Autora: Homera Homer-Dixon (Evangelista Canadiense)
"Cierta persona estaba sorprendida por la variedad de aflicciones de las cuales ella parecia ser el blanco. Al pasar por una viña una magnífica tarde otoñal, notó que ésta parecía estar sin podar y que las ramas estaba llenas de hojas, el terreno estaba enmarañado con hierba y maleza, y todo aquel lugar parecia completamente descuidado.
Estaba reflexionando sobre esto cuando el divino Jardinero susurró un mensaje tan instructivo que ella sintió el deseo de transmitirlo a los demás:
— "Hija mia, ¿estás pensando acerca de las tribulaciones de tu vida? Contempla aquella viña y aprende de ella. El jardinero cesa de arreglarla, podarla, pasar el rastrillo o arrancar el fruto, solamente cuando no espera nada más de la viña durante aquella estación. Se la abandona porque ya ha pasado la época del fruto y todos los esfuerzos que en ella se invirtieran serían ahora infructuosos.
El deseo de liberarse del sufrimiento es una verdadera inutilidad. ¿Quieres entonces que cese de podar tu vida? ¿Deseas que te deje sola? Y el corazón fortalecido gritó: "¡No!"
Todos en algun momento de nuestras vidas soportamos el peso del dolor, tambien las injusticias, "lo inmerecido", pero no pesemos la vida por lo que otros hicieron... ¿Cómo fuimos y cómo somos? ¿Cómo actuamos? ¿Qué damos? ¿Qué ofrecemos a los demás?
Esa debe ser nuestra preocupación: Ser mejores cada día y a medida que avanzamos debemos aprender a dejar atrás tanto sea en el recuerdo como en el camino aquellas cosas, personas o situaciones que tanto nos dañaron y pedir porque la luz los envuelva y apostar a la vida, porque la vida vale por todo aquello que aprendimos a cargar en la mochila, lo bueno y lo malo pero que al sacarlo nuevamente lo hacemos mucho más bueno y transformamos lo malo gracias a nuestra experiencia.
Vale la pena... Abrir el corazón, el alma y los brazos a la vida aun con sus lágrimas porque serán la antesala de nuestras futuras sonrisas...
No desperdiciemos nuestra vida... El tiempo pasa demasiado rápido... No te quedes parado en la estación, sube al tren de la vida... Cuando asome la última estación comprenderás que vale la pena este viaje ...