Autor: Aníbal Tobón Bermúdez
El Correo de Brujas, un órgano difusor de cultura y de otras hierbas, acostumbra hacer algunas notas cuando algunos amigos emprenden ese oscuro viaje sin regreso. Y aunque no soy amigo de García Márquez, y apenas lo saludé dos veces, en Barranquilla 1971 y en Estocolmo 1982, no puedo permanecer en silencio ante la partida del hombre de las palabras mágicas.
Como tributo a su vida hago una invitación, no sólo a leer su obra, sino también a, cómo él, llevar una vida digna, feliz e indocumentada. Y en plan de seguirle la mamadera de gallo, que siempre lo acompañó, me he permitido hacer estas transgresiones literarias de camaján ilustrado.
Cervantina
“En un lugar de la Patria, de cuyo nombre no puedo acordarme, no ha mucho tiempo que nació el marqués de García, de los de lápiz en astillero, máquina antigua, perfil flaco y poco corredor.”
Monterrosiana
“Cuando despertó Gabito, el diccionario todavía estaba allí.”
Borgiana
“Abomino los espejos literarios, porque multiplican y reproducen a Gabo.”
Kafkiana
“Cuando Gabriel Samsa Márquez se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un cadáver inmortal.”
Macondiana
“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento del tiempo, el escritor Gabriel García, había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el cielo.”
Bolivariana
“Si mi muerte contribuye a que cese la guerra y se consolide la paz, yo subiré tranquilo al olimpo literario.”
Gracias mil y una señor don Gabriel de Todas las Soledades, las Hojarascas y las Malashoras. ¿Nos veremos del otro lado?
Culturalmente,
Aníbal Melquíades Buendía