llevan a especular si tal vez fue hecho por los antepasados (indígenas).

Reinaldo Díaz, Margarita Figueroa secretaria de la Corporación Ambiental y estudiantes de comunicación social visitan la cueva la Alsacia. / FOTO. Wilmer LambrañoPor unos instantes se camina lentamente observando la espesa naturaleza, el acceso a la cascada con cada paso se hace un tanto difícil para Margarita Figueroa, la incertidumbre aumenta, Reinaldo se detiene un momento para intentar mirar la cascada, la expectativa motiva a seguir caminado por senderos un poco tapados de lo que todos conocen como maleza, mientras que para Reinaldo es “buenaza”.

A lo lejos se oye la caída del agua, es un tanto abismal la ubicación de la cascada, que aún no se puede ver, hay que caminar hasta la punta de un peñasco que deja percibir una parte, es el momento de hacer “rapel natural”, pues hay que descender por unas cuerdas que son los mismos bejucos que descuelgan de un árbol, seguir caminado unos 5 minutos más encontrarse con 50 metros de caída libre de agua que la hacen rugir, y verla blanca como el vestido de una novia. El paisaje es tan imperante que Reinaldo en esos momentos deja de ser don Rey, pues el entorno se roba las miradas, hace que la adrenalina aumente. Solo verla enmudece unos instantes.

!Uffff qué delicia!”, es lo que expresa y dice Margarita Figueroa al ver la cascada, mientras que Reinaldo cuenta que cada vez que visita  lugares semejantes recuerda las épocas de niño en que decía: “Al que llegue primero al pozo”. Por eso relata que en su época  bañarse en pozos era la “machera”, y que ése tipo de vivencias eran sus deportes extremos.

Para quienes son amantes de la naturaleza, en la cascada la Lajita se conjugan alegrías, satisfacciones, que después de unos minutos motivan a sumergirse en ella y despejar las duda de cómo será el sitio y si es hondo.

Es un lugar que desaparece bajo la espesura y humedad del bosque, en un paisaje siempre cambiante y maravilloso dónde las rocas de su alrededor se cubren de lama y se revisten, por ende, de verde. “Es uno de lo pocos sitios que aún se puede decir es virgen, aunque no deja uno de encontrar desechos por ahí”, comenta don Reinaldo Díaz.  

— “como usted pudo ver, este sitio es maravilloso, pero hace falta arreglar la carretera, arreglar el camino. ¿Sí ve que no hay casi por dónde caminar?, ¡hay que explotar turísticamente este sitio!, pero en esas condiciones, así como”, asevera Reinaldo, de regreso al pueblo. 

La cueva la Alsacia

Además de la cascada la Lajita, la cueva del Nitro, el pozo del Ahogado, sitios turísticos más representativos del municipio de Zapatoca, está  la cueva de la Alsacia, es todo un recurso turístico, ya que muy pocas personas conocen de ella.

Reinaldo Díaz, miembro de la Corporación Ambiental  del municipio de Zapatoca. / FOTO. Wilmer Lambraño El temor de Reinaldo Díaz y Margarita Figueroa es que a la cueva de la Alsacia le suceda lo mismo que a la cueva del Nitro, que está deteriorada por la falta de conciencia para preservar estos lugares, es así como los miembros de la Corporación Ambiental se han dirigido al alcalde del municipio, Ariel Díaz, para que mande a colocar una reja en la entrada de la cueva la Alsacia, y les dé unas llaves, para así tener más seguridad y control.

Visitar la cueva la Alsacia es toda una odisea, o tal vez un aprendizaje. Después de caminar más  de una hora, entre  carretera y monte, esta vez por una carretera en buenas condiciones, don rey para un momento,  señala unas rocas cubiertas de árboles, al fondo algo oscuro. Margarita Figueroa, cuatro estudiantes de Comunicación Social y una estudiante de guía turística, emprendieron la aventura, antes de entrar Reinaldo hace unas recomendaciones, como no asustarse si ve murciélagos.

Adentrarse a esta cueva es un tanto difícil, hay que descender por medio de rocas resbalosas cubiertas por una lama verde, al dar unos cuantos pasos ya la luz escasea, el  clima empieza a tornarse frió por la humedad que se manifiesta en las rocas lavadas por gotas de agua que caen del techo, el temor va aumentando con cada paso que se da, el aleteo de los murciélagos acrecienta el miedo y  las dudas de preguntarse, qué hay más adentro.

Esta cueva es otro de lo sitios que también se puede decir es virgen, poca gente la conoce, sin embargo vea cómo hay pedazos de nitro en el piso. Gente ignorante que se pone a tumbarlos”, relata Reinaldo mientras avanza, con cierto dolor que puede interpretarse en el tono de su voz.

En el recorrido de esta cueva las miradas se pierden, como se pierden las luces de las linternas al tratar de alumbrar lo que  hay más adelante, allí adentro el turista podrá encontrar  grandes salones con techos adornados de variadas formas naturales, entre las que se destacan las estalactitas y estalagmitas que se originan del techo para deleite de los visitantes.

La formación de las estalactitas son como agujas que descuelgan del techo, son débiles porque  son huecas por dentro para que pueda bajar el agua lentamente acompañado de carbonato de calcio, y la formación de las estalagmitas se hace por las gotas que caen al suelo,  y como pueden ver son las que pareciera que salieran del piso”, explica Reinaldo. 

El interior de este mundo sin luz ofrece una naturaleza que también tiene seres vivos, como murciélagos, arañas que habitan este lugar. “No le tengan miedo a los murciélagos, ellos son ratoncitos con alas”, dice Reinaldo, mientras cientos de murciélagos vuelan por doquier.

Es un mundo que al ser  descubierto usted elige si lo agrega a su inquieta memoria para satisfacción de ese espíritu aventurero que pocas veces se deja libre. Un espíritu que en medio de la travesía se arrincona en el pecho de la persona y el cruce de sensaciones de alegrías y temores  provocan llorar, no por miedo, sino por el sentirse tan indefenso, y perdido en la oscuridad absoluta, que por instantes se hace placentera. 

Nunca había entrado a una cueva. Espectacular saber que se está dentro de la tierra. Allí uno tiene que pasar por largos túneles, saltar y hasta arrastrarse para pasar de una parte a otra, y cuando una sale, aprende como a valorar más la vida y lo que se tiene”, expresa Laura Aguilera, estudiante de Comunicación Social, en su visita a la cueva.

Aventuras cargadas de experiencias para compartir, hacen que la Corporación del Medio Ambiente por medio de su reactivación, trabaje por la conservación de sitios turísticos, como también por el desarrollo de otros, como es el caso de la cueva la Alsacia, la cascada La Lajita, el mirador de la cuchilla San Pablo y el mirador del Pico de la Vieja, entre otros.

Este municipio se encuentra a tan sólo 60 kilómetros de Bucaramanga,  por vía destapada brindando una vegetación única por sus paisajes, con una  temperatura de 19 grados centígrados  que motivan al turista, al viajero, tomarse  dos o tres días de descanso.

  • Título del video: Inspección a la Cueva La Alsacia, Zapatoca, Colombia
  • Canción con derechos de autor: Gonna Fly Now (From: Rocky)
  • Reclamado por: [Merlin] Countdown Media

 

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