Autor: Desconocido
Stephan Rudykh, del Departamento de Ingeniería Aeroespacial del Technion, está desarrollando sustancias inteligentes que pueden cambiar su forma, color y diferentes propiedades en respuesta a situaciones ambientales.
Se trata de materiales plásticos en forma de rectángulos están hechos por trozos de polímeros transparentes o semitransparentes, creados por una impresora 3-D en base de modelos teóricos elaborados por Rudykh.
Cada pieza de estos materiales representa años de investigación e ingeniería tecnológica, que en última instancia va a cambiar la forma en que percibimos a los materiales inanimados, todos poseen diferentes propiedades mecánicas y eléctricas.
El material queda indiferente si se presiona en uno de sus lados, pero ejerciendo la misma fuerza en otro de sus puntos hace que se doble y se eleve. Esta propiedad es sin lugar a dudas es la propiedad principal de los llamados materiales "anisotrópicos". Esto es simplemente un pequeño ejemplo del mundo material futuro que Rudykh tiene planeado. Sus investigaciones involucran el desarrollo de materiales multifuncionales que se utilizarán para desarrollar músculos artificiales, sensores y robots flexibles que pueden alterar su forma.
Uno de los proyectos en los que trabaja actualmente comprende el desarrollo de los llamados materiales que aislarán ruidos en forma selectiva.
“Imaginen que están en una oficina, donde las paredes están cubiertas por una capa de este material. Si de pronto quieren tener una conversación privada, se pulsa un botón que hace que las paredes se vuelvan impermeables a las ondas sonoras…”, explica Stephan Rudykh.
En el futuro se podrán utilizar materiales menos indiferentes y muchísimos más inteligentes, más sensibles y activos. Serán capaces de cambiar su forma, su color y otras propiedades adicionales en respuesta a una situación ambiental determinada, o a campos eléctricos o a impulsos.
Se puede pensar en robots que están hechos de una unidad de material suave y son capaces de cambiar su forma, y así poder entrar en lugares muy pequeños como ser convertirse en un pulso y rescatar a alguien o para algún otro propósito. Se puede controlar los reflejos de la luz y el color del material, o podemos crear el muro de sonido. También podría entrar en el terreno de la biomedicina, puede ser la creación de músculos artificiales que reaccionen con impulsos eléctricos del cerebro.
La investigación y desarrollo de estos materiales es donde la química, la biología y la física convergen. "Una de las cosas que estamos explorando es cómo diferentes olas avanzan en movimiento a través del material - ondas sonoras u ondas electromagnéticas.
Como un ejemplo al azar, dado que podemos aprender acerca de la composición del tejido biológico examinando el comportamiento de las ondas sonoras dentro de ella, vamos a ser capaces de llevar a cabo una exploración no invasiva, que será mucho más precisa y detallada de las tecnologías de ultrasonido existentes” explica el científico.
Más allá del hecho de que va a ser más ligero, más barato, más fuerte y más durable, estamos hablando de materiales con capacidad de adaptación y la compatibilidad personal con las personas y su entorno".