Autora: Diana González
Hace poco más de seis años, el investigador y sociólogo Orlando Fals Borda -compañero en la lucha intelectual de Camilo Torres- abandonó para siempre, a sus 83 años, ese mundo por el cual batalló durante la mayor parte de su existencia.
Sin embargo, su obra y pensamiento, inscritos en la historia de la sociología nacional, no se extinguieron con él, sino que continúan vigentes en la mente de quienes lo recuerdan y exaltan su compromiso con las causas sociales.
Hoy, este intelectual, considerado el padre de la sociología en Colombia, recibe un homenaje en el Edificio de Sociología de la Universidad Nacional (U.N.) en un intento por rememorar su legado. Se trata de la exposición temporal “Orlando Fals Borda, ciencia y compromiso”, que, en el marco de la semana universitaria, fue instalada por el Grupo Saber y Vida, la Facultad de Ciencias Humanas y la Dirección de Museos y Patrimonio Cultural de la U.N.
La exhibición, que evoca la imagen de un pensador preocupado por las necesidades sociales y comprometido con la búsqueda de un cambio en dicho campo, permite hacer un recorrido breve por el mundo de Fals Borda, por ese en el que sobresalió en distintos ámbitos tras ejercer diversos roles, gracias a su compromiso con importantes acciones en beneficio de los sectores populares.
Luego de regresar a Colombia -proveniente de Gainesville, Florida, Estados Unidos, en donde obtuvo un Ph.D. en Sociología-, Fals Borda se dio cuenta que en su país era ineludible el estudio y aplicación de las ciencias sociales, especialmente de la sociología, por lo cual decidió fundar, junto con Camilo Torres Restrepo y María Cristina Salazar, la primera Facultad de Sociología en América Latina en la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá, de la que se convirtió en su primer decano por espacio de siete años.
Fue, así mismo, el fundador y representante más destacado del método “Investigación Acción Participativa (IAP)”, que busca conocer las necesidades de la comunidad y aunar esfuerzos para transformar su realidad y, por ende, satisfacerlas.
No obstante, estos no serían los únicos aportes a la academia y al campo de las ciencias sociales, pues sus ideas calaron en un tiempo en que los movimientos campesinos, sindicales, estudiantiles, de vinculación de varios intelectuales a la revolución, y el surgimiento de las guerrillas colombianas comenzaban a prosperar.
Por esta razón, algunos investigadores que han estudiado su obra coinciden en que su mayor aporte consistió en concebir la sociología como una disciplina que no podía quedarse en el plano del conocimiento y la observación.
En muchas de sus obras escritas analizó los movimientos populares y la capacidad del Estado colombiano para asimilar los conflictos y las demandas de cambio, como por ejemplo en “Por la praxis: el problema de cómo investigar la realidad para transformarla”.
Sus obras y libros son referencias obligadas en el estudio de las ciencias sociales de la nación, empezando por el clásico La violencia en Colombia, 1972, varias veces reeditado. Aunque también sobresalen, entre muchos otros títulos, La Tierra y el Hombre en Boyacá, 1962, y La insurgencia de las provincias/Hacia un nuevo ordenamiento territorial para Colombia, 1988.
Además de su labor como investigador, Fals Borda desempeñó diferentes cargos públicos y privados, entre los que se cuentan, director general del Ministerio de Agricultura, director de Investigaciones en el Instituto de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social, director de la Fundación de Investigación y Acción Social en Bogotá, miembro de la Academia Boyacense de Historia, miembro de la Fundación para el Análisis de la Realidad Colombiana (Fundarco), miembro de la Asamblea Constituyente de 1991 –posición desde la que lideró el tema del ordenamiento territorial-, y miembro del grupo fundador de la revista “Alternativa”, en donde incursionó como periodista al lado de personalidades como Gabriel García Márquez y Enrique Santos Calderón.
En sus últimos años fue dirigente del Frente Social y Político, y promotor de la articulación de diversas fuerzas de la izquierda colombiana que confluyeron en la conformación del Polo Democrático Alternativo, partido del cual fue presidente honorario hasta su muerte.
Como reconocimiento a su carrera y a los resultados de la IAP, Fals Borda recibió dos distinciones mundiales en el ámbito de la Sociología: el Premio Malinowski, concedido por la Sociedad de Antropología de Norteamérica, y el Premio Diskin, otorgado por la Latinoamerican Studies Asociation.
Hoy, sigue vigente el recuerdo de un Orlando Fals Borda interesado en comprender el país y en aplicar la teoría y la práctica a su búsqueda incesante por la transformación de la realidad en la que la violencia y la distribución de la tierra, entre otros complejos problemas colombianos, fueron los principales ejes en su quehacer investigativo y académico.