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El Hombre con las suelas rotas: Enrique Low Murtra

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José Joaquín Rincón Chaves - Periodista, Abogado y actor de radio - Bogotá, Colombia

 

Autor: José Joaquín Rincón Cháves

Una semblanza de Enrique Low Murtra

La voz era casi inaudible desde la cama del centro hospitalario al que había sido conducido. Sus pequeños ojos azules trataban de enfocarse en los rostros de las personas que habían invadido la habitación y entre los presentes, asomaba una gran preocupación por la celeridad con que habían ocurrido los acontecimientos.

Pocas horas antes, ante la concurrida Asamblea de Directores Regionales del SENA, que se reunía en Cali, se le había visto desfallecer cuando hacía su intervención principal. Al orador, un cúmulo de imágenes se le congestionó en la memoria, de la misma forma como cuando algunos eruditos y estudiosos de la vida, hablan de los instantes previos a la muerte.

Enrique Low Murtra fue un economista y abogado colombiano, quien se desempeñó como Ministro de Justicia entre septiembre de 1987 y julio de 1988, durante el mandato ejercido por el presidente liberal Virgilio Barco Vargas.No era la primera vez que esa sensación, le invadía. Días después de su nacimiento, una enfermedad desconocida le había afectado casi hasta producirle el deceso. Cuando apenas cumplía los tres años, por poco perece en un accidente de tránsito que le mantuvo en coma durante varios días y del cual salió con algunas dificultades y para complemento, a los diez años de edad, padeció una enfermedad reumática que le dejó algunas secuelas en sus movimientos motrices.

A pesar de todos esos accidentes, se convirtió en una de las mentes más brillantes del país y dotado de una tranquilidad y de una paz interior, que muy pocos podrían lucir. Sin embargo, se mantenía siempre humilde y digno. Fiel a sus tres testimonios de vida: honestidad, ética y moral.

Con esas experiencias, regresó de su nueva aventura rodeado por las caras ansiosas de quienes habíamos logrado ingresar a la habitación en donde reposaba. La angustia de todos, se diluyó, cuando con su sonrisa blanca dijo algo así como cuando el General MacArthur se dirigió a sus tropas: “Me fui pero volví”.

Enrique Low Murtra y su esposa Yoshiko en una visita a LondresUna risita nerviosa y colectiva, se escuchó de parte del auditorio. El paciente, al instante, se dio cuenta que para convencer a sus subalternos, tendría que dar muestras más efectivas de su recuperación.

Y empezó el cuento diciendo:

“Saben cómo enamoré a mi esposa en la Universidad? Ella, que era de origen japonés, pues se llama Yoshiko Nakayama, sabía muy poco de español y a mí me gustaba hablarle, en el comienzo del romance, con las canciones de Los Panchos: No se las cantaba, más bien se las recitaba y ella llegó a creer, que eran de mi invención y que eran muy bonitas.

Se imaginan diciéndole las letras de Sin Ti, Rayito de Luna, Sin un Amor, Bésame Mucho. Todo estuvo bien, hasta que un día en Colombia, ya casados, escuchó en una radio de Bogotá, los benditos boleros”.

La risotada fue más espontánea. Y de una vez nos enteró a su manera, que saldría muy bien librado de la novedad que había tenido en la reunión de directores. Así era él. Sabía cómo diluir las preocupaciones de los demás, tomando las cosas difíciles con la elegancia de un lord inglés.

Una vez en Barranquilla, cuando el Director Regional pasaba por momentos difíciles, se le ocurrió visitar la sede del SENA y coincidió en el avión con el poeta Manuel Escobar Camargo, en ese entonces presidente de uno de los sindicatos más beligerantes de la institución.

Le hizo sentar a su lado en el aeroplano, se enteró de las desavenencias con el Gerente y de sus inclinaciones por el mundo de las rimas y de las ensoñaciones. Las fricciones cesaron notablemente y a las pocas semanas, la lírica de Maneca, apareció en un poemario editado por la Dirección General y en cada reunión que teníamos con Manuel, siempre traía a colación, el viaje con el Dr. Enrique y hasta el sport que se dio cuando le llevó hasta su casa por el barrio El Silencio y ese gran orgullo de ver sus creaciones reconocidas a nivel nacional.

Y es que Low Murtra era así. Sencillo, franco y honesto. Todo lo volvía fácil. Hasta cuando tuvo que arrastrar a un compañero del Consejo de Estado tres pisos, para rescatarlo de las llamas y las balas durante la toma del Palacio de Justicia y él lo relataba como si se tratara de haber tirado de un carrito de juguete en medio de los juegos inocentes de un infante. Era conmovedor escucharle.

Y me indigné cuando un fotógrafo gracioso, le tomó una gráfica en pleno Consejo de Ministros, con la pierna cruzada y dejando ver las suelas gastadas y rotas de su zapato izquierdo. Y me hizo recordar la rima del TuertoLópez esa que dice:

“Más hoy plena de rancio desaliño, bien puedes inspirar ese cariño que uno le tiene a sus zapatos viejos.”...

"Me puede temblar la voz, pero no la moral". : Enrique Low Murtra

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NOTICIAS DE LA UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA

Homenaje a Enrique Low Murtra

Yoshiko Nakayama, Viuda de Enrique Low MurthaEn un acto que evocó la vida de uno de los personajes más influyentes de los años setenta y ochenta en Colombia, la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia rindió un homenaje al doctor Enrique Low Murtra, quien fue su Decano por más de una década y quien aún sigue inspirando a las nuevas generaciones.

  • Su recorrido político y profesional incluyó cargos tan importantes como:
  • Ministro de Justicia,
  • Jefe del Departamento Nacional de Planeación,
  • Secretario Económico de la Presidencia de la República,
  • Economista del Banco Mundial,
  • Vicepresidente de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) y
  • Embajador de Colombia en Suiza, entre otros.

 

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