Autora: Diana González
Con la presencia de Martina Camargo, Nelly Mina, María Clemencia Ñeñetote, Elcy Valencia y Nelda Piña, se dio apertura a la exposición temporal “Cantaoras, el alma de un pueblo”, un encuentro con la música y los saberes ancestrales de estas constructoras de paz.
Estas talentosas mujeres, que aprendieron a cantar de forma empírica, se hicieron presentes el pasado jueves 26 de junio en el Museo Claustro de San Agustín para compartir con el público sus conocimientos tradicionales, sus experiencias en torno a la música, sus vivencias y su forma de ver el mundo.
Protagonistas de una historia que continúan escribiendo día tras día, acudieron entusiasmadas a la cita con la prensa y con las cerca de cincuenta personas que aceptaron el llamado hecho por las mismas cantadoras, la Fundación Río al Sur y la Dirección de Museos y Patrimonio Cultural (DMPC) de la Universidad Nacional de Colombia para participar en el conversatorio “Cantaoras: su proceso creativo, industria cultural y productividad”, un evento que dio apertura a la exposición que sobre estas mujeres puede apreciarse en el Claustro, sede de la DMPCTRIMONIO ORAL COLOMBIANOla memoria.
Este encuentro permitió conocer mejor el mundo en el que se desenvuelven estas grandes cantoras, quienes han desarrollado una gran fortaleza a causa de los vaivenes de su infancia, juventud y adultez, pues la mayoría proviene de territorios seriamente afectados por la violencia y la pobreza.
De acuerdo con sus propios relatos, se han convertido en símbolo de persistencia y creatividad, sobre todo por que algunas de ellas, según manifestaron, son producto de las circunstancias de una sociedad que sufre los embates de grupos armados al margen de la ley, en medio de carencias y golpeadas por la indiferencia y, en ocasiones, por el olvido.
No obstante la fría realidad, se han forjado como fieles representantes de una manifestación cultural que se niega a desaparecer, así como ellas se niegan a permitir el desuso y el abandono de sus tradiciones, sus memorias, su identidad, sus orígenes.
Por todo esto y más, ellas encontraron en el canto una razón para aportar a los procesos de paz que se vienen desarrollando en diferentes partes del país y han visto cómo sus producciones musicales van llevando alegría a su paso y sus experiencias de vida contribuyendo a la reflexión sobre los valores y antivalores que pululan en la sociedad.
Todo ello, desde un simple pero valioso ejercicio cotidiano: el desarrollo de sus tareas de hogar amenizadas con cantos que aportan a la construcción de una sana convivencia. La mayoría de ellas no pisó nunca una escuela de formación musical, sin embargo, tal vez no les haga falta porque son diestras en este oficio, así como versadas en medicina, sexualidad, partería, gastronomía, tradiciones orales, lenguas, ritos y muchas otras temáticas.
Por su quehacer, las cantaoras transmiten mensajes de paz, al tiempo que resaltan la importancia que tiene el canto como patrimonio inmaterial y como herramienta creativa para contar, visibilizar y superar las dificultades propias de su entorno.
El detrás de la exposición
Los aportes y habilidades mencionados son los que la Fundación Río al Sur y la Dirección de Museos, organizadoras de la exposición, buscan exaltar con esta muestra, con el firme propósito de reivindicar el papel imprescindible que han tenido las mujeres cantadoras colombianas en el desarrollo del acontecer nacional.
Al respecto, Tito Medina, director de la Fundación Río al Sur, manifestó: “aunque nuestros libros de historia no lo reconozcan, la mujer ha tenido un papel determinante en estos procesos, en los últimos años se han evidenciado las fortalezas y capacidades de la energía femenina en todos los campos del conocimiento, pero aún hace falta reflexionar sobre el verdadero papel que juega tanto la mujer en general como nuestras cantadoras”.
Por su parte, el profesor Edmon Castell, director de la DMPC, dio a conocer que esta exposición está orientada hacia la recuperación de la memoria histórica, uno de los ejes museográficos del Sistema de Museos.
La iniciativa “Cantaoras, el alma de un pueblo” surge a partir de la motivación de la Fundación Río al Sur por rescatar y preservar los conocimientos, tradiciones y saberes valiosos de estas cantadoras y de sus comunidades. Sin embargo, en el camino que ha venido construyendo esta organización para dar visibilidad al talento de dichas mujeres, diferentes entidades se han sentido identificadas con tal propósito y han respaldado de una u otra forma el proyecto.
Tal es el caso de la Dirección de Museos y Patrimonio Cultural, que ha querido unirse a la razón de ser de esta fundación y, por supuesto, al de las cantadoras, para enaltecer, a través de una exposición y el desarrollo de una agenda académica y cultural paralela, sus creaciones y expresiones culturales, creando, así mismo, espacios de reflexión en torno al papel que ejerce la mujer afrodescendiente e indígena en la preservación de las tradiciones, su transmisión a las nuevas generaciones y el fortalecimiento de las expresiones culturales colombianas de grupos poblacionales que se niegan a perder su memoria.