Autor: Alejandro Duarte Rueda
Para nadie es un secreto que Barranquilla está floreciendo, está creciendo, progresando, desarrollándose, y que son innumerables las obras que se están ejecutando en variados ámbitos con la iniciativa de la Alcaldesa Distrital, Elsa Noguera, y todo su equipo administrativo, como la avenida del Río, el Centro de Eventos, la circunvalar, los puentes, la avenida de la Prosperidad.
Es indudable que en el interior del país no se hace sino hablar de “La Nueva Barranquilla”, de “La Nueva Arenosa” que ha resurgido en estos últimos años como consecuencia de una política administrativa seria, dinámica y responsable.
En cambio, en estos momentos un sector tradicional como el lechero viene pasando todas las penurias habidas y por haber en el departamento del Atlántico y en la Región Caribe por esos veranos intensos, por esas sequías que están afectando a los productores ganaderos que no les permite tener una rentabilidad sino que están trabajando a pérdida.
La leche en el campo se está vendiendo muy barata y realmente no se puede continuar vendiendo el producto a ese precio en que se está comercializando en las ciudades. Pero tampoco creemos justo que las cooperativas lecheras deban pagar un impuesto exagerado de industria y comercio por un producto de primera necesidad como es la leche.
Las cooperativas están pagando un impuesto por un subproducto como la leche en polvo, pero gravar la leche líquida que consume la gente más pobre de este país es algo muy difícil.
Por eso creemos que antes que incrementarle a estas cooperativas esos impuestos se les debe auxiliar, otorgarles algunos incentivos para que logren salir de esta crisis a que los ha llevado este verano tan inclemente.
En medio de la polémica suscitada están el secretario de Hacienda Distrital, Raúl Lacouture, quien manifestó que la secretaría Jurídica de la Alcaldía adelanta acciones ante las altas cortes en defensa de los dineros del Distrito de Barranquilla, y el gerente de Gestión de Ingresos, Fidel Castaño, quien dijo que “si alguna de las cooperativas lecheras se van de la ciudad, para operar en otro municipio, como lo han anunciado, de todas maneras deberán pagar el impuesto por la comercialización de sus productos en la ciudad. Así lo estableció el Tribunal Administrativo del Atlántico, pues se trata no solamente de una actividad industrial, sino también de tipo mercantil o comercial”.
Aseguró Castaño que lo que se presenta con el recurso al fallo del Tribunal ante el Consejo de Estado es un aplazamiento del pago de esa obligación.
Sin embargo, cabe recordar que hace 25 años el Consejo de Estado falló a favor de las cooperativas lecheras de Barranquilla y no deben pagar el Impuesto de Industria y Comercio, lo cual fue ratificado por el Tribunal Administrativo del Atlántico.
En esa oportunidad el Consejo de Estado estableció que las cooperativas lecheras “no desarrollaban una actividad comercial sujeta al impuesto, y que la venta de leche líquida, luego de efectuarse el proceso de pasteurización y homogenización, se considera una actividad agrícola primaria”.
El consejo directivo de Coolechera, por ejemplo, que preside en estos momentos el empresario Henry Rodríguez, viene hablando de pagar esos impuestos si el Consejo de Estado así lo determina, pero también es conciente él de la importancia de no ponerle más impuestos a este producto primario como es la leche líquida, porque igualmente ese impuesto se le va a encimar al consumidor final que es la clase más necesitada.
Creemos y estamos convencidos que la señora Alcaldesa y el secretario de impuestos van a llegar a un feliz término con estas cooperativas y así evitar que ellas inclusive busquen para donde mudarse, donde les faciliten ejercer su actividad sin necesidad de pagar impuestos excesivos que lo que hacen es afectar al sector productivo en cuanto se refiere a la leche líquida, y en cuanto a los ganaderos y a los miles de trabajadores que dependen de este sector económico que se verían notoriamente afectados.
Todos esos impuestos al final de cuentas se les trasladan a los consumidores finales que son quienes pagan las consecuencias de ciertas determinaciones. Vemos por ejemplo que una botella de agua de 500 centímetros cúbicos vale hasta 2.500 pesos, mientras una bolsa de leche de 1.000 centímetros cúbicos llega al consumidor en 2.000 pesos.
Por eso no nos parece que la leche deba soportar más impuestos y en cambio el agua cueste más cuando su producción es prácticamente gratis.
Por eso creemos que con la nueva administración de las cooperativas las cosas van a ir mejorando. Los gerentes de Coolechera, José Marín y de Ciledco, Ricardo Rosales, son personas concientes y saben que la ciudad está transformándose y son consecuentes con esa realidad, pero obligarlos a que se trasladen no es lo más conveniente en estos momentos cuando el sector está afectado por una sequía y los ganaderos inmersos en la quiebra total, más bien necesitan del auxilio estatal.
Barranquilla y la región están en un momento extraordinario en el cual todos tenemos que estar unidos para sacar adelante a la región, unidos los sectores ganaderos, productores, comerciales, para nom vernos afectados por una escalada de impuestos.
Nos queda solicitarles a la señora Alcaldesa y al señor secretario de Hacienda y al jefe de Impuestos que se sienten a dialogar con el sector de las cooperativas para evitar un traslado de empresas que manejan más de 800 empleados y con tanta gente que depende de ellos.