Autor: Alejandro Duarte Rueda - Dirigente Gremial, Sociólogo - Barranquilla, Colombia
Como es bien conocido por toda Colombia y el mundo, uno de los narradores deportivos más grandes de la historia, de los años 60, 70 80 y 90 ha partido.
Edgar Perea, el hombre que movió las masas como sólo él podía hacerlo con su particular estilo, que hacía vibrar al pueblo barranquillero y a los colombianos, tanto en el país como en el exterior, nos acaba de dejar.
Nosotros consideramos que se fue muy temprano, que aún le quedaban muchos años más para darnos su experiencia, su fortaleza y alegría, y su don de gentes para mover a las masas como lo hacía.
Como santandereanos vimos a partir de los años 70 cómo Edgar Perea movía los estadios, primero el Romelio Martínez, con todas sus maneras de expresarse y después en el Metropolitano cómo hacía vibrar de emoción a todos. Es algo que no se podrá olvidar fácilmente.
Narraciones como las que él hacía son únicas y singulares, no solo en el futbol, béisbol y boxeo, sino también cuando incursionó en el ciclismo. En muchas oportunidades fue relator de sinnúmero de carreras ciclísticas y nosotros lo escuchábamos y entendíamos claramente.
La Región Caribe ha perdido a uno de sus más grandes valores en cuanto a la bonita labor de la locución. Pera movió las masas y llevó al equipo Junior a un estado de ánimo que la gente si no era con Edgar Perea no quería ir al estadio. Decía cuándo había que ir al estadio, cuando no.
Hasta entró en la cultura del santandereano que recién llegaba a Barranquilla. No olvidaremos nunca la manera cómo el negro Perea se expresaba, y nosotros santandereanos, gente emprendedora, trabajadora y exitosa, con un perfil de capacidad de trabajo único en Colombia, no tenemos sino agradecimiento profundo con este gran locutor que fue Edgar Perea.
Hemos perdido a un hombre muy importante, difícilmente superable en estos tiempos, aunque hay muchos buenos pero no con las capacidades y el carisma de Perea.
Nosotros, los barranquilleros adoptivos y nativos de esta ciudad, tenemos que ser concientes de que hemos perdido uno de los más grandes valores en la locución deportiva y en todo lo que tiene que ver con lo que hacía Perea.
A su familia, a todos sus amigos, a los empresarios que lo rodearon, les expresamos nuestras condolencias y manifestamos que le damos a “El campeón” gracias por todo lo que hizo por Barranquilla, la Región Caribe y el Junior.
Movido por el fervor popular, Perea incursionó en el mundo político pero no le dio los resultados esperados, y eso no se produjo porque él no era político, y así como nosotros somos comerciantes y empresarios y no locutores, cuando navegamos en la política siempre nos va muy mal porque cada quien tiene su rol en la vida, y el rol de Perea era el de narrador, con lo cual se llevaba todos los honores.
Siempre estuvo al frente de todas las iniciativas deportivas de esta región, lo hizo muy bien cuando estuvo en el Senado y como embajador, y cuando quiso ser alcalde de Barranquilla no le alcanzó el tiempo y ese no era su perfil, era un hombre de radio, polémico, que encendía las pasiones y cualquier situación.
Recuerdo como si fuera hoy, cuando decía muy clarito: “Yo soy es un locutor, un periodista, yo no soy político”, y no sé cómo al final de cuentas terminó enredado en el ámbito político, lo que prácticamente lo llevó a un estado postración al que no hubiéramos querido que llegara.
Sin embargo, a su familia, a su descendencia, le dejó un legado, y ojalá sus hijos saquen esa garra que tenía “El campeón”.
La colonia santandereana también se une a las manifestaciones de pesar que se están haciendo por la partida de uno de los grandes narradores deportivos y le expresa a su familia condolencias y agradecimientos por todo lo que nos hizo vivir, que vale oro para nosotros hoy en día, por haber compartido esas experiencias vividas en centenares de estadios y fuera de estos a lo largo del planeta, que hacían que la gente todos los días se dedicara a escuchar al negro Perea y sus comentarios.
Hasta los negocios incrementaban sus ventas y sus ganancias cuando Edgar Perea narraba esos partidos extraordinarios, es decir, hasta el comercio se beneficiaba.
Por eso en estos momento reiteramos el deseo de que sus hijos sigan de la misma forma como lo hacía “El campeón”. Eso para nosotros tiene mucha importancia.
¡Unidos somos más!