Autor: Norberto Serrano Gómez
Las leyendas y tradiciones, son fuentes primarias de la historia de los pueblos; muchas leyendas son simplemente mitos para engrandecer héroes, o para envilecer y postrar la memoria de otros personajes. Sin embargo, hay leyendas que tienen bases de verdad y que se comprueban con el correr del tiempo.
En la obra, “El amor y la mujer en la historia de Colombia” hay una leyenda sobre la polifacética vida del Libertador, constelada de hermosas mujeres, que mantuvieron vivo el fuego de su espíritu galante; en los turbulentos días de la Convención de Ocaña, en 1828, de paso por El Socorro, se le brindó un espléndido recibimiento, con actos públicos y un suntuoso baile; en el desarrollo del programa hubo una representación alegórica, en la cual la personificación de América estuvo a cargo de una muchacha muy atractiva, nacida, en 1813, en la localidad de Pinchote; tenía, por consiguiente, 15 años, y se llamaba María Concepción Hernández.
La imagen de esta niña quedó muy viva en el corazón de Bolívar; fue un sentimiento diferente al que experimentó en muchas otras mujeres; aquello fue amor, en el sentido puro de la palabra, y otra vez floreció en su espíritu, un anhelo de paz, de felicidad, de sosiego, muy distinto a los impulsos que lo llevaron a compartir con otras mujeres el tormentoso cambio de su vida, que ya empezaba a oscurecerse con la sombra del ocaso”.
Las crónicas dicen que Bolívar le hizo conocer sus sentimientos a la muchacha, a quien se acomoda una respuesta, que tiene qué ser una invención rebuscada, impropia de una niña campesina, tímida y rústica:
— Soy demasiado digna, para ser su amante, y es usted demasiado grande, como para que yo pueda ser su esposa.
En todo caso, ese destello pasional quedó sellado con la rotunda negativa de María Concepción y de sus padres.
Pero, lo más interesante de este relato, es que no se trata de una leyenda, sino de un hecho cierto, historia que ha pasado de generación en generación entre los lugareños: María Concepción Hernández existió, su partida de bautismo se encuentra en Pinchote, de la Diócesis de Socorro y San Gil, firmada por el Pbro. Bernardo Meléndez.
En contadas ocasiones, Bolívar fue rechazado por las mujeres y este relato hace parte de los aspectos humanos del Libertador, quien frecuentemente tuvo que saborear las amarguras de las derrotas de la libertad y del amor.