Autor: Alejandro Duarte Rueda
En un hecho sin precedentes en la historia de Barranquilla, el alcalde electo Alex Char está tramitando ante Bancoldex un préstamo superior a los 200 mil millones de pesos con el fin de acabar, sino del todo, sí una parte, del fenómeno que se ha entronizado en la cultura del comercio informal, el famoso ‘pagadiario’ que tantos estragos ha hecho a la economía de esta ciudad y de toda la región.
No olvidemos que el 96 por ciento de los vendedores ambulantes y estacionarios viven del ‘pagadiario’, no solamente trabajan para el sustento de sus familias sino también para tratar de cumplirle al ‘pagadiario’, cosa que en vez de ayudar lo que hace es hundir más y más al pequeño comerciante en la dependencia, ya que no ve la manera de sacar adelante su negocio a no ser con el ‘pagadiario’, que en vez de ser una solución es un problema preocupante, pues no solo afecta el estado anímico de la persona por los cobros amenazantes e intimidatorios, sino a toda la familia.
Hemos visto en los últimos tiempos cómo en la ciudad y la región, miles de ‘pagadiarios’ que prestan dinero al 20 y 30 por ciento mensual abusan y hasta han ocurrido casos lamentables de muertes como consecuencia de esa actividad mercantil que en nada favorece al sector de los vendedores y de los pequeños empresarios y menos a la economía local.
Es imposible pagar una tasa del 20 y 30 por ciento mensual sin recurrir a formas ilegales. Para poder pagarla, del otro lado la persona puede incluso terminar entrando a la ilegalidad, en la venta ilegal de cosas para poder cumplir con la deuda.
En el gobierno de Álvaro Uribe Vélez se habló mucho del famoso ‘gota a gota’ como una solución al problema pero no fue posible conocer a ciencia cierta cuál era la manera de prestarle dinero a los pequeños empresarios para que pudieran salir adelante en esta economía informal que agobia a la ciudad, la región y al país entero.
Es que la economía informal depende mucho de los recursos económicos que se tengan para trabajar, y no se puede pensar en una economía sin dinero para poder comercializar productos, sobre todo los perecederos que se venden en el centro de la ciudad y entonces a la gente le toca recurrir a ese tipo de préstamos.
Por eso en hora buena felicitamos la iniciativa de Alex Char que no sólo quiere corregir el problema de la invasión del espacio público, sino también ayudar a esos pequeños empresarios para que tengan unos locales dignos y dinero para capital de trabajo.
Una muestra de lo que es y ha sido la organización del comercio en la ciudad lo vemos en los centros comerciales, cuando los antioqueños llegaron y los organizaron. Muchos vendedores estacionarios llegaron a estos lugares porque hubo alguien que los organizó y no solo a facilitarles los locales sino también recursos para que pudieran crecer.
Hoy vemos esos centros comerciales con modernos locales cuyos propietarios antes eran vendedores estacionarios y ahora gozan de buenos negocios, buenos establecimientos surtidos con recursos prestados por esas entidades que manejan los centros comerciales, con tasas que no pasan del 2 o 3 por ciento mensual, que realmente ellos pueden pagar.
Luego entonces, la iniciativa del nuevo alcalde es plausible, es necesaria y justa para poder erradicar la invasión del espacio público sin cometer atropellos a los comerciantes que lo que buscan es el sustento diario para sus familias, pero que se ven afectados porque lo poco que generan, las pocas utilidades que obtienen, van a parar a manos de los famosos ‘pagadiarios’ o ‘gota a gota’.
Esa iniciativa que no ha tenido la trascendencia que debe tener, nosotros sí la vamos a divulgar para que la gente la conozca. No se trata de trasladar a los vendedores desde el espacio público hasta los centros comerciales para encerrarlos donde no puedan sobrevivir, sino prestarles el recurso suficiente para que puedan salir adelante.
Esa alianza que está gestionando el alcalde electo con el presidente de Bancoldex es muy plausible, es lo que realmente necesita Barranquilla para que haya dinamismo no solo en el sector comercial formal y el empresariado sino también en el informal del cual dependen miles de familias que no ven su trabajo tan remunerativo porque la mayoría de lo que invierten y ganan se los llevan los ‘pagadiarios’.
Esa iniciativa debe tener más preponderancia que cualquier otra en la ciudad, porque el alcalde está pensado en los tres aspectos fundamentales a resolver en la ciudad: la movilidad, la seguridad y el espacio público que es uno de los puntos negros de la administración actual.
Esa búsqueda de recursos para capital de trabajo de los pequeños comerciantes es lo que necesita el sector para poder salir adelante. Si queremos tener unas calles limpias, que las personas lleven dignamente el sustento a sus casas, hay necesidad de que tengan recursos para trabajar.
Pero también hay que crear con ellas una conciencia, una cultura de pago, porque muchas veces vemos cómo es mejor pagarle a un pagadiario todos los días que ahorrar y llevar esa platica al banco que presta uno o dos millones para trabajar. Es necesario tener cultura de pago, hay que hacer pedagogía a mediano y largo plazo para que el objetivo del alcalde se cumpla al ciento por ciento.
Creemos que esta sí es una salida al conflicto de los vendedores ambulantes y estacionarios con el propósito de que cumplan una función social como se viene hablando.
Es cierto que el centro de la ciudad está invadido de vendedores ambulantes, pero esta gente lo que hace es luchar permanentemente para buscar su sustento diario, pero también uno ve a los ‘pagadiarios’ cobrando con su tarjeta día a día y si no hay venta, entonces se llevan la mercancía. Es decir, no es lo más indicado para el sector.
Por eso reitero que esa iniciativa va a ser una ayuda extraordinaria para el sector y la ciudad. Esas son las medidas que debemos aplaudir, que deben ser socializadas a través de los medios de comunicación para que el común de la gente y más de 30 mil personas que viven del rebusque y dependen del ‘pagadiario’, se enteren y accedan a ellas.
Hay que apoyar a la nueva administración para que la ciudad tenga un nuevo dinamismo. Se necesitan medidas de choque como esa para que la ciudad tenga una dinámica constante en la que todos los sectores estén comprometidos en sacar adelante.
¡Unidos somos más!