El 22 de mayo de 1859 nació en Edimburgo Arthur Conan Doyle, quien murió en Crowborough el de julio de 1930; fue reconocido como médico y novelista, aunque lo que lo lanzó a la fama fue su serie de novelas policiacas, entre las cuales dio vida al inolvidable maestro de detectives SherlockHolmes.
Conan Doyle estudió en las universidades de Stonyhurst y de Edimburgo. De 1882 a 1890 ejerció la medicina en Southsea, en Inglaterra.
Los estudiosos de este autor destacan el hecho de que el primero de los 68 relatos de autoría de Doyle en los que aparece el enigmático personal Sherlock se publicó en el año de 1887.
En cuanto a la forma como el escritor configuró este personaje, se dice que se basó en un profesor que conoció en la universidad, el cual se destacaba por su ingeniosa habilidad para el razonamiento deductivo; aunque los críticos de estas obras policiacas han subrayado también la importancia de los personajes que acompañan a Sherlock Holmes, como su torpe y bondadoso amigo, el doctor Watson, que es el narrador de los cuentos, y el archicriminal profesor Moriarty.
Conan Doyle tuvo tanto éxito al principio de su carrera literaria, que en cinco años abandonó la práctica de la medicina y se dedicó por completo a escribir. El cineasta Billy Wilder, basándose en los personajes de Arthur, dirigió, en 1970, la coproducción inglesa-norteamericana “La vida privada de Sherlock Holmes”.
En el periodo 1943-1945, el director norteamericano Roy WilliamNeil había filmado por lo menos ocho películas basadas en personajes y textos de Conan, entre ellas una muy famosa titulada “La mujer araña”, en 1944.
Para los seguidores de la obra de este autor inglés, los mejores relatos de Holmes son: “El signo de los cuatro”, de 1890; “Las aventuras de Sherlock Holmes”, de 1892; “El sabueso de los Baskerville”, de 1902, también conocido como “El perro de los Baskerville”.
Durante la Guerra Bóer fue médico militar y a su regreso a Inglaterra escribió “La guerra de los Borres”, en 1900, y “La guerra de Sudáfrica”, en 1902, justificando la participación de su país en esas contiendas bélicas. Por esta obra, en 1902, se le concedió el título de Sir.
Durante la Primera Guerra Mundial escribió “La campaña británica en Francia y Flandes”, en homenaje a la valentía británica, una obra de seis volúmenes. La muerte en la guerra de su hijo mayor lo convirtió en defensor del espiritismo y se dedicó a dar conferencias sobre el tema.
Su autobiografía fue publicada en 1924.
(Adriana Martínez Rubio, “Vanguardia Liberal”)