Autor: Gustavo Álvarez Gardeazábal
La inatajable crisis económica de Venezuela nos va a coger con los calzones abajo. Por esa necedad del gobierno santafereño de no entender a la provincia y menos a los que viven en las fronteras, lo de Venezuela se nos vino encima y no hemos tomado medidas.
Nadie en el gobierno de Santos está trabajando en prever lo que pasará cuando el contrabando de Venezuela deje de entrar y ya ni la gasolina de los pimpineros vuelva. Menos en tener listos los alojamientos cuando las oleadas de millones de colombianos que viven en Venezuela buscando comida acudan desesperados en un éxodo bíblico.
Desde La Guajira hasta el Vichada pasarán los hambrientos colombianos que han trabajado allá por años y con ellos quien sabe cuántos miles más de venezolanos desesperados de no encontrar nada en los supermercados.
La angustia y la necesidad calentarán toda esa frontera. Los actos vandálicos sobre Cúcuta o Maicao terminarán siendo comunes. La falta de comida y de techo puede ocasionar los mismos dolorosos efectos que no se previeron cuando el terremoto de Armenia y que terminaron generando el caos.
Si el gobierno santafereño entendiera la magnitud de lo que se viene encima, hasta podría existir ya una oficina encargada de manejar y prever la situación.
Pero no. Nos va a pasar lo mismo que con la peste de la chinkunguña. Como el problema es allá, en la frontera, y las oleadas no llegarán a Bogotá, van a dejar a esa gente como dejaron a los calentanos sin toldillos sin repelentes y sin fumigantes para evitar la peste.
En Cúcuta y en Arauca y en Riohacha verán qué hacen con esa gente y con ese problema!!.