Autora: Carmen Rosa Pinilla Díaz
Los cónclaves del Siglo XX
Los cónclaves son los certámenes más impredecibles y misteriosos que existen en el mundo, en donde cualquier cosa pueda suceder. Nadie, aparte de sus participantes, ha podido saber cómo se “cocina” un Papa de la Iglesia Católica.
Parece cumplirse siempre el viejo proverbio romano: “Quien entra Papa al Cónclave, sale cardenal”. Por eso, todo lo que se especule en los días previos a esa Asamblea, no lo puede confirmar ni el Espíritu Santo, quién es quien ilumina a los cardenales.
Si bien los participantes en estos eventos juran confidencialidad, bajo pena de excomunión, las filtraciones han permitido divulgar parte de esas votaciones secretas, poniendo en entredicho el destino religioso de algunos cardenales; esto permite hacer un recuento de los cónclaves del siglo XX.
Veto y renuncia
El primer Papa del siglo XX fue “palo”, elegido como consecuencia de un veto que el emperador Francisco José de Austria le impuso al cardenal Mariano Rampolla del Tíndaro, quien se había desempeñado como secretario de Estado de León XIII, acabado de fallecer a los 93 años.
Este era un anciano flacuchento que tuvo paralizado su mano izquierda 25 años antes de su muerte. Desde comienzos de julio de 1903, el mundo esperaba su deceso, pero sorpresivamente el 20 de ese mes amaneció bastante recuperado, tanto que pidió pluma y papel y empezó a escribir versos de amor en honor a San Anselmo.
Pero a las cuatro de la tarde de ese día sufrió un ataque al corazón que lo llevó a la tumba…. El Cónclave, para elegir su reemplazo se cumplió entre el primero y el cuatro de agosto, dándose por sentado que escogerían a Rampolla del Tíndaro.
Efectivamente, en la primera votación obtuvo una clara mayoría, pero no alcanzó las dos terceras partes. El Patriarca de Venecia de entonces, Giuseppe Sarto, obtuvo sólo cinco votos.
En el segundo escrutinio, Rampolla subió a 29 y Sarto a 21 y fue entonces cuando estalló la bomba: el cardenal de Cracovia, se levantó y dijo: “En nombre de su Majestad Imperial y Real, el Emperador de Austria y Rey Apostólico de Hungría”, pronunciaba el exclusive (exclusión de candidato, veto) contra el cardenal Rampolla.
Hubo rechazo general, pero al final resultó elegido Sarto, de 68 años, y quien adoptó el nombre de Pío X. Era la antítesis de su antecesor, hijo de un cartero y una costurera de Venecia, hombre de campo y oración….
Falleció Pío X en 1914 y el 3 de septiembre de ese año el Cónclave eligió a Giacomo Della Chiesa, quien adoptó el nombre de Benedicto XV. Aristócrata genovés, se conocía como piccoleto (pequeñito); virtuoso, discreto, perspicaz y dinámico, protegido de Rampolla del Tíndaro….
El 22 de enero de 1922, falleció Benedicto XV y el 6 de febrero le sucedió Achille Ratti, a la edad de 74 años, con el nombre de Pío XI; inicialmente el Cónclave eligió al cardenal Camilo Lurenti, pero al rechazar la designación, escogieron a Ratti.
El Papa de la guerra
El 11 de febrero de 1939 se proclamó una reunión de obispos con motivo de los diecisiete años de la coronación del Papa Pío XI, pero, falleció el día anterior, el 10 de febrero víctima del corazón.
A Eugenio Pacelli, quien era cardenal camarlengo cuatro años atrás, le tocó organizar los preparativos para el funeral y el entierro, así como el próximo Cónclave que se realizó entre el primero y dos de marzo y al ser elegido por tercera vez, renunció.
- “Pido que se celebre otra votación”, exclamó desde su sitial, “pido que cada eminencia examine su corazón y vote por alguien que no sea yo”.
Se retiró del recinto y al regresar nuevamente para la próxima votación, se cayó en la escalera y el cardenal Vedier, de París, exclamó:
“¡El Vicario de Cristo en el suelo!”.
Pacelli fue auxiliado de inmediato por su eterna secretaria privada, la alemana Sor Pascualina, quien había sido la única mujer que ha asistido a un cónclave. Las palabras del Cardenal Vedier fueron premonitorias, porque en la votación siguiente fue elegido por unanimidad, tomando el nombre de Pío XII.
Este ha sido el Cónclave más corto de los últimos trescientos años. …. A Pío XII le tocó la papa caliente de la guerra y por eso le critican su mutismo frente al holocausto nazi.
Era hipocondríaco y por recomendación de Sor Pascualina tuvo mucho tiempo como médico personal un oculista –Ricardo Galeazzi-, casado con una de las hijas de Mussolini.
Por consejo de ese “profesional” consultó una vez a un oscuro dentista romano un problema de su dentadura y le recetó ácido crómico, que era utilizado para teñir cuero.
Llegó a consumir cantidades tan grandes de esa sustancia, que le causaron graves complicaciones que degeneraron en un hipo, que fue la causa principal de su muerte.
Al empeorar su estado de salud y ante las noticias sobre su muerte inminente, el periódico El Espectador envió a Roma a su cronista especial, Gabriel García Márquez, para que cubriera el fallecimiento del Pontífice.
El futuro Nobel quedó esperando su muerte y nunca pudo escribir sobre este acontecimiento, porque la dictadura de Rojas Pinilla cerró el periódico……
Pío XII falleció el 9 de octubre de 1958; en su reemplazo se eligió a Ángelo Giuseppe Roncalli, quien tomó el nombre de Juan XXIII. Tres meses después de su elección, el 25 de enero de 1959, convocó el Concilio Vaticano II.
Falleció el 3 de junio de 1963 y el 21 del mismo mes le sucedió Pablo VI (Giovanni Batista Montini), luego de cinco reñidas votaciones en donde compitió con el cardenal Giuseppe Siri, de Génova, papable de cónclaves anteriores.
El 6 de agosto de 1978 falleció Pablo VI y en su reemplazo se eligió a Albino Luciani (Juan Pablo I), veinte días después. Murió el 29 de septiembre de ese mismo año, fallecimiento que está en estudio porque se cree que fue asesinado (envenenado).
El Cónclave que eligió a Juan Pablo II comenzó el 15 de octubre.
En la primera votación, Giuseppe Siti y Giovanni Benelli obtuvieron cada uno treinta votos, pero fueron perdiendo adeptos y sólo en el segundo día del Cónclave, Wojtyla logró 99 de los 108 votos.
Así se convirtió Juan Pablo II en el primer Papa no italiano elegido después del holandés Adriano VI, quien gobernó de 1522 a 1523, y nacido en un país satélite de la Unión Soviética. Los cónclaves que eligieron a estos dos últimos Papas, como el que elegirá al nuevo, han sido los más numerosos.
Los electores de Juan XXIII sólo fueron 52; los de Pablo VI, 80 y en cambio a Juan Pablo I y Juan Pablo II, los eligieron 108. Un número mayor, con medios de comunicación y transporte, permitió un contacto más cercano con el más allá…., y eso significa mucho.