Quantcast
Channel: CORREveDILE.com
Viewing all articles
Browse latest Browse all 2356

La vida es un largo camino que vamos empedrando con ilusiones y frustraciones, satisfacciones y decepciones: Álvarez Gardeazábal

$
0
0

John Saldarriaga - Periodista - Medellín, Colombia

 

Autor: John Saldarriaga

Gustavo Álvarez Gardeazábal celebró su 70° cumpleaños este 31 de octubre de 2015, Día de las Brujas. Y para celebrarlos, hizo una fiesta con 70 amigos, que servirán de testigos de la firma del escritor con Editorial Planeta, para la publicación de su próxima novela, El Resucitado.

“A mí me pasan las cosas más raras. A los 60, estaba en vías de un amable retiro, cuando Hernán Peláez me llamó a hacer parte de La Luciérnaga y me embarqué en 10 años de radio exitosos. Y ahora, a los 70, me llama Marcel Ventura, de Planeta, y me pregunta por mis obras y le mostré una novela que he escrito durante varios años”.

EL RESUCITADO cuenta la leyenda de un capo de la mafia del Norte del Valle, del que se dice que no murió de causas naturales en la cárcel sino que lo envenenaron con mandrágora y pudo resucitar. Era un estudioso de las escrituras y creía que Cristo no murió como se sabe sino que lo mataron con mandrágora para simular su resurrección.

“Por supuesto que en mi novela hay historia y hay ficción. Y habrá un nuevo enfrentamiento con la Iglesia por mencionar tal teoría sobre la muerte de Cristo.

Sobre llegar a los 70, dice:

«“El mérito está en buscar la felicidad sin hacer daño a los demás. Cumplir 70, en mi caso, es especial. He tenido bastantes contratiempos de salud, desde niño, que afortunadamente pude superarlos. Por mi vida pública, muchos riesgos de seguridad... De modo que era más fácil que me hubiera quedado en un quirófano o en un andén con cuatro tiros”.»

¿Celebra usted su cumpleaños? ¿Cómo, dónde, con quiénes lo hace?

“Siempre. Los 70 los voy a celebrar en El Porce, con 70 amigos, alrededor de la firma con Editorial Planeta. La fiesta es en tres salones donde la gente estará agrupada por edad, dignidad y gobierno.

Primera vez que no invito a ningún funcionario, ni ministros, entre los que tengo varios amigos, pero no quiero hacerles pasar un mal rato con el Presidente Santos. Son 70 amigos de los que me han ayudado a sobrevivir momentos duros y alegres.

Presidentes de empresa, compañeros de la vida, médicos —creo que ellos van a llenar un salón entero, son distintos especialistas—. ¿Escritores? No, con ellos no llevo una amistad tan fraterna.

A cada uno le voy a regalar un libro, Marcianita Barona, en una edición de lujo que mandé hacer. Marcianita es un personaje de El bazar de los idiotas y me sirvió de seudónimo para los artículos que escribí desde la cárcel. Escogí los mejores, los más literarios, y los agrupé en este libro”.

Las brujas tienen su día en el de su cumpleaños. Hay brujas en Macbeth, en la Colombia de hoy y que atacan a las personas para hacerles daño. ¿Cree en ellas?

“No creo en brujas. Sin embargo, como me han hecho daño con ataques sobrenaturales, he tenido que aceptar un asunto que no creo ni practico”

Caricatura de Gustavo Álvarez GardeazábalDicen que usted es de amores y odios. Sabemos de su franqueza, pero díganos, ¿de verdad odia? ¿A quién?

“Si fuera de odios, no hubiera llegado a los 70. Además el odio envenena y enferma a quien lo siente”.

¿De sus libros, cuáles ha disfrutado más escribiendo o por el suceso que crean?

“Hay un problema: los que dicen cuál es el mejor libro de un autor no son los críticos ni tampoco los mismos escritores. Es el paso del tiempo. Hace 45 años apareció la primera edición de Cóndores no entierran todos los días. Y se sigue leyendo y estudiando... Cóndores es un éxito.

Sin embargo, lo que gocé escribiendo La misa ha terminado, tal vez por la edad que tenía cuando la escribí, no tiene igual. Mi mamá me decía: «usted es tan maloso que disfruta haciéndose daño usted mismo».

Y el escándalo que ha reverberado lo he disfrutado mucho. Y ahí va, aparecerá la traducción al alemán en marzo y varias ediciones el año próximo”.

¿Está escribiendo? ¿Qué?

“Estoy escribiendo El violín. Pero de esa no le hablo. Cuando usted me preguntó una vez qué está escribiendo, le dije: «La misa ha terminado, aunque no sé si se publique». Y le hablé de ella porque ya la tenía.

De El Resucitado acabo de hablarle también, porque ya la tengo. Pero de El violín no le digo nada, porque la estoy escribiendo. Hice una primera versión. Estoy haciendo una segunda...”.

A qué horas escribe, si usted recibe a medio mundo en su casa y en su finca

“Escribo a cualquier hora que tenga tiempo. En la madrugada, en la noche. Eso sí, no escribo borracho. Eso lo hacía Faulkner, pero yo no”.

¿Solo recibe a amigos?

“Recibo al que pueda ayudar. Y sí, por eso ahora tengo menos tiempo que antes para escribir. Tenía la disculpa de que tenía La Luciérnaga, y no recibía a nadie más que al almuerzo.

Pero ya, que no la tengo, me veo con gente desde el desayuno. Ahora mismo estoy en Pereira hablando con algunas personas. Cada hora, con una distinta. Por estos días, hace unos tres o cuatro meses, fue una avalancha de personas.

Unas preocupadas por sus negocios, otras por el futuro del país. Otras, que sentían llegar la soga al cuello... Y había que ayudarles. Tengo una información amplia y una capacidad extraña para intuir o advertir lo que va a pasar, y así les ayudo”.

¿Y también es bueno para aconsejarse a sí mismo?

“Me miro en el espejo y si me veo muchos morados, trato de aplicarme algunas cremitas.”

Su participación en radio fue exitosa. ¿Siente vacío por no estar en ese medio?

“No añoro la Luciérnaga. Esa fue como esas historias de amor, que después hay que cortar”.

¿Siente dolor por lo que dijeron de usted cuando lo sacaron?. Que inventaba cosas...

“El tiempo es el mejor juez”.

¿Piensa regresar a la radio?... ¿O tal vez llegar a la televisión?

“Mantengo tres minutos con Artunduaga, en Todelar, todas las mañanas, a las seis y quince. Es el único nexo que tengo con la radio ahora. El pasado domingo estuve en La Cariñosa, de RCN, analizando las elecciones de la región y de las principales ciudades del país. Fue un exitazo”.

¿Volvería a la política?

“Afortunadamente, la Constitución de este país no ha cambiado en el sentido de que alguien que haya sido condenado no puede ejercer cargo público”.

¿Por qué afortunadamente?

“Porque ahí sí me hubieran matado”.

Qué siente ahora que cumple 70. Pero no me diga desde lo superficial. Dígame desde adentro de su ser: qué siente.

“Cuando uno llega a los 70, siente muy cercana la muerte. Ha recorrido al menos cuatro quintas partes de su existencia. Pero la muerte es real y hay que acostumbrarse a ella como se acostumbró a vivir. Por eso, lo que pienso es en gozar la vida, tratar de ser feliz”.

Para qué le ha servido tener una tumba en el cementerio de Circasia.

“Sirve para expresar una vez más mi librepensamiento y que me respeten. Es una fosa vertical en el jardín exterior del cementerio. No tengo prueba de otra vida y creo que uno cae en un agujero negro como los de Hawking.

No creo en reencarnación. Cada vez creo menos en nada. La vida es un largo camino que vamos empedrando con ilusiones y frustraciones, satisfacciones y decepciones”.

 

Tags: 


Viewing all articles
Browse latest Browse all 2356

Trending Articles