Autor: Elie Bigio - Empresario - Barranquilla, Colombia
La modernidad nos ha alejado bastante de la naturaleza, en nuestra vida diaria. En nuestras casas o apartamentos en las ciudades y pueblos del mundo, ese contacto con la naturaleza es a la larga fingido o impuesto. Es la añoranza de formar parte de un mundo natural, pero dentro de las paredes de una casa, haciendo algún jardín, teniendo pequeñas aves en jaulas, y algún perro o gato paseándose por la casa.
Muy distinto a lo que verán en el siguiente video de una familia moderna que filma en la parte posterior de su casa de campo un maravilloso espectáculo lleno de libertad y amistad. Algunos podrían decir que eso es muy fácil hacerlo; pero creo que del dicho al hecho, hay mucho trecho, como dice el refranero popular.
La comida no es un suficiente atractivo para los animales libres, especialmente las aves. Se requiere un ambiente de completa tranquilidad de mente y físico. Y cuando esos factores están asegurados, las aves posiblemente van acercándose bajo las condiciones que ellas mismas determinen.
Así que la fuerza no funciona. Algún amigo decía que no todas las personas pueden conseguir tal acercamiento, si el sujeto no es confiable mentalmente, haciendo referencia a que se debe estar tranquilo, sin miedos pero sin imposición, con toda la paciencia y tranquilidad del mundo.
Las angustias y vida acelerada no lo permiten.
La escena sólo dura cinco minutos, porque para demostración de que no están amaestradas, las aves se van todas en un sorpresivo instante.... ¿alguien podría saber qué las espantó?
Video de: Gordon McCoullough