Autor: Teobaldo Coronado Hurtado
Pasamos por estos días, una de las temporadas más calurosas que nos haya tocado vivir en la capital del Atlántico y el resto del planeta. Y nos preguntamos alarmados ¿Por qué hace tanto calor? Respuestas que tratan de explicar el fenómeno hablan de cambio climático, calentamiento global o efecto invernadero y reducción de la capa de ozono entre otros.
“La temperatura mundial ha aumentado 0,4°C aproximadamente desde la década de 1970, y supera en la actualidad el límite superior de variabilidad natural (histórica). La mayor parte de este incremento se debe según los climatólogos a la influencia humana”1
“De continuar la tendencia actual, la temperatura habrá aumentado 1,5 grados en Colombia en 2050. En sólo 45 años habrá desaparecido 78 por ciento de los nevados y 56 por ciento de los páramos, verdaderas ”fábricas de agua”, afirma el CN1.
Esto no implicará sólo pérdida de biodiversidad para este país que es uno de los más ricos del mundo en fauna y flora. También se trata ”de un problema de seguridad nacional relacionado con la pérdida de buena parte de los bienes y servicios ambientales del país, entre los cuales está principalmente la oferta hídrica”, afirma el estatal Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, a cargo del INAP…. Si las metas de Kioto no se amplían y profundizan, para mediados de siglo el nivel del mar habrá subido 40 centímetros en el Caribe y afectará con inundaciones a 64 por ciento del litoral caribeño de Colombia, de 1.600 kilómetros. Los expertos temen por el área turística y comercial y la infraestructura de transporte de la isla caribeña de San Andrés, de 85.500 habitantes.”2
El calentamiento global resulta de la acumulación de gases como: dióxido de carbono, metano, cloro-fluorocarbonados (CFC), etc.; provenientes de las plantas industriales y sus productos. El dióxido de carbono proveniente del renglón automotriz, en especial, favorece temperaturas extremas que crean condición climática propicia, en nuestro país, por ejemplo, para reproducción de vectores de microorganismos como el Dengue en las ciudades y malaria en el medio rural; patologías que incrementan la mortalidad de grupos vulnerables (extremos de la vida y/o con enfermedades orgánicas subyacentes); siendo, pues, niños y ancianos los más afectados. Los niños con cuadros de diarrea3 y deshidratación; los ancianos con incremento de accidentes cardiovasculares
Es indudable, estamos abocados a un grave deterioro ambiental con repercusiones nefastas en la salud pública, sin medidas protectoras suficientes, hasta ahora, para controlarlo. Surge, entonces, el cuestionamiento lógico para una Bioética enmarcada en la estricta orientación clínica de la relación médico-paciente, la Bioética Clínica; excluyendo la otra inquietud fundamental de la Bioética por la conservación del medio ambiente, la Bioética Ambiental; en su dimensión amplia de ética ecológica, de igual competencia para los profesionales de la medicina.
Mi reflexión más que una perspectiva global, característica básica de la Bioética, tiene visión localista como expresión crítica constructiva de la Academia Nacional de Medicina de Colombia sobre un asunto que nosotros, como Capítulo del Atlántico, tenemos la responsabilidad de poner atención por sus enormes repercusiones sobre la salud pública
Durante su administración (2003-2007) el ex alcalde de la ciudad Guillermo Hoenisberg alcanzó a pronosticar sobre el “gran parqueadero” que es hoy en día Barranquilla. Por curiosidad los invito recorran, sobre todo, por la noche, callejuelas y avenidas de sus barrios, estratos medio y alto, atiborradas de automóviles por ambas aceras. Durante el día, nadie escapa, sufre las consecuencias del caos producido por la congestión vehicular y los consecuentes trancones nunca antes vistos.
Una aproximación diagnóstica a la insoportable ola de calor que padece la ciudad me lleva a señalar como principales factores desencadenantes, entre otros, los siguientes:
- 1. La pavimentación desordenada de sus andenes y calles, en otros tiempos, arenosas con la cruel devastación de sus zonas verdes y el consiguiente aumento del caudal de sus arroyos. El piso de cemento, de otro lado, acabó el engramado y los refrescantes jardines que adornaban el frente de las casas en otros tiempos.
- 2. El boom de la construcción. Descontrolado por los criterios mercantilistas y politiqueros de planeación; igualmente, con gran detrimento de la vegetación. Desapareció el fresco patio con sus frondosos árboles frutales;
- 3. El desmesurado e incontrolable crecimiento del parque automotor con el poder contaminante, sofocante del dióxido de carbono que emana por sus mofles.
A manera de ilustración transcribo apartes de la nota del columnista Horacio Brieva en el HERALDO, del pasado 12 de septiembre:
“…Gracias a la generosidad de las normas del POT, unos pocos particulares se benefician sin dar nada a cambio. Por ejemplo usted puede construir un edificio de más de 40 pisos en una zona que antes era de conservación urbanística como el exclusivo barrio El Golf.
De modo que en una casa donde vivió una familia, y que le costó al constructor unos 600 millones de pesos se edifican 80 apartamentos de 200 metros cuadrados promedio a un valor de 4 o 5 millones de pesos el metro cuadrado.
El constructor puede facturar unos 800 a 1000 millones de pesos por apartamento para un total de 64 a 80 mil millones de pesos en ventas.
¿Qué gana la ciudad? Una mayor congestión vehicular porque ya no estaremos en presencia del carro o los dos carros de una familia sino de unos 160 vehículos asumiendo que por familia tengan mínimo dos carros. Y habrá unas 400 personas, aplicando un promedio de 5 por familia usando el único parquecito del Barrio el Golf”4
El 24 de mayo de 2012 fue aprobado por el Concejo de Barranquilla el acuerdo por el cual se adopta el plan de desarrollo 2012 - 2015 del Distrito Especial, Industrial y Portuario de Barranquilla “Barranquilla florece para todos”.
En su Artículo 23. Titulado “Barranquilla Ciudad Ambientalmente Sostenible” atiende las orientaciones y directrices trazadas por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS) para que todos los proyectos de construcción, de renovación urbana y de nueva inversión industrial, comercial y de servicios que se realicen en la ciudad, sean ambientalmente sostenibles.
Propugna por una cultura atenta al cambio climático en su enunciado cuando afirma que: “Estimularemos la recuperación, creación y mantenimiento de zonas verdes de uso público, mediante acciones de inversión y concertación, que mejoren las relaciones sociales, la estética urbana y la calidad de vida de los barranquilleros.
Promoveremos una conciencia ambientalmente amable, de manera que todos asumamos la responsabilidad de proteger nuestro entorno, para nuestro propio goce. Impulsaremos el uso del transporte masivo para disminuir las emisiones de CO2 del sistema tradicional. Velaremos por el estricto control ambiental en los puertos exportadores de carbón y petróleo, y así evitar cualquier contaminación de las aguas o del aire de nuestra ciudad que luego pueda repercutir sobre la buena salud de los barranquilleros.
Artículo 24. Estrategia: Barranquilla, menos vulnerable frente a Riesgos de Desastres y preparada para el Cambio Climático. Adaptarse al cambio climático significa un cambio fundamental, es pasar de un sistema a una condición futura distinta de la presente, que resista mejor los impactos climáticos. Con esta estrategia se propone fortalecer la capacidad del Distrito de Barranquilla para adaptarse a las consecuencias que el cambio climático está generando y generará sobre el territorio”5.
Es reconfortante, esperanzador saber que los gobernantes municipales son conscientes de la coyuntura desfavorable producida por el cambio climático cuando trazan una estrategia legal, por lo menos en el papel, para controlarla.
Hay que ser optimistas en el éxito posible de su ejecución con hechos contundentes y no con la letra muerta de una ley, como tantas otras sin cabal cumplimiento. También es cierto que la eficacia de estas medidas necesita decidida, consecuente, colaboración ciudadana. “Amanecerá y veremos”.
Las Facultades de Medicina han sido parcas, en asignaturas como salud pública, ética médica y Bioética —cátedras que un número importante de estudiantes consideran de relleno por la visión clínico-quirúrgica que ellos tienen de la profesión— a través de las cuales con mayor espacio curricular se podría impulsar en los futuros médicos conciencia ecológica que los entusiasme a una activa participación en proyectos y programas a favor de un hábitat menos contaminado, por ende, más saludable como estrategia protectora de padecimientos producto del cambio climático.
Desde la Academia toca impulsar una Bioética preventiva de sus consecuencias letales a través de comportamientos colectivos que reduzcan, entre otros, el consumismo de productos derivados del avasallante poderío de la industria y el comercio.
Peter Singer propone como líneas generales para una ética del medio ambiente:
- “…1. Una estética de aprecio por los lugares salvajes y la naturaleza virgen;
- 2. Rechazo a una sociedad materialista en la cual el éxito se calcula por la cantidad de artículos de consumo que uno puede acumular;
- 3. Promoción de la frugalidad;
- 4. Reciclar lo que usamos y comprar los productos más medioambientales que podamos;
- 5. Examinar nuestro concepto del despilfarro, en especial, con la comida. El ganado mundial produce aproximadamente un 20% del metano liberado a la atmosfera que retiene veinticinco veces más calor del sol que el dióxido de carbono;
- 6. Llevar una vida sencilla: estar cerca de los niños y de los amigos, la conversación, el deporte, la actividad creativa y el trabajo...”6
Se trata de conquistar calidad de vida en el presente y asegurarla para las próximas generaciones. Calidad de vida que el desarrollo manufacturero y tecnológico moderno socava poniendo en grave riesgo la supervivencia de la especie humana.
“El efecto colateral del progreso parece ser el de un paradójico desastre mundial que afecta al hombre y altera su medioambiente”7. De allí, que el padre de la Bioética Van Ressaeler en su credo bioético plantea como compromiso de todos: “Me comprometo a trabajar, juntamente con otros, por mejorar la formación de mis creencias y desarrollar otros credos, semejantes a este y por unirme a un movimiento mundial que haga posible la supervivencia y un desarrollo más provechoso de la humanidad, en armonía con el medio ambiente natural”.8
La Bioética mediante su gestión humanizadora sirve para darnos cuenta que vivimos interrelacionados, interconectados como vecinos, como habitantes de la ciudad, de la nación y del planeta tierra, “la aldea global”9 de que hablaba McLuhan; que nos llevaría en actitud solidaria a deponer intereses particulares en procura de un bienestar común.
Asumiendo sincero empeño ético de contribución colectiva para que el mundo, nuestro país y, en particular, esta Barranquilla de nuestros afectos, que nos ha tocado en suerte para coexistir, tengan un entorno grato a través de acciones cotidianas de cuidado de todo cuanto existe en forma real, no virtual.
1 Cambio climático y salud humana, Boletín de la Organización mundial de la salud 2003
2 Vieira Constanza, Cambio climático: Colombia observa su propio drama. Revista virtual Tierra América, Medio ambiente y desarrollo, Septiembre 24 de 2012
3 La Organización Mundial de la Salud, en su Informe sobre la salud en el mundo 2002, estimó que el cambio climático fue responsable en el año 2000 de aproximadamente el 2,4% de los casos de diarrea en todo el mundo y del 6% de los casos de paludismo en algunos países de ingresos medios.
4 Brieva Horacio, “Lo que debe resolver el POT”, EL HERALDO de Barranquilla, p. 5b, septiembre 12 de 2012
5 EL SUSCRITO SECRETARIO GENERAL DEL HONORABLE CONCEJO DISTRITAL DE BARRANQUILLA CERTIFICA:
Que, el presente Acuerdo fue aprobado en esta Corporación en las siguientes fechas:
En Primer Debate por la Comisión Conjunta integrada por las Comisiones Primera de Planeación, Infraestructura y de Bienes; Segunda de Presupuesto y Asuntos Fiscales y Tercera Administrativa y de Asuntos Generales, el día 24 de Mayo de 2012. ANTONIO DEL RIO CABARCAS. Secretario General.
6 Singer Peter, 1995, Ética Práctica. 2º edición, Cambridge University Press, Gran Bretaña, p. 356-359.
7 Héctor Blas-Lahitte, María José Sánchez-Vázquez, 2011, Aportes para una bioética medioambiental y la cohabitabilidad humana desde una visión relacional, Universidad de la Plata, Buenos Aires, Perspectiva Bioética• Volumen. 15 • Número 1 • P. 40 - 51.
8 POTTER, Van Rensselaer. Bioethics the science of survival. Biology and Medicine, Volumen 14, Autumn 1970.
9 McLuhan Marshall, 1985, Guerra y paz en la Aldea Global, Planeta, Barcelona