Autor: Desconocido
Este tema me llegó en un correo cadena que me agradó por su enseñanza y cuenta: Mi carácter impulsivo, me hacía reventar en cólera a la menor provocación. La mayor parte de las veces, después de uno de estos incidentes, me sentía avergonzado y me esforzaba por consolar a quien había dañado.
Un día mi consejero, quien me vio dando excusas después de una explosión de ira, me entregó un papel liso. Y entonces me dijo:
— Estrújalo
Asombrado, obedecí e hice una bola con el papel.
Luego me dijo:
— Ahora déjalo como estaba antes.
Por supuesto que no pude dejarlo como estaba. Por más que traté, el papel quedó lleno de arrugas.
Entonces mi consejero habló:
“El corazón de las personas es como ese papel. La impresión que dejas en ese corazón que lastimaste, será tan difícil de borrar como esas arrugas en el papel. ”
Aunque intentemos enmendar el error, ya estará “marcado”. Por impulso no nos controlamos y sin pensar arrojamos palabras llenas de odio y rencor, y luego, cuando pensamos en ello, nos arrepentimos.
Pero no podemos dar marcha atrás, no podemos borrar lo que quedó grabado. Y lo mas triste es que dejamos “arrugas” en muchos corazones.
Desde hoy, sea más compresivo y más paciente. Cuando sientas ganas de estallar recuerda el papel arrugado.